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Jhosman Barbosa
September 2, 2024
© Photo: Public domain

Sanders y Kennedy Jr. serán recordados como traidores de lo que representaban en buena hora.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Luego de ver las palabras de Kennedy Jr. este pasado 24 de agosto, tuve ya una línea para construir este artículo del cual, su argumento central consiste en evidenciar la ya molesta práctica de traición por parte de los candidatos de tipo divergente e ‘independiente’ a las inquietudes, principios y esperanza de un segmento de la población estadounidense, sumiéndolos una vez más en la desesperanza. Veamos como evidencia de tal hipótesis, el contexto, los antecedentes y los discursos de declinación de candidatura de estos dos políticos demócratas.

Los contextos y los antecedentes

En 2008 el entonces candidato presidencial Barack Hussein Obama escribió un libro titulado La audacia de la esperanza. Reflexiones sobre cómo restaurar el sueño americano. Su “Punto central de reflexión es el rescate de valores originales del pueblo americano que han sido traicionados por la forma de hacer política; los políticos no representan estos valores originales que subsisten en el pueblo americano. Es necesario cambiar la forma de hacer política, dice; él no sabe todavía cómo hacerlo, afirma, pero es urgente hacerlo, con la audacia de la esperanza”. (Francisco Durán Vargas)

Fuimos testigos de la ‘audacia’ de Obama como presidente de los Estados Unidos, exacerbando la deportación de migrantes y secundando el maltrato a la población afroamericana de Flint, Michigan (Documental Fahrenheit 11/9 – Michael Moore. En 1 hora 27 minutos) y otras; viniendo él de una condición idéntica, de padre keniano y como afro. También apreciamos su audacia planeando los bombardeos con drones a ‘posibles terroristas fundamentalistas’ (Juan Ignacio Cánepa) cada semana y sabemos lo rentable, práctico y letal de dicha política.

La esperanza quedó como siempre queda en términos democráticos, políticos y de estado de bienestar para la mayoría estadounidense: ‘droneada’. Neologismo que explica la acción letal de un drone sobre… Y así Obama estuvo jugando y decepcionando a sus votantes y a sus hermanos étnicos afroamericanos por ocho años; creando en 2010 un sistema discutible de salud llamado ‘Obama care’, conocido como la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Affordable Care Act, ACA). La misma ha sido discutida como un programa con falencias y que creó oportunidades para estafas, guerra de empresas oferentes del producto, precios inalcanzables, más exclusión etc.

Los demócratas y sus discursos

Llegando las elecciones de 2016 aparecieron dos candidatos fuertes en el partido demócrata: Hillary Diane Rodham Clinton, ex secretaria de Estado de EE.UU. durante el segundo mandato de Obama y Bernard Sanders, senador del estado de Vermont. Es conocido el fraude hecho en las primarias demócratas (France 24) por la señora ex secretaria de Estado, Hilary Clinton. Dichas elecciones presidenciales las ganó finalmente Donald Trump.

Las siguientes elecciones de 2020 dieron como dupla para definir candidato demócrata en las primarias a Bernard Sanders y a Joseph Robinette Biden Jr. Sanders declaró: (Grupo Reforma)

Quisiera darles mejores noticias, pero creo que saben la verdad. Y es que ahora estamos unos 300 delegados detrás del vicepresidente Biden y el camino hacia la victoria es prácticamente imposible. Entonces, a pesar de que estamos ganando la batalla ideológica y estamos ganando el apoyo de tantos jóvenes y trabajadores en todo el país he concluido que esta batalla por la denominación demócrata no tendrá éxito. Y hoy estoy anunciando la suspensión de mi campaña. Tengan en cuenta que no tomo esta decisión a la ligera, de hecho, ha sido una decisión muy difícil y dolorosa. En este momento de desesperación, no puedo, de buena fe continuar construyendo una campaña que no puede ganar y que interferiría en el importante trabajo que se requiere de todos nosotros en este momento difícil. Si bien esta campaña está llegando a su fin, nuestro movimiento no. El Dr. Martin Luther King Jr. nos recordó que “el arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia.La lucha por la justicia es de lo que se ha tratado nuestra campaña […] hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente, con el que trabajaré para impulsar nuestras ideas progresistas… (el subrayado es nuestro)

