En días recientes la misma Unión Europea que nunca se había ubicado tan bajo en el mapa del mundo como lo fue en la denominada Reunión de Alaska.
Únete a nosotros en Telegram , Twitter
y VK
.
Escríbenos: info@strategic-culture.su
¿Está la Unión Europea y sus estados miembros colectivamente dirigiéndose hacia un abismo? Durante muchos años han estado atacando los titulares del tema del “Fin de la Unión Europea”—incluso yo mismo, debo admitirlo— pero en días recientes la misma Unión Europea que nunca se había ubicado tan bajo en el mapa del mundo como lo fue en la denominada Reunión de Alaska. Unas cuantas semanas antes, muchos simpatizantes de la Unión Europea quedaron asombrados de cuan pusilánime fue el jefe de la Unión Europea cuando se enfrentó a Donald Trump y aceptó el 15 por ciento de arancel en general para todos los productos de la Unión Europea que ingresen a Estados Unidos –absolutamente asombroso dado que no hubo ningún anuncio sobre conversaciones comerciales entre los funcionarios de ambos lados sobre negociar un tema más apropiado. Esta sola maniobra reveló a la Unión Europea, como no otra cosa que de entera propiedad de las más grandes corporaciones del mundo como ser Pfizer, productora norteamericana de antibióticos a la cual Úrsula von der Leyen hizo partícipe de un fondo para producir vacunas de la Unión Europea por seiscientos mil millones de euros y por lo tanto, habría sido absurdo que ella se resistiera.
Y ahora es el turno de la Unión Europea de asimilar otro golpe haciendo un papel secundario en las negociaciones para un acuerdo pacífico de la guerra de Ucrania. Sin embargo, aunque muy pocos apuestan por un acuerdo de paz. Incluso el mismo Trump no parece tener muchas esperanzas, ya que Putin ha dejado en claro que él desea que las regiones de habla rusa al oriente de Ucrania sean entregadas como parte del acuerdo, más garantías que Ucrania nunca será miembro de la OTAN.
Si la OTAN todavía existe en los próximos meses es otra cuestión, ya que vale la pena notar que esta organización transatlántica que dirige Estados Unidos, está actualmente transitando por su más bajo nivel en su historia como Unión Europea. Lo que idiotizados periodistas norteamericanos que gritaron a Putin en la conferencia de prensa “¿Dejará usted de matar civiles?”. No preguntar sería más evidente. Por supuesto, que ellos no le gritan preguntas estúpidas a Netanyahu cuando este está de visita en Estados Unidos, quien es el arquitecto del más horrible genocidio en lo que va del siglo XXI, en que las mujeres y los niños que escapan de las bombas que llueven sobre sus carpas ahora mueren de hambre –todo eso apoyado por Estados Unidos. Pero los periodistas no le preguntan a Putin “¿Cómo va la guerra en Ucrania Señor?” o algo así “¿Qué piensa usted que le pasaría a la OTAN si sus fuerzas armadas obligan a Zelensky a rendirse?
La reunión nunca iba a ser productora de un acuerdo de paz en Ucrania según la acomodaticia posición de los periodistas, lo cual fue un indicador para eso. Lo que quedó sentado en la reunión de Alaska fue que los dos líderes mostraron mutuo respeto de manera que acuerdos mayores pudieran ser elaborados –quizás acuerdos energéticos y de infraestructura en la misma Alaska, o quizás de tierras raras y minerales en Rusia—y si usted escucha con cuidado las respuestas de Trump a los medios de prensa usted notará las insinuaciones.
Pero con las relaciones de Estados Unidos y Rusia desplazándose en una dirección más sobria y más desarrollada –madura en vez de la tonta posición de Biden existen muchas posibilidades sobre la mesa. Lo de Ucrania bien podría resolverse en algún momento, si unos de esos súper acuerdos alcanzan a ver la luz del día.
Para los europeos y la Unión Europea, ellos tendrán que bailar al ritmo de Putin y Trump lo cual los hace verse más inútiles e incongruentes con el cuadro mayor de la geopolítica que ellos ansían. Lo mismo va para la OTAN, ambas instituciones han echado leña al fuego en años recientes con ver solo la opción de guerra –o más específicamente escalar o desarrollar la opción que fracasó estrepitosamente y que ahora justifican las enormes sumas de dinero dedicadas al proyecto bélico que no puede beneficiar a Occidente, ahora sus líderes esgrimen solo una narrativa que es la repetir una y otra vez tratando de salvar su propia credibilidad y sus puestos de trabajo. Más guerra, más guerra, incluso más guerra.
Resulta increíble: la alta diplomática de la Unión Europea Kaja Kallas, ex Primera ministra de Estonia, clave reciente en la visión que la Unión Europea y la OTAN tienen acerca de la guerra de Ucrania. Ellos la ven como la Unión Europea es primera prueba de la política de mano dura en política exterior antes de estar siendo apoyada por “Papito” Trump. Probablemente la más estúpida y engañosa declaración del mes fue la de Kallas quien dijo a los periodistas “Si Europa no puede derrotar a Rusia, ¿Cómo podría derrotar a China?”. Todo su pensamiento se basa en un conflicto más bien que en la prevención de un conflicto, lo cual también tiene que ver con salvar tanto a la OTAN como a la Unión Europea de su peor caída de credibilidad cuando Rusia finalmente derrote al ejercito ucraniano. Estos bufones de la Unión Europea han creado desde el año 2014 e incluso antes, una guerra que era casi inevitable pues ellos carecen de los medios, la capacidad militar o siquiera la voluntad de ganar y así es como ahora sus prioridades consisten en realizar un encubrimiento masivo del fracaso y protegen a sí mismas sus propias dinastías.
Europa no se está preparando para la guerra. Esa es una gran faramalla, se está preparando para una gran caída la cual será sin precedentes y bien podría ser una catálisis tanto para el deceso de la Unión Europea como de la OTAN tal como las conocemos.
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona.