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Jhosman Barbosa
December 24, 2023
© Photo: Public domain

‘Doctrina Monroe’ es un núcleo, un referente central para medir cualquier acción o comentario desde los políticos y representantes estadounidenses o de otras latitudes

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Algunas cosas se apresuran a existir y otras se apresuran a desaparecer; y de lo que está naciendo, una parte ya se ha extinguido.

Marcus Aurelius

El presente instantáneo toma la forma del recuerdo, es evocado al mismo tiempo que se cumple. ¿Qué otra cosa significa “acordarse del presente” sino es probar la irresistible sensación de haberlo ya vivido anteriormente?

Paolo Virno
El recuerdo del presente. Ensayo sobre el tiempo histórico.

En el borroso límite de lo que llamamos actualidad, podemos apreciar el esmero en reescribir la historia desde sesgos ideológicos que superan la vieja frase: “la historia la escriben los vencedores”. Por ejemplo, desconocer a la Unión Soviética como nación partícipe y clave en la derrota de los nazis en 1945. Derribar además los monumentos erigidos por gratitud y memoria a los soldados que contribuyeron en la liberación de los países de la Europa del Este, del nazismo. En América Latina también se vivencia el fenómeno de reescritura de la historia – liderado por la mediocre vanguardia auto denominada ‘libertarios’– así como de un minimalismo histórico, que consiste en contar cada vez menos en los textos escolares sobre fenómenos relevantes para explicar el presente y proyectar rutas más certeras a futuro.

Curiosamente, la semántica manejada en torno a la doctrina Monroe ha mantenido su cariz esencial y quizá, como se verá, se ha hecho más franco, más allá de su literalidad. Es decir, al conmemorar dos siglos de la enunciación de tal doctrina lo último que se avista es obsolescencia. Por el contrario, gravita entre un límite doctrinal de protección regional – frente a Rusia y China- y una iniciativa misional de expansión y dominación global.

El 2 de diciembre de 1823, como extensión de la idea de “destino manifiesto” se activó la doctrina Monroe bajo el lema, “América para los americanos”. Esta consigna de la doctrina de política exterior estadounidense ha cabalgado dos siglos fiel a lo que quiso decir, hizo y hace.

Luego de acuñarse de manera tal que no es sólo un discurso si no la semántica que concreta una suma de dolencias, intervenciones y golpes de Estado en la región latinoamericana y caribeña, ha sido innecesariamente resignificarlo.

Y he aquí primer punto a tener presente para comprender el ‘América para los americanos’. Ellos, los estadounidenses se llaman así mismos ‘Americans’; excluyendo de un sentido común mínimo geográfico al resto del continente americano. Cuando Joseph Biden dice, cito a Forbes 19 de enero de 2022:

 “Solíamos hablar cuando era un joven en la universidad del patio trasero de Estados Unidos, pero no es el patio trasero, creo que al sur de la frontera con México es el patio delantero de Estados Unidos. Somos gente igual”. Y aseguró que Washington no dicta lo que ocurre en otras partes del continente: “El problema que tenemos son las grandes dificultades para compensar los errores que cometimos en los últimos cuatro años, y llevará algún tiempo”.

Si lo dijo de corazón fue demasiado tarde y no es sólo un ‘error’ de los cuatro años de la presidencia de Donald Trump. Lo clave es que ‘doctrina Monroe’ es un núcleo, un referente central para medir cualquier acción o comentario desde los políticos y representantes estadounidenses o de otras latitudes, como se verá. En sí la doctrina Monroe se exhibe vigente, recordable, citable. No es un arcaísmo, una palabra en desuso y sin decirse se enuncia, encuentra otras formas, como ‘patio trasero’ por comprensión u ‘orden basado en reglas’ por extensión. Para la muestra algunos ejemplos a continuación que no se referencian en orden cronológico.

The New York Times, en fecha 14 de diciembre de 2020, publica, Biden y las oportunidades para Estados Unidos y América Latina. El presidente electo podría reconfigurar las relaciones de su país con la región. Es una difícil, pero también una coyuntura única. Y señala:

Estados Unidos empezará una nueva gestión presidencial en enero y enfrentará un reto mayor: devolver a la política exterior de su país la legitimidad perdida durante los cuatros años de gobierno de Donald Trump. Quizás ninguna región sea más importante en ese rubro que América Latina.

Es en Latinoamérica donde, siguiendo la proclamación de la Doctrina Monroe en 1823 —“América para los americanos”—, el mito de la excepcionalidad estadounidense ha generado algunas de las páginas más oscuras de la política exterior de Washington. Pero es también aquí donde Estados Unidos ha mostrado ciertas posibilidades para establecer una forma más horizontal e incluyente de hegemonía.

Foreign Affairs, en su publicación del 22 de noviembre de 2022, titula, De Monroe a Xi Jinping. ¿Vuelve Estados Unidos a mirar con interés a Latinoamérica, aunque sea de reojo? Allí señala que:

La Doctrina Monroe, “América para los americanos”, estaba acumulando polvo desde que Estados Unidos se convirtió en la única potencia del mundo. Pero en estos momentos en los que China ha dejado claro que aspira a ponerse al mismo nivel de Estados Unidos, la idea de James Monroe vuelve a sonar en los despachos estadounidenses.

En CCN del 21 de marzo de 2023, en su nota titulada, AMLO reacciona a reporte de derechos humanos de EE.UU.: Se cree el gobierno del mundo, citó al mandatario quien dijo:

… con respeto, es que es su naturaleza, no quieren abandonar la doctrina Monroe y antes el llamado destino manifiesto, no quieren cambiar, entonces se creen el gobierno del mundo, se asumen como el gobierno del mundo”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tras darse a conocer un informe del Departamento de Estado de EE.UU. sobre violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades mexicanas.