De esta forma, tan olímpica como el arco de la moral, Sanders toma la decisión de romper el pacto colectivo de una campaña donde dice estar ganando la batalla ideológica. Y ¿cuál batalla no estaba ganando? Dentro del grupo de políticos progresistas también se encuentra la señora senadora -joven promesa de más de lo mismo- Alexandria Ocasio-Cortez, de ascendencia puertorriqueña, y quien es definida como ‘activista de izquierda liberal’ y que ahora respalda a Kamala Harris (CNN News) y agradece a Biden por su ‘liderazgo’. Centra su convicción en que Harris es la opción correcta porque viene de la clase media y comprende las necesidades de las familias trabajadoras.

Se reconoce su puesta en escena, su histrionismo como oradora y su abandono de las ideas que un día la sacaron de, como ella dice, camarera y repartir tortillas, para llegar al senado, al poder. La verdad, da repulsión escucharla a ella particularmente. Porque expresa la genuflexión de etnia, nación y clase, particularmente y aunque ella no es el centro de esta disertación viene al caso recordarla porque hace parte de esta misma recurrente experiencia de ruptura ficticia con la política tradicional, evocando la salvación del pueblo y los migrantes en el seno del partido demócrata, el más hostil contra la migración; particularmente durante la presidencia de Barack Obama.

Kamala Harris buscó la nominación presidencial demócrata de 2020 y es del grupo de rezagados en las consultas internas, donde también se auto denominó progresista en el seno del partido demócrata y cediendo ante el poder, acepta para 2021 ser la vicepresidente de Joseph Biden. Y ahora, como se sabe, es la candidata para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 por el mismo partido. Ha sido premiada por su docilidad y disciplina.

Es en este punto que encontramos a Robert Francis Kennedy Jr. Quien desde abril de 2023 inicia su carrera por la presidencia dentro del partido demócrata, mismo donde militó su tío y su padre. Sin embargo, el grueso de su campaña la hizo como independiente y finalmente el 23 de agosto de este año 2024 dio un discurso donde explicaba ad nausea por qué se sumaba a la campaña de Donald Trump, suspendiendo su candidatura de algunos estados donde aún podía o animando a votar por sí mismo. ¿Qué pensarían su tío y padre de esta adhesión a un republicano?

El discurso en el que sustenta tal decisión dura casi cuarenta y nueve minutos, es rico y abundante en denuncias y críticas a la política interior y exterior de la administración Biden: guerra en ucrania, control de medios de información, política ambiental, política farmacéutica, la crisis de salud y sobre todo de salud mental: depresión y autismo en una taza del 18% de la población, hígado graso en uno de cada cinco ciudadanos, alimentos ultra procesados, crecimiento de enfermedades crónicas entre otras. Se extraen a continuación fragmentos del discurso que tienen relación directa con el argumento central de este artículo que como se dijo, consiste en evidenciar esta ya molesta práctica de traición de los candidatos de tipo divergente, independiente a las inquietudes, principios y esperanza de un segmento de la población estadounidense. Dice Kennedy Jr.:

… como ustedes saben dejé este partido [el demócrata] en octubre porque se había apartado dramáticamente de los valores fundamentales con los que crecí. Se había convertido en el partido de la guerra, la censura, la corrupción, las grandes farmacéuticas, las grandes empresas tecnológicas y de los grandes capitales. Cuando canceló las primarias [el Comité Nacional Demócrata] para ocultar las deficiencias cognitivas del presidente [J. Biden] en funciones dejé el partido para postularme como independiente. […] Los detractores dijeron que estábamos escalando una montaña de cristal, así que lo primero que quiero decirles es que les demostramos que estaban equivocados. […] inspiramos a un movimiento político independiente, masivo, mas de 100.000 voluntarios entraron en acción esperanzados en que se podría revertir el colapso de nuestra nación. […] duermen mes tras mes energizados por una visión compartida de una nación sanada de sus divisiones.

[Agradece detalladamente a los voluntarios por la ‘hazaña logística’ de recolección de firmas. Resalta la abnegación de jóvenes y jubilados para aportar dinero y lograr algo sin precedentes en la historia electoral estadounidense: un millón de firmas recogidas; se conmueve por compatriotas que aman la nación y luchan por la democracia y contra la corrupción. Continua:]

Hoy estoy aquí para decirles que no dejaré que sus esfuerzos vayan a parar al basurero. Estoy aquí para decirles que aprovecharé sus tremendos logros para servir a los ideales que compartimos, los ideales de la paz, la prosperidad, de libertad, de salud y todos los ideales de mi campaña. Estoy aquí para describir el camino a seguir que ustedes han abierto con su compromiso y arduo trabajo.

Ahora. En un sistema honesto creo que hubiera ganado la elección; en un sistema del tipo que mi padre y mis tíos se desarrollaron, un sistema con debates abiertos con primarias justas, con debates programados regularmente. […] pero lamento decir que si bien la democracia puede estar viva en las bases, se ha convertido en poco más que un eslogan para nuestras instituciones políticas, para nuestros medios de comunicación, para nuestro gobierno y lo que es más triste para mí, para el partido demócrata.

[Pasa a hablar de los desmanes al interior del partido demócrata, la elección arbitraria de una impopular Kamala Harris, así como la persecución a Donald Trump. Rememora la época de sus familiares políticos y exalta a EE.UU. como un ‘modelo de democracia y líder del mundo libre’. Continúa así haciendo una crítica a la administración Biden y la pérdida de la libertad de expresión y del hacer no plural dentro del partido demócrata, mismo que cuestiona como defecto autocrático a la Rusia de Putin. Y sigue:]

Hace muchos meses prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera si me convertía en un saboteador, en alguien que alteró el resultado de las elecciones, pero que no tiene ninguna posibilidad de ganar, es más en mi corazón ya no creo que tenga ningún camino realista hacia la victoria ante esta censura sistemática.

[Se abroga la autoridad de no pedir más esfuerzo a sus voluntarios, ve que las encuestas ponen de manifiesto que si sigue en la campaña hará un favor a los demócratas con quien no está de acuerdo, básicamente en los temas de: censura, guerra y enfermedades crónicas. Dice que no está terminando la campaña, sino que la está suspendiendo.]

No solo hicimos lo imposible al recolectar un millón de firmas, cambiamos para siempre la conversación política nacional.

[Finalmente, vuelve a señalar que son la censura, la guerra en Ucrania y las enfermedades crónicas –nada señala del genocidio sionista en Palestina-]

Es por esto que tomé esta desgarradora decisión de suspender mi campaña y apoyar al presidente Trump […] si tengo la oportunidad de combatir la crisis de las enfermedades y reformar nuestra producción de alimentos, prometo que veremos que los estadounidenses volverán a estar sanos dentro de cuatro años. Seremos un país más fuerte, más resiliente y más optimista y feliz. […] si el presidente Trump es electo y honra su palabra las enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y arruinan al país desaparecerán. Este es un viaje espiritual para mí. Llegué a mi decisión a partir de una oración profunda a través de una lógica dura y me pregunté que opciones debo tomar para maximizar mis posibilidades de salvar a los niños y restaurar la salud. […] El tema más unificador para todos los estadounidenses es que todos amamos a nuestros hijos…

Los subrayados aquí dispuestos resaltan las coincidencias de los discursos de Sanders y Kennedy Jr. veamos ahora el análisis.

