Español
Pepe Escobar
February 9, 2024
© Photo: Public domain

Washington está dividiendo activamente a la UE en favor de un eje rabiosamente rusófobo Vilna-Varsovia-Kiev.

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

Sí, cariño, vamos a hacerlo realidad
Toma al mundo en un abrazo de amor
Dispara todas tus armas a la vez
Y explota en el espacio

Steppenwolf, Born to be Wild, 1967 (1).

El mundo tiene que estar agradecido al vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso Dimitri Medvedev.   Parafraseando aquella la icónica cadena de anuncios de la época de la Guerra Fría sobre una cerveza que refresca las partes a las que otras cervezas no llegan, Medvedev refresca esas partes -sensibles- a las que el Kremlin y el Ministerio de Asuntos Exteriores, por razones diplomáticas, no pueden llegar.

Mientras asombrosos cambios tectónicos siguen poniendo patas arriba la geopolítica y la geoeconomía, y el Ángel de la Historia mira hacia el Este mientras Estados Unidos, corroído desde dentro, se aferra desesperadamente a retazos de su menguante Dominio de Espectro Completo, Medvédev no oculta lo mucho que disfruta con «humo y luces», por no hablar de «truenos de heavy metal».

La Prueba Uno es algo para la historia. Merece una cita completa, con una colorida traducción al inglés:

Los políticos occidentales que se han cagado en los pantalones y sus mediocres generales de la OTAN han decidido una vez más asustarnos. Han lanzado las mayores maniobras militares desde la Guerra Fría.

En ellas participan 90.000 soldados de 31 países de la Alianza y ‘casi en bloque’ Suecia, unos 50 buques de guerra, 80 aviones, 1.100 vehículos de combate terrestres, incluidos 133 tanques.

Se espera que algunas etapas tengan lugar en los países más descaradamente rusófobos y más repulsivos para nosotros, como PoloniaLetonia, Lituania y Estonia, es decir, muy cerca de las fronteras de Rusia.

Las cotorras de la OTAN no se atrevieron a decir directamente contra quién van dirigidas estas maniobras, y se limitaron a una cháchara vacía sobre «practicar planes de defensa y disuadir posibles agresiones de los adversarios más cercanos.

Pero es bastante obvio que esta convulsión de músculos occidentales flácidos es una advertencia a nuestro país. Es como si dijeran: ¿no deberíamos amenazar adecuadamente a Rusia y mostrarle al erizo ruso un gordo culo transexual europeo?

No resultó aterrador, pero sí muy significativo.

Después de todo, si la propia Alianza decidió realizar ejercicios de este nivel, significa que realmente tienen miedo de algo.

Y aún más, no sólo no creen en la victoria, sino en ningún éxito militar del podrido régimen neonazi de Kiev. Además, por supuesto, están elaborando la agenda antirrusa con fines políticos internos, consolidando su electorado descontento.

En conjunto, se trata de un juego con fuego muy peligroso.

Se han reunido fuerzas importantes. Y no se han realizado ejercicios de esta envergadura desde el siglo pasado. Por lo tanto, son algo antiguo y bien olvidado.

No vamos a atacar a ningún país de este bloque. Todas las personas razonables de Occidente lo entienden. Pero si juegan demasiado fuerte e invaden la integridad de nuestro país, recibirán al instante una respuesta adecuada.

Esto sólo significará una cosa: una gran guerra, de la que la OTAN ya no se apartará.

Lo mismo ocurrirá si algún país de la OTAN empieza a proporcionar sus aeródromos a los partidarios de Bandera o a acuartelar sus tropas con neonazis. Sin duda se convertirán en un objetivo legítimo para nuestras Fuerzas Armadas y serán destruidos sin piedad como enemigos.

Todos aquellos que llevan cascos con símbolos de la OTAN y que hoy hacen sonar sus armas no lejos de nuestras fronteras deberían recordarlo».

Derrota humillante o Totalen Krieg

El trueno metálico de Medvédev se complementa con un superb magnífico análisis de Rostislav Ishchenko, a quien tuve el placer de conocer en Moscú hace años.

Estos son dos puntos clave

  1. «Hoy, la preparación de los ejércitos de los miembros europeos de la OTAN para una guerra real es inferior a la del ejército ruso en la época más difícil ‘de los 90‘».
  2. Ishchenko dibuja nítidamente la disyuntiva de Occidente, «entre el reconocimiento de una derrota vergonzosa, con una derrota en el campo de batalla de las unidades de la OTAN propiamente dichas, y el comienzo con Rusia de una guerra en toda regla, que los ejércitos europeos no pueden librar, y para la que los estadounidenses no tienen fuerzas, pues van a comprometerse en China».

La conclusión inevitable: toda la arquitectura estadounidense de «contención rusa» se está «desmoronando».

Ishchenko señala correctamente que «Occidente no es capaz de librar una guerra de poder contra Rusia más allá de 2024» (el ministro de Defensa Shoigu, en declaraciones oficiales, ya dijo el año pasado que la SMO terminará en 2025).