Sputnik, el 14 de mayo de 2022 publicó una nota titulada, Lavrov: EEUU quiere dictar bajo qué normas debe vivir América Latina al estilo de la doctrina Monroe. Donde Lavrov señala:

“Siguiendo el espíritu de la doctrina Monroe, EEUU quiere dictar según qué normas debe vivir América Latina. La cuestión es si los estadounidenses son realmente capaces de seguir el principio clave de la Carta de la ONU que establece que las Naciones Unidas se basan en la igualdad soberana de los Estados”

El propio Sputnik, el 22 de abril de 2023 tituló así una nota: Gira de Lavrov: nuevo episodio de la caída de la doctrina Monroe en América Latina, a propósito del comentario del excanciller peruano Héctor Béjar Rivera, quien señaló:

“La gira de Lavrov es un desafío a Washington, cuyos políticos pretenden retroceder el reloj de la historia en dos siglos cuando EEUU proclamó la colonialista doctrina Monroe con la que suponían erradamente que podían reemplazar en América a los imperios británico y español”

BBC Mundo, el 26 de septiembre de 2018 tituló, Qué es la doctrina Monroe que Trump reflotó en la ONU contra la influencia de “potencias extranjeras” en América Latina, señalando que:

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado la señal más clara de que intenta desempolvar un viejo pilar de la política de su país hacia América Latina que parecía enterrado: la Doctrina Monroe.

“Aquí en el hemisferio occidental, estamos comprometidos a mantener nuestra independencia de la intrusión de potencias extranjeras expansionistas”, dijo Trump este martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

“Ha sido la política formal de nuestro país desde el presidente (James) Monroe que rechacemos la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestros propios asuntos”, agregó. Los países de América Latina que ya se unieron a la gigantesca nueva ruta de la seda de China (y las dudas de que ese proyecto sea en beneficio mutuo)

BBC Mundo, el 18 de noviembre de 2013, titula John Kerry asegura que “la doctrina Monroe ha terminado”

En un discurso ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en la ciudad de Washington, el secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry ratificó que la relación entre su país y América Latina debe ser una de socios equivalentes. Kerry agregó que la relación que su gobierno busca es una que no está basada en doctrinas sino en los intereses y valores comunes, por lo que dijo – en español- que la “unión hace la fuerza”. En especial se refirió a Cuba, país al que calificó de una “excepción”.

BBC MUNDO el 27 de diciembre de 2020, titula; El día de 1895 en que Estados Unidos intervino a favor de Venezuela contra la superpotencia de la época, aquí señala la publicación que:

Pero exactamente un siglo antes, en 1895, la alianza entre ambos países alcanzó quizá uno de sus puntos más cumbres, cuando Estados Unidos se enfrentó a la superpotencia de la época, Reino Unido, a favor de los intereses venezolanos y en rechazo al imperialismo europeo.

Bajo la Doctrina Monroe, atribuida al expresidente estadounidense James Monroe, que reclamaba una “América para los americanos”, EE.UU. intervino en la disputa sobre la frontera entre la Guayana Británica (actual Guyana) y Venezuela.

Aquí es necesario hacer una pausa para señalar que lo que hizo Estados Unidos – y es parte de un debate actual, tanto diplomático como académico, en el marco de las tensiones guayano-venezolanas- fue abrogarse una representación en donde ni la naciente Guayana ni Venezuela interpelaban; dejando así dispuesto un fragmento de América del Sur al prestigio del Imperio Británico, pero indicándole al mismo que obraría sobre las posesiones de España en Florida, Filipinas y Cuba; principio de la ‘fruta madura’. El laudo arbitral del París del 3 de octubre de 1899, marcó la auténtica política intervencionista estadounidense; rebatiendo tal hecho el decir de la BBC sobre una casi heroica defensa de los intereses venezolanos, sin un solo ciudadano venezolano presente y teniendo como corolario el despojo de la Guayana esequiba, de Venezuela.

Continuando con nuestra revisión, en, ESGLOBAL, diario chino, en fecha 18 de mayo de 2017, tituló así un artículo: La dificultad de una Doctrina Monroe para China en el sureste asiático. En un fragmento señala:

A partir de ahí, Theodore Roosevelt desarrolló un espíritu de tutelaje sobre la región, basado en un supuesto sentido de responsabilidad de EE. UU. hacia sus vecinos. “Me parece inevitable que tarde o temprano Estados Unidos deberá asumir una actitud de protección y regulación en relación a todos esos pequeños estados en la vecindad del Caribe”, dijo en 1904, en lo que ha sido conocido como el corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe. […] Aceptando que los paralelismos históricos son siempre imperfectos, podría decirse que el actual presidente chino, Xi Jinping, es el Theodore Roosevelt chino. Tanto por su decidido empuje al intento de control de los mares interiores, que deben llevar a la consolidación de la hegemonía regional china, como por su notable impulso a la fuerza naval, que debe confirmar el ascenso de China a superpotencia mundial.

En la página Tricontinental, en fecha junio 16 de 2022, señaló en su artículo: La letalidad de la Doctrina Monroe global de Washington, que:

El espíritu maligno de la Doctrina Monroe no solo continúa, sino que ahora ha sido ampliado por el gobierno estadounidense en una especie de Doctrina Monroe global. Para hacer valer esta absurda pretensión sobre todo el planeta, EE. UU. ha llevado a cabo una política para «debilitar» a los que considera «rivales cercanos», es decir, China y Rusia.

El 6 de noviembre de 2017, el Diario el País, tituló un artículo de Diego Arria, Putin desafía la doctrina Monroe: Rusia es cómplice de un régimen venezolano que por sus características representa un inminente y real peligro para la paz y la seguridad internacional.

The New York Times, del 10 de febrero de 2018, en una nota de Christopher Sabatini titula: El intento de Tillerson por estrechar lazos en América Latina. Allí se anota que:

La semana pasada, Tillerson comenzó la gira con una parada en su alma mater, la Universidad de Texas, campus Austin, donde respaldó de manera insensible la doctrina Monroe de 1823 al decir que el derecho que tiene Estados Unidos de bloquear la interferencia externa en el hemisferio es “tan relevante ahora como el día en el que fue redactada”. En una región que ha sufrido incontables intervenciones estadounidenses en nombre de la doctrina Monroe, invocarla como una guía legítima de la política internacional de Estados Unidos es tan solo un poco mejor que abogar por la “carga del hombre blanco”.