  1. Llama la atención la ambigüedad entre el reconocimiento de la suma de calidades y voluntades en pro de un cambio y la decisión vertical, inconsulta de retirar toda esa fe, esa esperanza de sus bases, para sumarse a otro candidato. Apoyo de tantos jóvenes y trabajadores en todo el país [Sanders] 100.000 voluntarios entraron en acción, -que son jóvenes y trabajadores- [Kennedy Jr.]
  2. Asimismo, se aprecia cierta tragedia, cierto drama: Y es que ahora estamos unos 300 delegados detrás del vicepresidente Biden y el camino hacia la victoria es prácticamente imposible […] ha sido una decisión muy difícil y dolorosa. […] En este momento de desesperación, no puedo, de buena fe continuar construyendo una campaña que no puede ganar y que interferiría en el importante trabajo que se requiere de todos nosotros en este momento difícil [Sanders]
    Y, Hace muchos meses prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera si me convertía en un saboteador en alguien que alteró el resultado de las elecciones, pero que no tiene ninguna posibilidad de ganar, es más en mi corazón ya no creo que tenga ningún camino realista hacia la victoria ante esta censura sistemática. […] Es por esto que hice esta desgarradora decisión de suspender mi campaña[Kennedy Jr.]
  3. Pese a dicho tono dramático, como vergüenza del héroe que frustró a sus seguidores, que se lanzó de la terraza y no pudo volar, aunque tenía la capa de los valores estadounidenses y que señala logros como mantenimiento en el largo tiempo de la esperanza: estamos ganando la batalla ideológicaSi bien esta campaña está llegando a su fin, nuestro movimiento no. [Sanders]
    Y, la democracia puede estar viva en las bases […] inspiramos a un movimiento político independiente […] cambiamos para siempre la conversación política nacional. [Kennedy Jr.]
  4. Tanto Sanders como Kennedy Jr. se suman de buena gana a las campañas de sus contradictores políticos y borran de un plumazo a todos los y las colaboradores que creyeron en una apuesta divergente, desmarcada del bipartidismo que es siempre una misma clase dirigente, élite sionista de talante anti democrático y dicen para tal efecto olímpico y descarado: hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente, con el que trabajaré para impulsar nuestras ideas progresistas… [Sanders]
    Y, si el presidente Trump es electo y honra su palabra las enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y arruinan al país desaparecerán. [Kennedy Jr.]
  5. Es visible que para Kennedy Jr. es una afrenta haber sido omitido, borrado de su partido. Su problema no es poco. Ha roto la tradición de los Kennedy, es un proscrito, un outsider de la política. Se sabe más capaz y, de hecho, salvo su descarada y flagrante omisión del genocidio sionista en Palestina, sin lugar a dudas era un candidato, más allá de su tinte partidista, calificado. Un hombre que tiene en la cabeza a su nación y a los problemas globales. También y en eso comparte afinidades con Trump, es un nacionalista, un político que subrepticiamente evoca el excepcionalismo estadounidense: exalta a EE.UU. como un ‘modelo de democracia y líder del mundo libre’ y señala: Seremos un país más fuerte, más resiliente y más optimista y feliz.

Personalmente considero que la población estadounidense es tan culpable de la hegemonía siempre agresiva, no ilustrada y sí bizarra de los Estados Unidos. Sin embargo, reconozco que hay sectores que bien han comprendido la tragedia de su totalitarismo, ya que no sólo sus élites se nutren del intercambio desigual y los aranceles desfavorables consignados en los Tratados de Libre Comercio con naciones del Sur Global e incluso, actualmente de la Europa empobrecida a fuerza de comprometerla en el conflicto en Ucrania, sino que además se lucran de sus ciudadanos a partir de la precarización del estado de bienestar en declive desde los años 1980, además de todas las denuncias que hace el propio Kennedy Jr. en su declinación de candidato presidencial.

Es importante resaltar que fue Barack Hussein Obama quien, como expresión de la segregación étnica a los afros, al ser elegido presidente, abrió hace dieciséis años a la política estadounidense la esperanza del cambio y en su acción obró como las élites más rancias del establishment de su país. Es clave recordar que finalmente las figuras que han encarnado divergencia han sido sometidas por este establecimiento de poder, por el también denominado Estado profundo que tiende a determinar las flechas más gruesas con las que discurre la línea política, ideológica y económica estadounidense. Pero Obama ganó dentro del propio partido, su ‘audacia’ ha sido deslizarse dentro del poder y formar parte hoy en día de la propia élite que controla al partido demócrata y al propio octogenario y senil Joseph Biden.