Ishchenko añade: «Incluso si consiguen aguantar no sólo hasta el otoño, sino hasta diciembre de 2024 (lo cual es muy dudoso), el fin de Ucrania sigue estando cerca, y para sustituirlos, Occidente no pudo preparar a otro que quisiera morir por Estados Unidos en una guerra por poderes con Rusia.»

Pues lo están intentando. Con fuerza. Por ejemplo, regimentando a un montón de hienas para la estafa de los Tres MaresY dando rienda suelta a Budanov, el mimado de la CIA en Kiev, para que organice atentados terroristas en serie dentro de la Federación Rusa.

Mientras tanto, un memorándum confidencial diseñado en la London School of Economics sugiere una estrecha cooperación entre el gobierno alemán, USAID y la Fundación Friedrich Ebert para construir una especie de «nueva Singapur en Kiev»: es decir, una «reconstrucción» que beneficie a la Alemania corporativa de un infierno de bajos salarios.

Nadie sabe qué tipo de «Kiev» sobrevivirá, y en qué forma. Así que no habrá ningún «Singapur» remezclado.

No habrá compromiso

El analista alemán Patrik Baab ha ofrecido un meticuloso desglose de los hechos clave que subyacen al arrebato de Medvédev.

Por supuesto, tiene que citar a Stoltenberg, de la OTAN, que ya ha confirmado elípticamente, de forma oficial, que no se trata de una guerra de agresión «no provocada»: de hecho, la OTAN la provocó; además, es una guerra por poderes, esencialmente sobre la expansión de la OTAN hacia el este.

Baab también reconoce correctamente que tras las negociaciones de paz de Estambul de marzo/abril de 2022, implosionadas por EEUU y el Reino Unido, la confianza en el Kremlin -y en el Ministerio de Asuntos Exteriores- de los políticos colectivos de Occidente es nula.

Baab también hace referencia a una de las fuentes del Estado Profundo de Sy Hersh:

«La guerra ha terminado. Rusia ha ganado».

Sin embargo, el punto clave -que no escapa a la atención de Medvédev- es que «no cabe esperar concesiones en WashingtonLa confrontación militar continúa. La guerra se ha convertido en una batalla de desgaste«. Eso enlaza con que Medvédev ya ha explicitado que Odessa, Dnipropetrovsk, Járkov, Mykolaev y Kiev son «ciudades rusas».

Por tanto, «se descarta de facto un compromiso».

El Consejo de Seguridad de Rusia comprende claramente cómo el concepto estratégico adoptado por la OTAN en la cumbre de 2022 en Madrid militariza totalmente Europa. Baab: «Propone una lucha bélica multidominio contra un competidor par con armas nucleares. En otras palabras, la guerra nuclear. Dice: ‘La ampliación de la OTAN ha sido un éxito histórico’».

Esa es la retórica que Stoltenberg repite como un loro sin parar directamente desde el think tank de la OTAN, el Consejo Atlántico.

Al tomarle el pulso a Moscú, en una serie de intercambios en profundidad, queda claro que el Kremlin está preparado para una desagradable guerra de desgaste que podría durar años, más allá de los actuales Veinte furiosos. Tal como están las cosas, la canción sigue siendo la misma en Ucrania: un cruce de la técnica del caracol y la ineluctable picadora de carne.

El final del juego, como entiende claramente Baab, es que «Putin busca un acuerdo de seguridad fundamental con Occidente». Aunque todos sabemos que no va a ocurrir con los neoconservadores straussianos dictando las políticas en el Beltway, los hechos sobre el terreno -geoeconómicos- son inequívocos: la Rusia sancionada a muerte ya ha superado a Alemania y al Reino Unido y es ahora la economía más fuerte de Europa.

Es refrescante ver a un analista alemán citar al historiador Emmanuel Todd («La III Guerra Mundial ya ha comenzado») y al crack analista militar suizo Jacques Baud, que explicó cómo ha habido «una sofisticada filosofía de la guerra en Rusia desde la época soviética», que incluye consideraciones económicas y políticas.

Baab también se refiere al inimitable incondicional del Consejo Científico del Consejo de Seguridad, Sergei Karaganov, en una entrevista con Rossiyskaya Gazeta:

Rusia ha completado su viaje europeo… Las élites europeas, y especialmente las alemanas, se encuentran en un estado de fracaso histórico. Los cimientos de su dominio de 500 años -la superioridad militar sobre la que se construyó el dominio económico, político y cultural de Occidente- les han sido arrebatados (…) La Unión Europea avanza… lenta pero firmemente hacia la desintegración. Por esta razón, las élites europeas han mostrado una actitud hostil hacia Rusia durante unos 15 años. Necesitan un enemigo exterior.

En caso de duda, lee a Shelley

Ahora está meridianamente claro cómo Washington está dividiendo activamente a la UE en favor de un eje Vilna-Varsovia-Kiev rabiosamente rusófobo.

Mientras tanto, el «no compromiso» en Ucrania está profundamente determinado por la geoeconomía: la UE necesita desesperadamente el acceso al litio de Ucrania para la estafa de la «descarbonización»; la vasta riqueza mineral; la rica tierra negra (ahora propiedad en su mayor parte de BackRock, Monsanto y compañía); las rutas marítimas (suponiendo que Odesa no vuelva a su estatus de «ciudad rusa»); y sobre todo, la mano de obra ultrabarata.