TeleSur, el 6 de diciembre de 2022, publicó bajo el título: Impacto de la Doctrina Monroe en América Latina y el Caribe, la siguiente idea, en relación con las declaraciones de Rex Tillerson ya vistas:

En febrero de 2018, el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró que la Doctrina “es tan relevante hoy como el día en que fue escrita”. […] “Todo lo que este país desea es ver a sus vecinos estables, organizados y prósperos […] pero los comportamientos incorrectos crónicos […] requieren la intervención de alguna nación civilizada, y en el Hemisferio Occidental el apego de Estados Unidos a la Doctrina Monroe nos obliga […] a ejercer un poder internacional policial”.

En el diario El País, de España, del 21 de diciembre de 2023, se titula un artículo: Congresistas de EE UU exigen el fin de la ‘doctrina Monroe’ y del intervencionismo en Latinoamérica, en donde:

La representante por Nueva York, Nydia M. Velázquez, ha introducido en el Capitolio, según ha podido saber EL PAÍS, una resolución que exige que el Departamento de Estado dé por superado “formalmente” el influyente marco de relaciones internacionales para desarrollar en su lugar una “política del Nuevo Buen Vecino”, “diseñada para fomentar las mejores relaciones y profundizar en una cooperación más eficaz”. Eso se traduce, según el texto, en el final de todas las sanciones económicas unilaterales, embargo de Cuba incluido; la desclasificación inmediata de los archivos secretos de la CIA relacionados con golpes de estado y apoyo a dictaduras; la aprobación de leyes que permitan la suspensión automática de ayudas a cualquier Gobierno ilegítimo de la región; el apoyo a la “democratización” del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)…

Finalmente, al digitar en el ordenador, “doctrina Monroe PDF” – para aproximar la búsqueda trabajos escritos con cierto grado de formalidad o rigor- entrega 1.250.000 registros.

En síntesis, aunque seguramente más figuras políticas de todo el mundo han hecho referencia a la doctrina Monroe, lo que puede verse de las anteriormente presentadas es la actualidad y visibilidad mediática de tal doctrina y de la que pocos hechos de hace dos siglos gozan.

Encontramos al menos cinco tipos de perspectivas. La primera, proviene de los propios políticos estadounidenses que afirman en cada momento y dependiendo de su ángulo, la necesidad de mantenerla como directriz sobre el continente y ante la reconfiguración hacia la multipolaridad con Rusia y China. De hecho, ante tal reconfiguración global, que implica todo un cambio sistémico, existe la necesidad de copar con gobiernos pro estadounidenses a América Latina y el Caribe, mediante Law fare, golpes blandos o revoluciones de colores. Además ha hecho que la diplomacia norteamericana se fundamenta en el brazo militar del Comando Sur, representado en varias declaraciones de la jefe de tal comando, Laura Richardson, acerca de temas como medios de comunicación y recursos naturales en la subregión americana. La otra perspectiva desde el señor norteamericano consiste en derogarla para volver sobre formas renovadas de buena vecindad. La segunda, es la percepción de diplomáticos y políticos no estadounidenses que avistan a la misma como una política agresiva sobre el continente y el Caribe. La tercera, señala el fin de la doctrina, su obsolescencia ante la actual realidad geopolítica. La cuarta, la apreciada como una base germinal de la política exterior estadounidense hacia la hegemonía global; de hecho la forma en que John O’ Sullivan declara el destino manifiesto de Estados Unidos, en 1845, es en cierta forma premonitoria de los alcances territoriales y demográficos que le esperaban a la nación fundada en el pacto de Mayflower, en 1620, cien años después. Finalmente, la quinta, intenta hacer un paralelo entre la doctrina Monroe como tesis de control regional y la disposición de China a actuar así en su zona directa de injerencia.

Este somero rastreo del uso actual de la expresión ‘doctrina Monroe’ evidentemente no pretende interpelar con la voluminosa y prolija producción académica. Pero devela como cierta la vigencia de tal doctrina y la necesidad de su análisis para apreciar sus cambios y continuidades, sus cualidades quizá polisémicas y políticamente versátiles.

La interesante persistencia de evocar a la doctrina Monroe

‘Doctrina Monroe’ es un núcleo, un referente central para medir cualquier acción o comentario desde los políticos y representantes estadounidenses o de otras latitudes

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Algunas cosas se apresuran a existir y otras se apresuran a desaparecer; y de lo que está naciendo, una parte ya se ha extinguido.

Marcus Aurelius

El presente instantáneo toma la forma del recuerdo, es evocado al mismo tiempo que se cumple. ¿Qué otra cosa significa “acordarse del presente” sino es probar la irresistible sensación de haberlo ya vivido anteriormente?

Paolo Virno
El recuerdo del presente. Ensayo sobre el tiempo histórico.

En el borroso límite de lo que llamamos actualidad, podemos apreciar el esmero en reescribir la historia desde sesgos ideológicos que superan la vieja frase: “la historia la escriben los vencedores”. Por ejemplo, desconocer a la Unión Soviética como nación partícipe y clave en la derrota de los nazis en 1945. Derribar además los monumentos erigidos por gratitud y memoria a los soldados que contribuyeron en la liberación de los países de la Europa del Este, del nazismo. En América Latina también se vivencia el fenómeno de reescritura de la historia – liderado por la mediocre vanguardia auto denominada ‘libertarios’– así como de un minimalismo histórico, que consiste en contar cada vez menos en los textos escolares sobre fenómenos relevantes para explicar el presente y proyectar rutas más certeras a futuro.

Curiosamente, la semántica manejada en torno a la doctrina Monroe ha mantenido su cariz esencial y quizá, como se verá, se ha hecho más franco, más allá de su literalidad. Es decir, al conmemorar dos siglos de la enunciación de tal doctrina lo último que se avista es obsolescencia. Por el contrario, gravita entre un límite doctrinal de protección regional – frente a Rusia y China- y una iniciativa misional de expansión y dominación global.