No sé si los partidarios de Sanders, Kennedy Jr. y de la propia Ocasio Cortez se dan cuenta de esta cooptación efectuada por el statu quo de sus representantes. Y más aún, si éstos junto a Sanders y Kennedy Jr. creen en verdad que el esfuerzo fue suficiente y que tal postura de abandono es loable en medio del perdón y las excusas que arguyen tales candidatos en sus discursos.

¿Por qué Sanders no creó un propio partido cuando le robaron las primarias? ¿Cree en verdad que Biden es un hombre honesto? ¿De dónde salen las bases de Black Lives Matter BLM y los Antifascistas? Puede ser que, de tales decepciones políticas y crisis de la representatividad, los ciudadanos estadounidenses se vuelven carne fresca de vertientes inconsistentes ideológicamente, efímeras o pálidas, en el mejor de los casos. Es parte de la realidad objetiva que la atomización de la representatividad también en lo Woke, desfigura las luchas concretas de clase, al centrarse, al hacer principales y dominantes otras aristas de la subjetividad en detrimento de la colectividad y el antagonismo básico: el de clase trabajadora vs clase dominante.

De hecho, los discursos muy ‘progresistas’ e ‘independientes’ de Sanders y Kennedy Jr. respectivamente, constituyen una traición a la clase trabajadora al negociar y plegarse con el pretexto de hacer cualquier cosa por tal clase dentro del mismo sistema que critican y señalan que está mal. Entonces. Cuando Sanders dice, estamos ganando la batalla ideológica, ¿a qué ideología se refiere? ¿De qué calado es su batalla? ¿tan solo la que dan para volver a su época dorada de dominación? O cuando dice Kennedy Jr.: cambiamos para siempre la conversación política nacional, ¿esto fue posible por recaudar un millón de firmas con la en verdad audaz esperanza de sus voluntarios? ¿Qué cambió? ¿Le cumplió Biden a Sanders? ¿le cumplirá Trump a Kennedy Jr.?

Al parecer continuó lo mismo: la desesperanza de una crisis de representatividad auténtica, de sentido de clase trabajadora, la falta de osadía para perder, para ser derrotados estruendosamente, favorezcan a quien favorezcan, sin cálculos políticos y dejar el ejemplo de que se perdió sin abyección al poder, al podrido bipartidismo estadounidense.

¿Quién imagina a Espartaco como cónsul romano? ¿Quién imagina al peruano pro realista Agustín Agualongo como funcionario de las tropas patriotas bolivarianas? ¿Quién alucina con Malcom X renunciando al derecho económico y de la propiedad de los negros por un puesto en el congreso? ¿Quién imagina a Allende izando una bandera blanca en la Casa de la Moneda, para ser el sirviente de Nixon? ¿Quién imagina a varias comunidades indoamericanas temiendo el suicidio colectivo para perpetuarse como esclavos y subyugarse al invasor europeo?

Los Estados Unidos de América son una confederación joven. Y les falta en su historia el ascenso de verdaderos héroes, verdaderos representantes populares y dejar de asesinar a los que pueden emerger o emergen, como King, Malcom X o el propio JFK. Primero deben dejar de negar su propia historia desde abajo. Aprender de las otras historias y también dejar de negarlas. Vive Estados Unidos su momento más aciago y la audacia de la desesperanza signada por sus microrquídeos retadores del Establishment, se constituye como un síntoma adicional de su decadencia.

Objetivamente, Sanders y Kennedy Jr. serán recordados como traidores de lo que representaban en buena hora y como orgánicos y consecuentes representantes de su clase, si no dominante, sí tecnocrática y burocrática con cierto abolengo acuñado. Will god save America?

De Sanders a Kennedy Jr. o la audacia de la desesperanza

Sanders y Kennedy Jr. serán recordados como traidores de lo que representaban en buena hora.

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Luego de ver las palabras de Kennedy Jr. este pasado 24 de agosto, tuve ya una línea para construir este artículo del cual, su argumento central consiste en evidenciar la ya molesta práctica de traición por parte de los candidatos de tipo divergente e ‘independiente’ a las inquietudes, principios y esperanza de un segmento de la población estadounidense, sumiéndolos una vez más en la desesperanza. Veamos como evidencia de tal hipótesis, el contexto, los antecedentes y los discursos de declinación de candidatura de estos dos políticos demócratas.