Pase lo que pase, el diagnóstico de Baab para la UE y Alemania es sombrío: «La Unión Europea ha perdido su función central», e «históricamente, ha fracasado como proyecto de paz». Al fin y al cabo, ahora es el eje Washington-Vilnius-Varsovia-Kiev el que «marca la pauta».

Y la cosa empeora: «Nos estamos convirtiendo no sólo en el patio trasero de Estados Unidos, sino también en el patio trasero de Rusia. Los flujos energéticos y el tráfico de contenedores, los centros económicos se están desplazando hacia el este, formándose a lo largo del eje Budapest-Moscú-Astana-Pekín».

Así pues, mientras entrecruzamos a Medvédev, Ishchenko y Baab, la conclusión inevitable es que la guerra por poderes en el país 404 seguirá y seguirá y seguirá, en una miríada de niveles. Las negociaciones de «paz» están absolutamente descartadas, y menos aún antes de las elecciones de noviembre en EEUU.

Ishchenko comprende que «se trata de una catástrofe civilizatoria» -quizás no «la primera desde la caída del Imperio Romano»: después de todo, varias civilizaciones se derrumbaron en toda Eurasia desde el siglo IV. Lo que está meridianamente claro es que el Occidente colectivo tal como lo conocemos está coqueteando rápidamente con un billete de ida al basurero de la Historia.

Y eso nos lleva al genio de Shelley encapsulado en uno de los sonetos más devastadores de la historia de la literatura, Ozymandias, publicado en 1818:

Y eso nos lleva al genio de Shelley encapsulado en uno de los sonetos más devastadores de la historia de la literatura, «Ozymandias», publicado en 1818:

Conocí a un viajero de una tierra antigua,
que dijo: «Dos inmensas piernas de piedra sin tronco
se alzan en el desierto…  Cerca de ellas, sobre la arena
medio hundido yace un rostro destrozado, cuyo ceño,
Y labio arrugado, y mueca de frío mandato,
Dicen que su escultor leyó bien esas pasiones
Que aún sobreviven, estampadas en estas cosas sin vida,
La mano que se burló de ellas, y el corazón que las alimentó;
Y en el pedestal, aparecen estas palabras:
Mi nombre es Ozymandias, Rey de Reyes;
Mirad mis Obras, Poderosos, ¡y desesperad!
Nada más queda. Alrededor de la decadencia
De aquel colosal Naufragio, ilimitado y desnudo
Las arenas solitarias y llanas se extienden a lo lejos.

Mientras seguimos buscando la luz en la oscuridad de la locura, completa con un genocidio que se está llevando a cabo las 24 horas del día, podemos visualizar el pedestal en medio de un vasto desierto, pintado por Shelley con un par de sublimes aliteraciones, «ilimitado y desnudo» y «solitario y llano».

Todo esto se trata de un vasto espacio vacío que refleja un vacío político negro: lo único que importa es la obsesión ciega por el Poder Total, el «ceño fruncido y la sonrisa de mando frío» que afirma la perpetuidad de un vago «orden internacional basado en reglas».

Oh sí, este es un soneto de heavy metal atronador que sobrevive a los Imperios -incluyendo la «ruina colosal» que desaparece ante nuestros ojos.

Publicado originalmente por Strategic Culture Foundation
Traducción: observatoriodetrabajadores

Por qué Medvedev es libre de decir «Born to be Wild”

Washington está dividiendo activamente a la UE en favor de un eje rabiosamente rusófobo Vilna-Varsovia-Kiev.

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

Sí, cariño, vamos a hacerlo realidad
Toma al mundo en un abrazo de amor
Dispara todas tus armas a la vez
Y explota en el espacio

Steppenwolf, Born to be Wild, 1967 (1).

El mundo tiene que estar agradecido al vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso Dimitri Medvedev.   Parafraseando aquella la icónica cadena de anuncios de la época de la Guerra Fría sobre una cerveza que refresca las partes a las que otras cervezas no llegan, Medvedev refresca esas partes -sensibles- a las que el Kremlin y el Ministerio de Asuntos Exteriores, por razones diplomáticas, no pueden llegar.

Mientras asombrosos cambios tectónicos siguen poniendo patas arriba la geopolítica y la geoeconomía, y el Ángel de la Historia mira hacia el Este mientras Estados Unidos, corroído desde dentro, se aferra desesperadamente a retazos de su menguante Dominio de Espectro Completo, Medvédev no oculta lo mucho que disfruta con «humo y luces», por no hablar de «truenos de heavy metal».

La Prueba Uno es algo para la historia. Merece una cita completa, con una colorida traducción al inglés:

Los políticos occidentales que se han cagado en los pantalones y sus mediocres generales de la OTAN han decidido una vez más asustarnos. Han lanzado las mayores maniobras militares desde la Guerra Fría.

En ellas participan 90.000 soldados de 31 países de la Alianza y ‘casi en bloque’ Suecia, unos 50 buques de guerra, 80 aviones, 1.100 vehículos de combate terrestres, incluidos 133 tanques.