El 2 de diciembre de 1823, como extensión de la idea de “destino manifiesto” se activó la doctrina Monroe bajo el lema, “América para los americanos”. Esta consigna de la doctrina de política exterior estadounidense ha cabalgado dos siglos fiel a lo que quiso decir, hizo y hace.

Luego de acuñarse de manera tal que no es sólo un discurso si no la semántica que concreta una suma de dolencias, intervenciones y golpes de Estado en la región latinoamericana y caribeña, ha sido innecesariamente resignificarlo.

Y he aquí primer punto a tener presente para comprender el ‘América para los americanos’. Ellos, los estadounidenses se llaman así mismos ‘Americans’; excluyendo de un sentido común mínimo geográfico al resto del continente americano. Cuando Joseph Biden dice, cito a Forbes 19 de enero de 2022:

 “Solíamos hablar cuando era un joven en la universidad del patio trasero de Estados Unidos, pero no es el patio trasero, creo que al sur de la frontera con México es el patio delantero de Estados Unidos. Somos gente igual”. Y aseguró que Washington no dicta lo que ocurre en otras partes del continente: “El problema que tenemos son las grandes dificultades para compensar los errores que cometimos en los últimos cuatro años, y llevará algún tiempo”.

Si lo dijo de corazón fue demasiado tarde y no es sólo un ‘error’ de los cuatro años de la presidencia de Donald Trump. Lo clave es que ‘doctrina Monroe’ es un núcleo, un referente central para medir cualquier acción o comentario desde los políticos y representantes estadounidenses o de otras latitudes, como se verá. En sí la doctrina Monroe se exhibe vigente, recordable, citable. No es un arcaísmo, una palabra en desuso y sin decirse se enuncia, encuentra otras formas, como ‘patio trasero’ por comprensión u ‘orden basado en reglas’ por extensión. Para la muestra algunos ejemplos a continuación que no se referencian en orden cronológico.

The New York Times, en fecha 14 de diciembre de 2020, publica, Biden y las oportunidades para Estados Unidos y América Latina. El presidente electo podría reconfigurar las relaciones de su país con la región. Es una difícil, pero también una coyuntura única. Y señala:

Estados Unidos empezará una nueva gestión presidencial en enero y enfrentará un reto mayor: devolver a la política exterior de su país la legitimidad perdida durante los cuatros años de gobierno de Donald Trump. Quizás ninguna región sea más importante en ese rubro que América Latina.

Es en Latinoamérica donde, siguiendo la proclamación de la Doctrina Monroe en 1823 —“América para los americanos”—, el mito de la excepcionalidad estadounidense ha generado algunas de las páginas más oscuras de la política exterior de Washington. Pero es también aquí donde Estados Unidos ha mostrado ciertas posibilidades para establecer una forma más horizontal e incluyente de hegemonía.

Foreign Affairs, en su publicación del 22 de noviembre de 2022, titula, De Monroe a Xi Jinping. ¿Vuelve Estados Unidos a mirar con interés a Latinoamérica, aunque sea de reojo? Allí señala que:

La Doctrina Monroe, “América para los americanos”, estaba acumulando polvo desde que Estados Unidos se convirtió en la única potencia del mundo. Pero en estos momentos en los que China ha dejado claro que aspira a ponerse al mismo nivel de Estados Unidos, la idea de James Monroe vuelve a sonar en los despachos estadounidenses.

En CCN del 21 de marzo de 2023, en su nota titulada, AMLO reacciona a reporte de derechos humanos de EE.UU.: Se cree el gobierno del mundo, citó al mandatario quien dijo:

… con respeto, es que es su naturaleza, no quieren abandonar la doctrina Monroe y antes el llamado destino manifiesto, no quieren cambiar, entonces se creen el gobierno del mundo, se asumen como el gobierno del mundo”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tras darse a conocer un informe del Departamento de Estado de EE.UU. sobre violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades mexicanas.

Sputnik, el 14 de mayo de 2022 publicó una nota titulada, Lavrov: EEUU quiere dictar bajo qué normas debe vivir América Latina al estilo de la doctrina Monroe. Donde Lavrov señala:

“Siguiendo el espíritu de la doctrina Monroe, EEUU quiere dictar según qué normas debe vivir América Latina. La cuestión es si los estadounidenses son realmente capaces de seguir el principio clave de la Carta de la ONU que establece que las Naciones Unidas se basan en la igualdad soberana de los Estados”

El propio Sputnik, el 22 de abril de 2023 tituló así una nota: Gira de Lavrov: nuevo episodio de la caída de la doctrina Monroe en América Latina, a propósito del comentario del excanciller peruano Héctor Béjar Rivera, quien señaló:

“La gira de Lavrov es un desafío a Washington, cuyos políticos pretenden retroceder el reloj de la historia en dos siglos cuando EEUU proclamó la colonialista doctrina Monroe con la que suponían erradamente que podían reemplazar en América a los imperios británico y español”

BBC Mundo, el 26 de septiembre de 2018 tituló, Qué es la doctrina Monroe que Trump reflotó en la ONU contra la influencia de “potencias extranjeras” en América Latina, señalando que:

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado la señal más clara de que intenta desempolvar un viejo pilar de la política de su país hacia América Latina que parecía enterrado: la Doctrina Monroe.

“Aquí en el hemisferio occidental, estamos comprometidos a mantener nuestra independencia de la intrusión de potencias extranjeras expansionistas”, dijo Trump este martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

“Ha sido la política formal de nuestro país desde el presidente (James) Monroe que rechacemos la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestros propios asuntos”, agregó. Los países de América Latina que ya se unieron a la gigantesca nueva ruta de la seda de China (y las dudas de que ese proyecto sea en beneficio mutuo)

BBC Mundo, el 18 de noviembre de 2013, titula John Kerry asegura que “la doctrina Monroe ha terminado”

En un discurso ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en la ciudad de Washington, el secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry ratificó que la relación entre su país y América Latina debe ser una de socios equivalentes. Kerry agregó que la relación que su gobierno busca es una que no está basada en doctrinas sino en los intereses y valores comunes, por lo que dijo – en español- que la “unión hace la fuerza”. En especial se refirió a Cuba, país al que calificó de una “excepción”.

BBC MUNDO el 27 de diciembre de 2020, titula; El día de 1895 en que Estados Unidos intervino a favor de Venezuela contra la superpotencia de la época, aquí señala la publicación que:

Pero exactamente un siglo antes, en 1895, la alianza entre ambos países alcanzó quizá uno de sus puntos más cumbres, cuando Estados Unidos se enfrentó a la superpotencia de la época, Reino Unido, a favor de los intereses venezolanos y en rechazo al imperialismo europeo.

Bajo la Doctrina Monroe, atribuida al expresidente estadounidense James Monroe, que reclamaba una “América para los americanos”, EE.UU. intervino en la disputa sobre la frontera entre la Guayana Británica (actual Guyana) y Venezuela.

Aquí es necesario hacer una pausa para señalar que lo que hizo Estados Unidos – y es parte de un debate actual, tanto diplomático como académico, en el marco de las tensiones guayano-venezolanas- fue abrogarse una representación en donde ni la naciente Guayana ni Venezuela interpelaban; dejando así dispuesto un fragmento de América del Sur al prestigio del Imperio Británico, pero indicándole al mismo que obraría sobre las posesiones de España en Florida, Filipinas y Cuba; principio de la ‘fruta madura’. El laudo arbitral del París del 3 de octubre de 1899, marcó la auténtica política intervencionista estadounidense; rebatiendo tal hecho el decir de la BBC sobre una casi heroica defensa de los intereses venezolanos, sin un solo ciudadano venezolano presente y teniendo como corolario el despojo de la Guayana esequiba, de Venezuela.

Continuando con nuestra revisión, en, ESGLOBAL, diario chino, en fecha 18 de mayo de 2017, tituló así un artículo: La dificultad de una Doctrina Monroe para China en el sureste asiático. En un fragmento señala:

A partir de ahí, Theodore Roosevelt desarrolló un espíritu de tutelaje sobre la región, basado en un supuesto sentido de responsabilidad de EE. UU. hacia sus vecinos. “Me parece inevitable que tarde o temprano Estados Unidos deberá asumir una actitud de protección y regulación en relación a todos esos pequeños estados en la vecindad del Caribe”, dijo en 1904, en lo que ha sido conocido como el corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe. […] Aceptando que los paralelismos históricos son siempre imperfectos, podría decirse que el actual presidente chino, Xi Jinping, es el Theodore Roosevelt chino. Tanto por su decidido empuje al intento de control de los mares interiores, que deben llevar a la consolidación de la hegemonía regional china, como por su notable impulso a la fuerza naval, que debe confirmar el ascenso de China a superpotencia mundial.

En la página Tricontinental, en fecha junio 16 de 2022, señaló en su artículo: La letalidad de la Doctrina Monroe global de Washington, que:

El espíritu maligno de la Doctrina Monroe no solo continúa, sino que ahora ha sido ampliado por el gobierno estadounidense en una especie de Doctrina Monroe global. Para hacer valer esta absurda pretensión sobre todo el planeta, EE. UU. ha llevado a cabo una política para «debilitar» a los que considera «rivales cercanos», es decir, China y Rusia.

El 6 de noviembre de 2017, el Diario el País, tituló un artículo de Diego Arria, Putin desafía la doctrina Monroe: Rusia es cómplice de un régimen venezolano que por sus características representa un inminente y real peligro para la paz y la seguridad internacional.

The New York Times, del 10 de febrero de 2018, en una nota de Christopher Sabatini titula: El intento de Tillerson por estrechar lazos en América Latina. Allí se anota que:

La semana pasada, Tillerson comenzó la gira con una parada en su alma mater, la Universidad de Texas, campus Austin, donde respaldó de manera insensible la doctrina Monroe de 1823 al decir que el derecho que tiene Estados Unidos de bloquear la interferencia externa en el hemisferio es “tan relevante ahora como el día en el que fue redactada”. En una región que ha sufrido incontables intervenciones estadounidenses en nombre de la doctrina Monroe, invocarla como una guía legítima de la política internacional de Estados Unidos es tan solo un poco mejor que abogar por la “carga del hombre blanco”.

TeleSur, el 6 de diciembre de 2022, publicó bajo el título: Impacto de la Doctrina Monroe en América Latina y el Caribe, la siguiente idea, en relación con las declaraciones de Rex Tillerson ya vistas:

En febrero de 2018, el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró que la Doctrina “es tan relevante hoy como el día en que fue escrita”. […] “Todo lo que este país desea es ver a sus vecinos estables, organizados y prósperos […] pero los comportamientos incorrectos crónicos […] requieren la intervención de alguna nación civilizada, y en el Hemisferio Occidental el apego de Estados Unidos a la Doctrina Monroe nos obliga […] a ejercer un poder internacional policial”.

En el diario El País, de España, del 21 de diciembre de 2023, se titula un artículo: Congresistas de EE UU exigen el fin de la ‘doctrina Monroe’ y del intervencionismo en Latinoamérica, en donde:

La representante por Nueva York, Nydia M. Velázquez, ha introducido en el Capitolio, según ha podido saber EL PAÍS, una resolución que exige que el Departamento de Estado dé por superado “formalmente” el influyente marco de relaciones internacionales para desarrollar en su lugar una “política del Nuevo Buen Vecino”, “diseñada para fomentar las mejores relaciones y profundizar en una cooperación más eficaz”. Eso se traduce, según el texto, en el final de todas las sanciones económicas unilaterales, embargo de Cuba incluido; la desclasificación inmediata de los archivos secretos de la CIA relacionados con golpes de estado y apoyo a dictaduras; la aprobación de leyes que permitan la suspensión automática de ayudas a cualquier Gobierno ilegítimo de la región; el apoyo a la “democratización” del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)…

Finalmente, al digitar en el ordenador, “doctrina Monroe PDF” – para aproximar la búsqueda trabajos escritos con cierto grado de formalidad o rigor- entrega 1.250.000 registros.

En síntesis, aunque seguramente más figuras políticas de todo el mundo han hecho referencia a la doctrina Monroe, lo que puede verse de las anteriormente presentadas es la actualidad y visibilidad mediática de tal doctrina y de la que pocos hechos de hace dos siglos gozan.