Los contextos y los antecedentes

En 2008 el entonces candidato presidencial Barack Hussein Obama escribió un libro titulado La audacia de la esperanza. Reflexiones sobre cómo restaurar el sueño americano. Su “Punto central de reflexión es el rescate de valores originales del pueblo americano que han sido traicionados por la forma de hacer política; los políticos no representan estos valores originales que subsisten en el pueblo americano. Es necesario cambiar la forma de hacer política, dice; él no sabe todavía cómo hacerlo, afirma, pero es urgente hacerlo, con la audacia de la esperanza”. (Francisco Durán Vargas)

Fuimos testigos de la ‘audacia’ de Obama como presidente de los Estados Unidos, exacerbando la deportación de migrantes y secundando el maltrato a la población afroamericana de Flint, Michigan (Documental Fahrenheit 11/9 – Michael Moore. En 1 hora 27 minutos) y otras; viniendo él de una condición idéntica, de padre keniano y como afro. También apreciamos su audacia planeando los bombardeos con drones a ‘posibles terroristas fundamentalistas’ (Juan Ignacio Cánepa) cada semana y sabemos lo rentable, práctico y letal de dicha política.

La esperanza quedó como siempre queda en términos democráticos, políticos y de estado de bienestar para la mayoría estadounidense: ‘droneada’. Neologismo que explica la acción letal de un drone sobre… Y así Obama estuvo jugando y decepcionando a sus votantes y a sus hermanos étnicos afroamericanos por ocho años; creando en 2010 un sistema discutible de salud llamado ‘Obama care’, conocido como la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Affordable Care Act, ACA). La misma ha sido discutida como un programa con falencias y que creó oportunidades para estafas, guerra de empresas oferentes del producto, precios inalcanzables, más exclusión etc.

Los demócratas y sus discursos

Llegando las elecciones de 2016 aparecieron dos candidatos fuertes en el partido demócrata: Hillary Diane Rodham Clinton, ex secretaria de Estado de EE.UU. durante el segundo mandato de Obama y Bernard Sanders, senador del estado de Vermont. Es conocido el fraude hecho en las primarias demócratas (France 24) por la señora ex secretaria de Estado, Hilary Clinton. Dichas elecciones presidenciales las ganó finalmente Donald Trump.

Las siguientes elecciones de 2020 dieron como dupla para definir candidato demócrata en las primarias a Bernard Sanders y a Joseph Robinette Biden Jr. Sanders declaró: (Grupo Reforma)

Quisiera darles mejores noticias, pero creo que saben la verdad. Y es que ahora estamos unos 300 delegados detrás del vicepresidente Biden y el camino hacia la victoria es prácticamente imposible. Entonces, a pesar de que estamos ganando la batalla ideológica y estamos ganando el apoyo de tantos jóvenes y trabajadores en todo el país he concluido que esta batalla por la denominación demócrata no tendrá éxito. Y hoy estoy anunciando la suspensión de mi campaña. Tengan en cuenta que no tomo esta decisión a la ligera, de hecho, ha sido una decisión muy difícil y dolorosa. En este momento de desesperación, no puedo, de buena fe continuar construyendo una campaña que no puede ganar y que interferiría en el importante trabajo que se requiere de todos nosotros en este momento difícil. Si bien esta campaña está llegando a su fin, nuestro movimiento no. El Dr. Martin Luther King Jr. nos recordó que “el arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia.La lucha por la justicia es de lo que se ha tratado nuestra campaña […] hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente, con el que trabajaré para impulsar nuestras ideas progresistas… (el subrayado es nuestro)

De esta forma, tan olímpica como el arco de la moral, Sanders toma la decisión de romper el pacto colectivo de una campaña donde dice estar ganando la batalla ideológica. Y ¿cuál batalla no estaba ganando? Dentro del grupo de políticos progresistas también se encuentra la señora senadora -joven promesa de más de lo mismo- Alexandria Ocasio-Cortez, de ascendencia puertorriqueña, y quien es definida como ‘activista de izquierda liberal’ y que ahora respalda a Kamala Harris (CNN News) y agradece a Biden por su ‘liderazgo’. Centra su convicción en que Harris es la opción correcta porque viene de la clase media y comprende las necesidades de las familias trabajadoras.