Se espera que algunas etapas tengan lugar en los países más descaradamente rusófobos y más repulsivos para nosotros, como PoloniaLetonia, Lituania y Estonia, es decir, muy cerca de las fronteras de Rusia.

Las cotorras de la OTAN no se atrevieron a decir directamente contra quién van dirigidas estas maniobras, y se limitaron a una cháchara vacía sobre «practicar planes de defensa y disuadir posibles agresiones de los adversarios más cercanos.

Pero es bastante obvio que esta convulsión de músculos occidentales flácidos es una advertencia a nuestro país. Es como si dijeran: ¿no deberíamos amenazar adecuadamente a Rusia y mostrarle al erizo ruso un gordo culo transexual europeo?

No resultó aterrador, pero sí muy significativo.

Después de todo, si la propia Alianza decidió realizar ejercicios de este nivel, significa que realmente tienen miedo de algo.

Y aún más, no sólo no creen en la victoria, sino en ningún éxito militar del podrido régimen neonazi de Kiev. Además, por supuesto, están elaborando la agenda antirrusa con fines políticos internos, consolidando su electorado descontento.

En conjunto, se trata de un juego con fuego muy peligroso.

Se han reunido fuerzas importantes. Y no se han realizado ejercicios de esta envergadura desde el siglo pasado. Por lo tanto, son algo antiguo y bien olvidado.

No vamos a atacar a ningún país de este bloque. Todas las personas razonables de Occidente lo entienden. Pero si juegan demasiado fuerte e invaden la integridad de nuestro país, recibirán al instante una respuesta adecuada.

Esto sólo significará una cosa: una gran guerra, de la que la OTAN ya no se apartará.

Lo mismo ocurrirá si algún país de la OTAN empieza a proporcionar sus aeródromos a los partidarios de Bandera o a acuartelar sus tropas con neonazis. Sin duda se convertirán en un objetivo legítimo para nuestras Fuerzas Armadas y serán destruidos sin piedad como enemigos.

Todos aquellos que llevan cascos con símbolos de la OTAN y que hoy hacen sonar sus armas no lejos de nuestras fronteras deberían recordarlo».

Derrota humillante o Totalen Krieg

El trueno metálico de Medvédev se complementa con un superb magnífico análisis de Rostislav Ishchenko, a quien tuve el placer de conocer en Moscú hace años.

Estos son dos puntos clave

  1. «Hoy, la preparación de los ejércitos de los miembros europeos de la OTAN para una guerra real es inferior a la del ejército ruso en la época más difícil ‘de los 90‘».
  2. Ishchenko dibuja nítidamente la disyuntiva de Occidente, «entre el reconocimiento de una derrota vergonzosa, con una derrota en el campo de batalla de las unidades de la OTAN propiamente dichas, y el comienzo con Rusia de una guerra en toda regla, que los ejércitos europeos no pueden librar, y para la que los estadounidenses no tienen fuerzas, pues van a comprometerse en China».

La conclusión inevitable: toda la arquitectura estadounidense de «contención rusa» se está «desmoronando».

Ishchenko señala correctamente que «Occidente no es capaz de librar una guerra de poder contra Rusia más allá de 2024» (el ministro de Defensa Shoigu, en declaraciones oficiales, ya dijo el año pasado que la SMO terminará en 2025).

Ishchenko añade: «Incluso si consiguen aguantar no sólo hasta el otoño, sino hasta diciembre de 2024 (lo cual es muy dudoso), el fin de Ucrania sigue estando cerca, y para sustituirlos, Occidente no pudo preparar a otro que quisiera morir por Estados Unidos en una guerra por poderes con Rusia.»

Pues lo están intentando. Con fuerza. Por ejemplo, regimentando a un montón de hienas para la estafa de los Tres MaresY dando rienda suelta a Budanov, el mimado de la CIA en Kiev, para que organice atentados terroristas en serie dentro de la Federación Rusa.

Mientras tanto, un memorándum confidencial diseñado en la London School of Economics sugiere una estrecha cooperación entre el gobierno alemán, USAID y la Fundación Friedrich Ebert para construir una especie de «nueva Singapur en Kiev»: es decir, una «reconstrucción» que beneficie a la Alemania corporativa de un infierno de bajos salarios.

Nadie sabe qué tipo de «Kiev» sobrevivirá, y en qué forma. Así que no habrá ningún «Singapur» remezclado.

No habrá compromiso

El analista alemán Patrik Baab ha ofrecido un meticuloso desglose de los hechos clave que subyacen al arrebato de Medvédev.

Por supuesto, tiene que citar a Stoltenberg, de la OTAN, que ya ha confirmado elípticamente, de forma oficial, que no se trata de una guerra de agresión «no provocada»: de hecho, la OTAN la provocó; además, es una guerra por poderes, esencialmente sobre la expansión de la OTAN hacia el este.

Baab también reconoce correctamente que tras las negociaciones de paz de Estambul de marzo/abril de 2022, implosionadas por EEUU y el Reino Unido, la confianza en el Kremlin -y en el Ministerio de Asuntos Exteriores- de los políticos colectivos de Occidente es nula.

Baab también hace referencia a una de las fuentes del Estado Profundo de Sy Hersh:

«La guerra ha terminado. Rusia ha ganado».

Sin embargo, el punto clave -que no escapa a la atención de Medvédev- es que «no cabe esperar concesiones en WashingtonLa confrontación militar continúa. La guerra se ha convertido en una batalla de desgaste«. Eso enlaza con que Medvédev ya ha explicitado que Odessa, Dnipropetrovsk, Járkov, Mykolaev y Kiev son «ciudades rusas».

Por tanto, «se descarta de facto un compromiso».

El Consejo de Seguridad de Rusia comprende claramente cómo el concepto estratégico adoptado por la OTAN en la cumbre de 2022 en Madrid militariza totalmente Europa. Baab: «Propone una lucha bélica multidominio contra un competidor par con armas nucleares. En otras palabras, la guerra nuclear. Dice: ‘La ampliación de la OTAN ha sido un éxito histórico’».

Esa es la retórica que Stoltenberg repite como un loro sin parar directamente desde el think tank de la OTAN, el Consejo Atlántico.

Al tomarle el pulso a Moscú, en una serie de intercambios en profundidad, queda claro que el Kremlin está preparado para una desagradable guerra de desgaste que podría durar años, más allá de los actuales Veinte furiosos. Tal como están las cosas, la canción sigue siendo la misma en Ucrania: un cruce de la técnica del caracol y la ineluctable picadora de carne.

El final del juego, como entiende claramente Baab, es que «Putin busca un acuerdo de seguridad fundamental con Occidente». Aunque todos sabemos que no va a ocurrir con los neoconservadores straussianos dictando las políticas en el Beltway, los hechos sobre el terreno -geoeconómicos- son inequívocos: la Rusia sancionada a muerte ya ha superado a Alemania y al Reino Unido y es ahora la economía más fuerte de Europa.

Es refrescante ver a un analista alemán citar al historiador Emmanuel Todd («La III Guerra Mundial ya ha comenzado») y al crack analista militar suizo Jacques Baud, que explicó cómo ha habido «una sofisticada filosofía de la guerra en Rusia desde la época soviética», que incluye consideraciones económicas y políticas.

Baab también se refiere al inimitable incondicional del Consejo Científico del Consejo de Seguridad, Sergei Karaganov, en una entrevista con Rossiyskaya Gazeta:

Rusia ha completado su viaje europeo… Las élites europeas, y especialmente las alemanas, se encuentran en un estado de fracaso histórico. Los cimientos de su dominio de 500 años -la superioridad militar sobre la que se construyó el dominio económico, político y cultural de Occidente- les han sido arrebatados (…) La Unión Europea avanza… lenta pero firmemente hacia la desintegración. Por esta razón, las élites europeas han mostrado una actitud hostil hacia Rusia durante unos 15 años. Necesitan un enemigo exterior.

En caso de duda, lee a Shelley

Ahora está meridianamente claro cómo Washington está dividiendo activamente a la UE en favor de un eje Vilna-Varsovia-Kiev rabiosamente rusófobo.

Mientras tanto, el «no compromiso» en Ucrania está profundamente determinado por la geoeconomía: la UE necesita desesperadamente el acceso al litio de Ucrania para la estafa de la «descarbonización»; la vasta riqueza mineral; la rica tierra negra (ahora propiedad en su mayor parte de BackRock, Monsanto y compañía); las rutas marítimas (suponiendo que Odesa no vuelva a su estatus de «ciudad rusa»); y sobre todo, la mano de obra ultrabarata.

Pase lo que pase, el diagnóstico de Baab para la UE y Alemania es sombrío: «La Unión Europea ha perdido su función central», e «históricamente, ha fracasado como proyecto de paz». Al fin y al cabo, ahora es el eje Washington-Vilnius-Varsovia-Kiev el que «marca la pauta».

Y la cosa empeora: «Nos estamos convirtiendo no sólo en el patio trasero de Estados Unidos, sino también en el patio trasero de Rusia. Los flujos energéticos y el tráfico de contenedores, los centros económicos se están desplazando hacia el este, formándose a lo largo del eje Budapest-Moscú-Astana-Pekín».

Así pues, mientras entrecruzamos a Medvédev, Ishchenko y Baab, la conclusión inevitable es que la guerra por poderes en el país 404 seguirá y seguirá y seguirá, en una miríada de niveles. Las negociaciones de «paz» están absolutamente descartadas, y menos aún antes de las elecciones de noviembre en EEUU.

Ishchenko comprende que «se trata de una catástrofe civilizatoria» -quizás no «la primera desde la caída del Imperio Romano»: después de todo, varias civilizaciones se derrumbaron en toda Eurasia desde el siglo IV. Lo que está meridianamente claro es que el Occidente colectivo tal como lo conocemos está coqueteando rápidamente con un billete de ida al basurero de la Historia.