Encontramos al menos cinco tipos de perspectivas. La primera, proviene de los propios políticos estadounidenses que afirman en cada momento y dependiendo de su ángulo, la necesidad de mantenerla como directriz sobre el continente y ante la reconfiguración hacia la multipolaridad con Rusia y China. De hecho, ante tal reconfiguración global, que implica todo un cambio sistémico, existe la necesidad de copar con gobiernos pro estadounidenses a América Latina y el Caribe, mediante Law fare, golpes blandos o revoluciones de colores. Además ha hecho que la diplomacia norteamericana se fundamenta en el brazo militar del Comando Sur, representado en varias declaraciones de la jefe de tal comando, Laura Richardson, acerca de temas como medios de comunicación y recursos naturales en la subregión americana. La otra perspectiva desde el señor norteamericano consiste en derogarla para volver sobre formas renovadas de buena vecindad. La segunda, es la percepción de diplomáticos y políticos no estadounidenses que avistan a la misma como una política agresiva sobre el continente y el Caribe. La tercera, señala el fin de la doctrina, su obsolescencia ante la actual realidad geopolítica. La cuarta, la apreciada como una base germinal de la política exterior estadounidense hacia la hegemonía global; de hecho la forma en que John O’ Sullivan declara el destino manifiesto de Estados Unidos, en 1845, es en cierta forma premonitoria de los alcances territoriales y demográficos que le esperaban a la nación fundada en el pacto de Mayflower, en 1620, cien años después. Finalmente, la quinta, intenta hacer un paralelo entre la doctrina Monroe como tesis de control regional y la disposición de China a actuar así en su zona directa de injerencia.

Este somero rastreo del uso actual de la expresión ‘doctrina Monroe’ evidentemente no pretende interpelar con la voluminosa y prolija producción académica. Pero devela como cierta la vigencia de tal doctrina y la necesidad de su análisis para apreciar sus cambios y continuidades, sus cualidades quizá polisémicas y políticamente versátiles.

‘Doctrina Monroe’ es un núcleo, un referente central para medir cualquier acción o comentario desde los políticos y representantes estadounidenses o de otras latitudes

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Algunas cosas se apresuran a existir y otras se apresuran a desaparecer; y de lo que está naciendo, una parte ya se ha extinguido.

Marcus Aurelius

El presente instantáneo toma la forma del recuerdo, es evocado al mismo tiempo que se cumple. ¿Qué otra cosa significa “acordarse del presente” sino es probar la irresistible sensación de haberlo ya vivido anteriormente?

Paolo Virno
El recuerdo del presente. Ensayo sobre el tiempo histórico.

En el borroso límite de lo que llamamos actualidad, podemos apreciar el esmero en reescribir la historia desde sesgos ideológicos que superan la vieja frase: “la historia la escriben los vencedores”. Por ejemplo, desconocer a la Unión Soviética como nación partícipe y clave en la derrota de los nazis en 1945. Derribar además los monumentos erigidos por gratitud y memoria a los soldados que contribuyeron en la liberación de los países de la Europa del Este, del nazismo. En América Latina también se vivencia el fenómeno de reescritura de la historia – liderado por la mediocre vanguardia auto denominada ‘libertarios’– así como de un minimalismo histórico, que consiste en contar cada vez menos en los textos escolares sobre fenómenos relevantes para explicar el presente y proyectar rutas más certeras a futuro.

Curiosamente, la semántica manejada en torno a la doctrina Monroe ha mantenido su cariz esencial y quizá, como se verá, se ha hecho más franco, más allá de su literalidad. Es decir, al conmemorar dos siglos de la enunciación de tal doctrina lo último que se avista es obsolescencia. Por el contrario, gravita entre un límite doctrinal de protección regional – frente a Rusia y China- y una iniciativa misional de expansión y dominación global.

El 2 de diciembre de 1823, como extensión de la idea de “destino manifiesto” se activó la doctrina Monroe bajo el lema, “América para los americanos”. Esta consigna de la doctrina de política exterior estadounidense ha cabalgado dos siglos fiel a lo que quiso decir, hizo y hace.

Luego de acuñarse de manera tal que no es sólo un discurso si no la semántica que concreta una suma de dolencias, intervenciones y golpes de Estado en la región latinoamericana y caribeña, ha sido innecesariamente resignificarlo.

Y he aquí primer punto a tener presente para comprender el ‘América para los americanos’. Ellos, los estadounidenses se llaman así mismos ‘Americans’; excluyendo de un sentido común mínimo geográfico al resto del continente americano. Cuando Joseph Biden dice, cito a Forbes 19 de enero de 2022:

 “Solíamos hablar cuando era un joven en la universidad del patio trasero de Estados Unidos, pero no es el patio trasero, creo que al sur de la frontera con México es el patio delantero de Estados Unidos. Somos gente igual”. Y aseguró que Washington no dicta lo que ocurre en otras partes del continente: “El problema que tenemos son las grandes dificultades para compensar los errores que cometimos en los últimos cuatro años, y llevará algún tiempo”.

Si lo dijo de corazón fue demasiado tarde y no es sólo un ‘error’ de los cuatro años de la presidencia de Donald Trump. Lo clave es que ‘doctrina Monroe’ es un núcleo, un referente central para medir cualquier acción o comentario desde los políticos y representantes estadounidenses o de otras latitudes, como se verá. En sí la doctrina Monroe se exhibe vigente, recordable, citable. No es un arcaísmo, una palabra en desuso y sin decirse se enuncia, encuentra otras formas, como ‘patio trasero’ por comprensión u ‘orden basado en reglas’ por extensión. Para la muestra algunos ejemplos a continuación que no se referencian en orden cronológico.

The New York Times, en fecha 14 de diciembre de 2020, publica, Biden y las oportunidades para Estados Unidos y América Latina. El presidente electo podría reconfigurar las relaciones de su país con la región. Es una difícil, pero también una coyuntura única. Y señala:

Estados Unidos empezará una nueva gestión presidencial en enero y enfrentará un reto mayor: devolver a la política exterior de su país la legitimidad perdida durante los cuatros años de gobierno de Donald Trump. Quizás ninguna región sea más importante en ese rubro que América Latina.

Es en Latinoamérica donde, siguiendo la proclamación de la Doctrina Monroe en 1823 —“América para los americanos”—, el mito de la excepcionalidad estadounidense ha generado algunas de las páginas más oscuras de la política exterior de Washington. Pero es también aquí donde Estados Unidos ha mostrado ciertas posibilidades para establecer una forma más horizontal e incluyente de hegemonía.

Foreign Affairs, en su publicación del 22 de noviembre de 2022, titula, De Monroe a Xi Jinping. ¿Vuelve Estados Unidos a mirar con interés a Latinoamérica, aunque sea de reojo? Allí señala que:

La Doctrina Monroe, “América para los americanos”, estaba acumulando polvo desde que Estados Unidos se convirtió en la única potencia del mundo. Pero en estos momentos en los que China ha dejado claro que aspira a ponerse al mismo nivel de Estados Unidos, la idea de James Monroe vuelve a sonar en los despachos estadounidenses.

En CCN del 21 de marzo de 2023, en su nota titulada, AMLO reacciona a reporte de derechos humanos de EE.UU.: Se cree el gobierno del mundo, citó al mandatario quien dijo:

… con respeto, es que es su naturaleza, no quieren abandonar la doctrina Monroe y antes el llamado destino manifiesto, no quieren cambiar, entonces se creen el gobierno del mundo, se asumen como el gobierno del mundo”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tras darse a conocer un informe del Departamento de Estado de EE.UU. sobre violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades mexicanas.

Sputnik, el 14 de mayo de 2022 publicó una nota titulada, Lavrov: EEUU quiere dictar bajo qué normas debe vivir América Latina al estilo de la doctrina Monroe. Donde Lavrov señala:

“Siguiendo el espíritu de la doctrina Monroe, EEUU quiere dictar según qué normas debe vivir América Latina. La cuestión es si los estadounidenses son realmente capaces de seguir el principio clave de la Carta de la ONU que establece que las Naciones Unidas se basan en la igualdad soberana de los Estados”

El propio Sputnik, el 22 de abril de 2023 tituló así una nota: Gira de Lavrov: nuevo episodio de la caída de la doctrina Monroe en América Latina, a propósito del comentario del excanciller peruano Héctor Béjar Rivera, quien señaló:

“La gira de Lavrov es un desafío a Washington, cuyos políticos pretenden retroceder el reloj de la historia en dos siglos cuando EEUU proclamó la colonialista doctrina Monroe con la que suponían erradamente que podían reemplazar en América a los imperios británico y español”

BBC Mundo, el 26 de septiembre de 2018 tituló, Qué es la doctrina Monroe que Trump reflotó en la ONU contra la influencia de “potencias extranjeras” en América Latina, señalando que:

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado la señal más clara de que intenta desempolvar un viejo pilar de la política de su país hacia América Latina que parecía enterrado: la Doctrina Monroe.

“Aquí en el hemisferio occidental, estamos comprometidos a mantener nuestra independencia de la intrusión de potencias extranjeras expansionistas”, dijo Trump este martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

“Ha sido la política formal de nuestro país desde el presidente (James) Monroe que rechacemos la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestros propios asuntos”, agregó. Los países de América Latina que ya se unieron a la gigantesca nueva ruta de la seda de China (y las dudas de que ese proyecto sea en beneficio mutuo)

BBC Mundo, el 18 de noviembre de 2013, titula John Kerry asegura que “la doctrina Monroe ha terminado”

En un discurso ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en la ciudad de Washington, el secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry ratificó que la relación entre su país y América Latina debe ser una de socios equivalentes. Kerry agregó que la relación que su gobierno busca es una que no está basada en doctrinas sino en los intereses y valores comunes, por lo que dijo – en español- que la “unión hace la fuerza”. En especial se refirió a Cuba, país al que calificó de una “excepción”.

BBC MUNDO el 27 de diciembre de 2020, titula; El día de 1895 en que Estados Unidos intervino a favor de Venezuela contra la superpotencia de la época, aquí señala la publicación que:

Pero exactamente un siglo antes, en 1895, la alianza entre ambos países alcanzó quizá uno de sus puntos más cumbres, cuando Estados Unidos se enfrentó a la superpotencia de la época, Reino Unido, a favor de los intereses venezolanos y en rechazo al imperialismo europeo.

Bajo la Doctrina Monroe, atribuida al expresidente estadounidense James Monroe, que reclamaba una “América para los americanos”, EE.UU. intervino en la disputa sobre la frontera entre la Guayana Británica (actual Guyana) y Venezuela.

Aquí es necesario hacer una pausa para señalar que lo que hizo Estados Unidos – y es parte de un debate actual, tanto diplomático como académico, en el marco de las tensiones guayano-venezolanas- fue abrogarse una representación en donde ni la naciente Guayana ni Venezuela interpelaban; dejando así dispuesto un fragmento de América del Sur al prestigio del Imperio Británico, pero indicándole al mismo que obraría sobre las posesiones de España en Florida, Filipinas y Cuba; principio de la ‘fruta madura’. El laudo arbitral del París del 3 de octubre de 1899, marcó la auténtica política intervencionista estadounidense; rebatiendo tal hecho el decir de la BBC sobre una casi heroica defensa de los intereses venezolanos, sin un solo ciudadano venezolano presente y teniendo como corolario el despojo de la Guayana esequiba, de Venezuela.

