El problema radica en que estos europeos de la elite effete están corriendo el riesgo de iniciar una guerra mundial nuclear con sus puny juegos.
Existen indicios prometedores más allá del escenario distópico. Y concretamente en Rusia.
Un aliado como Jair Bolsonaro en el gobierno de Brasil permitiría a Estados Unidos sabotear la alianza entre los países del llamado “Sur Global” hacia un mundo “multipolar”, como ellos defienden.
Para Moscú la única manera de proteger a su pueblo es avanzando en el campo de batalla.
Estados Unidos siempre ha tenido, en los últimos 80 años, una enorme influencia en la política brasileña, controlándola en muchos aspectos. Es sobre los políticos del Congreso Nacional que Washington ejecuta uno de los más importantes planes de proyección de soft power.
Prepárense para la próxima crisis fabricada, donde como siempre, la culpa será de los demás.
La UE se ha convertido en un club de élites afines, unidas en apariencia pero movidas por la rivalidad y el interés propio.
Trump se pronunció a favor de la propuesta de Putin. Pendiente el tema de los aranceles con Europa, sus líderes optaron por acatar esa opinión