Y eso nos lleva al genio de Shelley encapsulado en uno de los sonetos más devastadores de la historia de la literatura, Ozymandias, publicado en 1818:

Y eso nos lleva al genio de Shelley encapsulado en uno de los sonetos más devastadores de la historia de la literatura, «Ozymandias», publicado en 1818:

Conocí a un viajero de una tierra antigua,
que dijo: «Dos inmensas piernas de piedra sin tronco
se alzan en el desierto…  Cerca de ellas, sobre la arena
medio hundido yace un rostro destrozado, cuyo ceño,
Y labio arrugado, y mueca de frío mandato,
Dicen que su escultor leyó bien esas pasiones
Que aún sobreviven, estampadas en estas cosas sin vida,
La mano que se burló de ellas, y el corazón que las alimentó;
Y en el pedestal, aparecen estas palabras:
Mi nombre es Ozymandias, Rey de Reyes;
Mirad mis Obras, Poderosos, ¡y desesperad!
Nada más queda. Alrededor de la decadencia
De aquel colosal Naufragio, ilimitado y desnudo
Las arenas solitarias y llanas se extienden a lo lejos.

Mientras seguimos buscando la luz en la oscuridad de la locura, completa con un genocidio que se está llevando a cabo las 24 horas del día, podemos visualizar el pedestal en medio de un vasto desierto, pintado por Shelley con un par de sublimes aliteraciones, «ilimitado y desnudo» y «solitario y llano».

Todo esto se trata de un vasto espacio vacío que refleja un vacío político negro: lo único que importa es la obsesión ciega por el Poder Total, el «ceño fruncido y la sonrisa de mando frío» que afirma la perpetuidad de un vago «orden internacional basado en reglas».

Oh sí, este es un soneto de heavy metal atronador que sobrevive a los Imperios -incluyendo la «ruina colosal» que desaparece ante nuestros ojos.

Publicado originalmente por Strategic Culture Foundation
Traducción: observatoriodetrabajadores

Washington está dividiendo activamente a la UE en favor de un eje rabiosamente rusófobo Vilna-Varsovia-Kiev.

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

Sí, cariño, vamos a hacerlo realidad
Toma al mundo en un abrazo de amor
Dispara todas tus armas a la vez
Y explota en el espacio

Steppenwolf, Born to be Wild, 1967 (1).

El mundo tiene que estar agradecido al vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso Dimitri Medvedev.   Parafraseando aquella la icónica cadena de anuncios de la época de la Guerra Fría sobre una cerveza que refresca las partes a las que otras cervezas no llegan, Medvedev refresca esas partes -sensibles- a las que el Kremlin y el Ministerio de Asuntos Exteriores, por razones diplomáticas, no pueden llegar.

Mientras asombrosos cambios tectónicos siguen poniendo patas arriba la geopolítica y la geoeconomía, y el Ángel de la Historia mira hacia el Este mientras Estados Unidos, corroído desde dentro, se aferra desesperadamente a retazos de su menguante Dominio de Espectro Completo, Medvédev no oculta lo mucho que disfruta con «humo y luces», por no hablar de «truenos de heavy metal».

La Prueba Uno es algo para la historia. Merece una cita completa, con una colorida traducción al inglés:

Los políticos occidentales que se han cagado en los pantalones y sus mediocres generales de la OTAN han decidido una vez más asustarnos. Han lanzado las mayores maniobras militares desde la Guerra Fría.

En ellas participan 90.000 soldados de 31 países de la Alianza y ‘casi en bloque’ Suecia, unos 50 buques de guerra, 80 aviones, 1.100 vehículos de combate terrestres, incluidos 133 tanques.

Se espera que algunas etapas tengan lugar en los países más descaradamente rusófobos y más repulsivos para nosotros, como PoloniaLetonia, Lituania y Estonia, es decir, muy cerca de las fronteras de Rusia.

Las cotorras de la OTAN no se atrevieron a decir directamente contra quién van dirigidas estas maniobras, y se limitaron a una cháchara vacía sobre «practicar planes de defensa y disuadir posibles agresiones de los adversarios más cercanos.

Pero es bastante obvio que esta convulsión de músculos occidentales flácidos es una advertencia a nuestro país. Es como si dijeran: ¿no deberíamos amenazar adecuadamente a Rusia y mostrarle al erizo ruso un gordo culo transexual europeo?

No resultó aterrador, pero sí muy significativo.

Después de todo, si la propia Alianza decidió realizar ejercicios de este nivel, significa que realmente tienen miedo de algo.

Y aún más, no sólo no creen en la victoria, sino en ningún éxito militar del podrido régimen neonazi de Kiev. Además, por supuesto, están elaborando la agenda antirrusa con fines políticos internos, consolidando su electorado descontento.

En conjunto, se trata de un juego con fuego muy peligroso.

Se han reunido fuerzas importantes. Y no se han realizado ejercicios de esta envergadura desde el siglo pasado. Por lo tanto, son algo antiguo y bien olvidado.

No vamos a atacar a ningún país de este bloque. Todas las personas razonables de Occidente lo entienden. Pero si juegan demasiado fuerte e invaden la integridad de nuestro país, recibirán al instante una respuesta adecuada.

Esto sólo significará una cosa: una gran guerra, de la que la OTAN ya no se apartará.