Continuando con nuestra revisión, en, ESGLOBAL, diario chino, en fecha 18 de mayo de 2017, tituló así un artículo: La dificultad de una Doctrina Monroe para China en el sureste asiático. En un fragmento señala:

A partir de ahí, Theodore Roosevelt desarrolló un espíritu de tutelaje sobre la región, basado en un supuesto sentido de responsabilidad de EE. UU. hacia sus vecinos. “Me parece inevitable que tarde o temprano Estados Unidos deberá asumir una actitud de protección y regulación en relación a todos esos pequeños estados en la vecindad del Caribe”, dijo en 1904, en lo que ha sido conocido como el corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe. […] Aceptando que los paralelismos históricos son siempre imperfectos, podría decirse que el actual presidente chino, Xi Jinping, es el Theodore Roosevelt chino. Tanto por su decidido empuje al intento de control de los mares interiores, que deben llevar a la consolidación de la hegemonía regional china, como por su notable impulso a la fuerza naval, que debe confirmar el ascenso de China a superpotencia mundial.

En la página Tricontinental, en fecha junio 16 de 2022, señaló en su artículo: La letalidad de la Doctrina Monroe global de Washington, que:

El espíritu maligno de la Doctrina Monroe no solo continúa, sino que ahora ha sido ampliado por el gobierno estadounidense en una especie de Doctrina Monroe global. Para hacer valer esta absurda pretensión sobre todo el planeta, EE. UU. ha llevado a cabo una política para «debilitar» a los que considera «rivales cercanos», es decir, China y Rusia.

El 6 de noviembre de 2017, el Diario el País, tituló un artículo de Diego Arria, Putin desafía la doctrina Monroe: Rusia es cómplice de un régimen venezolano que por sus características representa un inminente y real peligro para la paz y la seguridad internacional.

The New York Times, del 10 de febrero de 2018, en una nota de Christopher Sabatini titula: El intento de Tillerson por estrechar lazos en América Latina. Allí se anota que:

La semana pasada, Tillerson comenzó la gira con una parada en su alma mater, la Universidad de Texas, campus Austin, donde respaldó de manera insensible la doctrina Monroe de 1823 al decir que el derecho que tiene Estados Unidos de bloquear la interferencia externa en el hemisferio es “tan relevante ahora como el día en el que fue redactada”. En una región que ha sufrido incontables intervenciones estadounidenses en nombre de la doctrina Monroe, invocarla como una guía legítima de la política internacional de Estados Unidos es tan solo un poco mejor que abogar por la “carga del hombre blanco”.

TeleSur, el 6 de diciembre de 2022, publicó bajo el título: Impacto de la Doctrina Monroe en América Latina y el Caribe, la siguiente idea, en relación con las declaraciones de Rex Tillerson ya vistas:

En febrero de 2018, el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró que la Doctrina “es tan relevante hoy como el día en que fue escrita”. […] “Todo lo que este país desea es ver a sus vecinos estables, organizados y prósperos […] pero los comportamientos incorrectos crónicos […] requieren la intervención de alguna nación civilizada, y en el Hemisferio Occidental el apego de Estados Unidos a la Doctrina Monroe nos obliga […] a ejercer un poder internacional policial”.

En el diario El País, de España, del 21 de diciembre de 2023, se titula un artículo: Congresistas de EE UU exigen el fin de la ‘doctrina Monroe’ y del intervencionismo en Latinoamérica, en donde:

La representante por Nueva York, Nydia M. Velázquez, ha introducido en el Capitolio, según ha podido saber EL PAÍS, una resolución que exige que el Departamento de Estado dé por superado “formalmente” el influyente marco de relaciones internacionales para desarrollar en su lugar una “política del Nuevo Buen Vecino”, “diseñada para fomentar las mejores relaciones y profundizar en una cooperación más eficaz”. Eso se traduce, según el texto, en el final de todas las sanciones económicas unilaterales, embargo de Cuba incluido; la desclasificación inmediata de los archivos secretos de la CIA relacionados con golpes de estado y apoyo a dictaduras; la aprobación de leyes que permitan la suspensión automática de ayudas a cualquier Gobierno ilegítimo de la región; el apoyo a la “democratización” del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)…

Finalmente, al digitar en el ordenador, “doctrina Monroe PDF” – para aproximar la búsqueda trabajos escritos con cierto grado de formalidad o rigor- entrega 1.250.000 registros.

En síntesis, aunque seguramente más figuras políticas de todo el mundo han hecho referencia a la doctrina Monroe, lo que puede verse de las anteriormente presentadas es la actualidad y visibilidad mediática de tal doctrina y de la que pocos hechos de hace dos siglos gozan.

Encontramos al menos cinco tipos de perspectivas. La primera, proviene de los propios políticos estadounidenses que afirman en cada momento y dependiendo de su ángulo, la necesidad de mantenerla como directriz sobre el continente y ante la reconfiguración hacia la multipolaridad con Rusia y China. De hecho, ante tal reconfiguración global, que implica todo un cambio sistémico, existe la necesidad de copar con gobiernos pro estadounidenses a América Latina y el Caribe, mediante Law fare, golpes blandos o revoluciones de colores. Además ha hecho que la diplomacia norteamericana se fundamenta en el brazo militar del Comando Sur, representado en varias declaraciones de la jefe de tal comando, Laura Richardson, acerca de temas como medios de comunicación y recursos naturales en la subregión americana. La otra perspectiva desde el señor norteamericano consiste en derogarla para volver sobre formas renovadas de buena vecindad. La segunda, es la percepción de diplomáticos y políticos no estadounidenses que avistan a la misma como una política agresiva sobre el continente y el Caribe. La tercera, señala el fin de la doctrina, su obsolescencia ante la actual realidad geopolítica. La cuarta, la apreciada como una base germinal de la política exterior estadounidense hacia la hegemonía global; de hecho la forma en que John O’ Sullivan declara el destino manifiesto de Estados Unidos, en 1845, es en cierta forma premonitoria de los alcances territoriales y demográficos que le esperaban a la nación fundada en el pacto de Mayflower, en 1620, cien años después. Finalmente, la quinta, intenta hacer un paralelo entre la doctrina Monroe como tesis de control regional y la disposición de China a actuar así en su zona directa de injerencia.

Este somero rastreo del uso actual de la expresión ‘doctrina Monroe’ evidentemente no pretende interpelar con la voluminosa y prolija producción académica. Pero devela como cierta la vigencia de tal doctrina y la necesidad de su análisis para apreciar sus cambios y continuidades, sus cualidades quizá polisémicas y políticamente versátiles.

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