Lo mismo ocurrirá si algún país de la OTAN empieza a proporcionar sus aeródromos a los partidarios de Bandera o a acuartelar sus tropas con neonazis. Sin duda se convertirán en un objetivo legítimo para nuestras Fuerzas Armadas y serán destruidos sin piedad como enemigos.

Todos aquellos que llevan cascos con símbolos de la OTAN y que hoy hacen sonar sus armas no lejos de nuestras fronteras deberían recordarlo».

Derrota humillante o Totalen Krieg

El trueno metálico de Medvédev se complementa con un superb magnífico análisis de Rostislav Ishchenko, a quien tuve el placer de conocer en Moscú hace años.

Estos son dos puntos clave

  1. «Hoy, la preparación de los ejércitos de los miembros europeos de la OTAN para una guerra real es inferior a la del ejército ruso en la época más difícil ‘de los 90‘».
  2. Ishchenko dibuja nítidamente la disyuntiva de Occidente, «entre el reconocimiento de una derrota vergonzosa, con una derrota en el campo de batalla de las unidades de la OTAN propiamente dichas, y el comienzo con Rusia de una guerra en toda regla, que los ejércitos europeos no pueden librar, y para la que los estadounidenses no tienen fuerzas, pues van a comprometerse en China».

La conclusión inevitable: toda la arquitectura estadounidense de «contención rusa» se está «desmoronando».

Ishchenko señala correctamente que «Occidente no es capaz de librar una guerra de poder contra Rusia más allá de 2024» (el ministro de Defensa Shoigu, en declaraciones oficiales, ya dijo el año pasado que la SMO terminará en 2025).

Ishchenko añade: «Incluso si consiguen aguantar no sólo hasta el otoño, sino hasta diciembre de 2024 (lo cual es muy dudoso), el fin de Ucrania sigue estando cerca, y para sustituirlos, Occidente no pudo preparar a otro que quisiera morir por Estados Unidos en una guerra por poderes con Rusia.»

Pues lo están intentando. Con fuerza. Por ejemplo, regimentando a un montón de hienas para la estafa de los Tres MaresY dando rienda suelta a Budanov, el mimado de la CIA en Kiev, para que organice atentados terroristas en serie dentro de la Federación Rusa.

Mientras tanto, un memorándum confidencial diseñado en la London School of Economics sugiere una estrecha cooperación entre el gobierno alemán, USAID y la Fundación Friedrich Ebert para construir una especie de «nueva Singapur en Kiev»: es decir, una «reconstrucción» que beneficie a la Alemania corporativa de un infierno de bajos salarios.

Nadie sabe qué tipo de «Kiev» sobrevivirá, y en qué forma. Así que no habrá ningún «Singapur» remezclado.

No habrá compromiso

El analista alemán Patrik Baab ha ofrecido un meticuloso desglose de los hechos clave que subyacen al arrebato de Medvédev.

Por supuesto, tiene que citar a Stoltenberg, de la OTAN, que ya ha confirmado elípticamente, de forma oficial, que no se trata de una guerra de agresión «no provocada»: de hecho, la OTAN la provocó; además, es una guerra por poderes, esencialmente sobre la expansión de la OTAN hacia el este.

Baab también reconoce correctamente que tras las negociaciones de paz de Estambul de marzo/abril de 2022, implosionadas por EEUU y el Reino Unido, la confianza en el Kremlin -y en el Ministerio de Asuntos Exteriores- de los políticos colectivos de Occidente es nula.

Baab también hace referencia a una de las fuentes del Estado Profundo de Sy Hersh:

«La guerra ha terminado. Rusia ha ganado».

Sin embargo, el punto clave -que no escapa a la atención de Medvédev- es que «no cabe esperar concesiones en WashingtonLa confrontación militar continúa. La guerra se ha convertido en una batalla de desgaste«. Eso enlaza con que Medvédev ya ha explicitado que Odessa, Dnipropetrovsk, Járkov, Mykolaev y Kiev son «ciudades rusas».

Por tanto, «se descarta de facto un compromiso».

El Consejo de Seguridad de Rusia comprende claramente cómo el concepto estratégico adoptado por la OTAN en la cumbre de 2022 en Madrid militariza totalmente Europa. Baab: «Propone una lucha bélica multidominio contra un competidor par con armas nucleares. En otras palabras, la guerra nuclear. Dice: ‘La ampliación de la OTAN ha sido un éxito histórico’».

Esa es la retórica que Stoltenberg repite como un loro sin parar directamente desde el think tank de la OTAN, el Consejo Atlántico.

Al tomarle el pulso a Moscú, en una serie de intercambios en profundidad, queda claro que el Kremlin está preparado para una desagradable guerra de desgaste que podría durar años, más allá de los actuales Veinte furiosos. Tal como están las cosas, la canción sigue siendo la misma en Ucrania: un cruce de la técnica del caracol y la ineluctable picadora de carne.

El final del juego, como entiende claramente Baab, es que «Putin busca un acuerdo de seguridad fundamental con Occidente». Aunque todos sabemos que no va a ocurrir con los neoconservadores straussianos dictando las políticas en el Beltway, los hechos sobre el terreno -geoeconómicos- son inequívocos: la Rusia sancionada a muerte ya ha superado a Alemania y al Reino Unido y es ahora la economía más fuerte de Europa.

Es refrescante ver a un analista alemán citar al historiador Emmanuel Todd («La III Guerra Mundial ya ha comenzado») y al crack analista militar suizo Jacques Baud, que explicó cómo ha habido «una sofisticada filosofía de la guerra en Rusia desde la época soviética», que incluye consideraciones económicas y políticas.

Baab también se refiere al inimitable incondicional del Consejo Científico del Consejo de Seguridad, Sergei Karaganov, en una entrevista con Rossiyskaya Gazeta:

Rusia ha completado su viaje europeo… Las élites europeas, y especialmente las alemanas, se encuentran en un estado de fracaso histórico. Los cimientos de su dominio de 500 años -la superioridad militar sobre la que se construyó el dominio económico, político y cultural de Occidente- les han sido arrebatados (…) La Unión Europea avanza… lenta pero firmemente hacia la desintegración. Por esta razón, las élites europeas han mostrado una actitud hostil hacia Rusia durante unos 15 años. Necesitan un enemigo exterior.

En caso de duda, lee a Shelley

Ahora está meridianamente claro cómo Washington está dividiendo activamente a la UE en favor de un eje Vilna-Varsovia-Kiev rabiosamente rusófobo.

Mientras tanto, el «no compromiso» en Ucrania está profundamente determinado por la geoeconomía: la UE necesita desesperadamente el acceso al litio de Ucrania para la estafa de la «descarbonización»; la vasta riqueza mineral; la rica tierra negra (ahora propiedad en su mayor parte de BackRock, Monsanto y compañía); las rutas marítimas (suponiendo que Odesa no vuelva a su estatus de «ciudad rusa»); y sobre todo, la mano de obra ultrabarata.

Pase lo que pase, el diagnóstico de Baab para la UE y Alemania es sombrío: «La Unión Europea ha perdido su función central», e «históricamente, ha fracasado como proyecto de paz». Al fin y al cabo, ahora es el eje Washington-Vilnius-Varsovia-Kiev el que «marca la pauta».

Y la cosa empeora: «Nos estamos convirtiendo no sólo en el patio trasero de Estados Unidos, sino también en el patio trasero de Rusia. Los flujos energéticos y el tráfico de contenedores, los centros económicos se están desplazando hacia el este, formándose a lo largo del eje Budapest-Moscú-Astana-Pekín».

Así pues, mientras entrecruzamos a Medvédev, Ishchenko y Baab, la conclusión inevitable es que la guerra por poderes en el país 404 seguirá y seguirá y seguirá, en una miríada de niveles. Las negociaciones de «paz» están absolutamente descartadas, y menos aún antes de las elecciones de noviembre en EEUU.

Ishchenko comprende que «se trata de una catástrofe civilizatoria» -quizás no «la primera desde la caída del Imperio Romano»: después de todo, varias civilizaciones se derrumbaron en toda Eurasia desde el siglo IV. Lo que está meridianamente claro es que el Occidente colectivo tal como lo conocemos está coqueteando rápidamente con un billete de ida al basurero de la Historia.

Y eso nos lleva al genio de Shelley encapsulado en uno de los sonetos más devastadores de la historia de la literatura, Ozymandias, publicado en 1818:

Y eso nos lleva al genio de Shelley encapsulado en uno de los sonetos más devastadores de la historia de la literatura, «Ozymandias», publicado en 1818:

Conocí a un viajero de una tierra antigua,
que dijo: «Dos inmensas piernas de piedra sin tronco
se alzan en el desierto…  Cerca de ellas, sobre la arena
medio hundido yace un rostro destrozado, cuyo ceño,
Y labio arrugado, y mueca de frío mandato,
Dicen que su escultor leyó bien esas pasiones
Que aún sobreviven, estampadas en estas cosas sin vida,
La mano que se burló de ellas, y el corazón que las alimentó;
Y en el pedestal, aparecen estas palabras:
Mi nombre es Ozymandias, Rey de Reyes;
Mirad mis Obras, Poderosos, ¡y desesperad!
Nada más queda. Alrededor de la decadencia
De aquel colosal Naufragio, ilimitado y desnudo
Las arenas solitarias y llanas se extienden a lo lejos.

Mientras seguimos buscando la luz en la oscuridad de la locura, completa con un genocidio que se está llevando a cabo las 24 horas del día, podemos visualizar el pedestal en medio de un vasto desierto, pintado por Shelley con un par de sublimes aliteraciones, «ilimitado y desnudo» y «solitario y llano».

Todo esto se trata de un vasto espacio vacío que refleja un vacío político negro: lo único que importa es la obsesión ciega por el Poder Total, el «ceño fruncido y la sonrisa de mando frío» que afirma la perpetuidad de un vago «orden internacional basado en reglas».

Oh sí, este es un soneto de heavy metal atronador que sobrevive a los Imperios -incluyendo la «ruina colosal» que desaparece ante nuestros ojos.

Publicado originalmente por Strategic Culture Foundation
Traducción: observatoriodetrabajadores

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.

See also

See also

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.