Se reconoce su puesta en escena, su histrionismo como oradora y su abandono de las ideas que un día la sacaron de, como ella dice, camarera y repartir tortillas, para llegar al senado, al poder. La verdad, da repulsión escucharla a ella particularmente. Porque expresa la genuflexión de etnia, nación y clase, particularmente y aunque ella no es el centro de esta disertación viene al caso recordarla porque hace parte de esta misma recurrente experiencia de ruptura ficticia con la política tradicional, evocando la salvación del pueblo y los migrantes en el seno del partido demócrata, el más hostil contra la migración; particularmente durante la presidencia de Barack Obama.

Kamala Harris buscó la nominación presidencial demócrata de 2020 y es del grupo de rezagados en las consultas internas, donde también se auto denominó progresista en el seno del partido demócrata y cediendo ante el poder, acepta para 2021 ser la vicepresidente de Joseph Biden. Y ahora, como se sabe, es la candidata para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 por el mismo partido. Ha sido premiada por su docilidad y disciplina.

Es en este punto que encontramos a Robert Francis Kennedy Jr. Quien desde abril de 2023 inicia su carrera por la presidencia dentro del partido demócrata, mismo donde militó su tío y su padre. Sin embargo, el grueso de su campaña la hizo como independiente y finalmente el 23 de agosto de este año 2024 dio un discurso donde explicaba ad nausea por qué se sumaba a la campaña de Donald Trump, suspendiendo su candidatura de algunos estados donde aún podía o animando a votar por sí mismo. ¿Qué pensarían su tío y padre de esta adhesión a un republicano?

El discurso en el que sustenta tal decisión dura casi cuarenta y nueve minutos, es rico y abundante en denuncias y críticas a la política interior y exterior de la administración Biden: guerra en ucrania, control de medios de información, política ambiental, política farmacéutica, la crisis de salud y sobre todo de salud mental: depresión y autismo en una taza del 18% de la población, hígado graso en uno de cada cinco ciudadanos, alimentos ultra procesados, crecimiento de enfermedades crónicas entre otras. Se extraen a continuación fragmentos del discurso que tienen relación directa con el argumento central de este artículo que como se dijo, consiste en evidenciar esta ya molesta práctica de traición de los candidatos de tipo divergente, independiente a las inquietudes, principios y esperanza de un segmento de la población estadounidense. Dice Kennedy Jr.:

… como ustedes saben dejé este partido [el demócrata] en octubre porque se había apartado dramáticamente de los valores fundamentales con los que crecí. Se había convertido en el partido de la guerra, la censura, la corrupción, las grandes farmacéuticas, las grandes empresas tecnológicas y de los grandes capitales. Cuando canceló las primarias [el Comité Nacional Demócrata] para ocultar las deficiencias cognitivas del presidente [J. Biden] en funciones dejé el partido para postularme como independiente. […] Los detractores dijeron que estábamos escalando una montaña de cristal, así que lo primero que quiero decirles es que les demostramos que estaban equivocados. […] inspiramos a un movimiento político independiente, masivo, mas de 100.000 voluntarios entraron en acción esperanzados en que se podría revertir el colapso de nuestra nación. […] duermen mes tras mes energizados por una visión compartida de una nación sanada de sus divisiones.

[Agradece detalladamente a los voluntarios por la ‘hazaña logística’ de recolección de firmas. Resalta la abnegación de jóvenes y jubilados para aportar dinero y lograr algo sin precedentes en la historia electoral estadounidense: un millón de firmas recogidas; se conmueve por compatriotas que aman la nación y luchan por la democracia y contra la corrupción. Continua:]

Hoy estoy aquí para decirles que no dejaré que sus esfuerzos vayan a parar al basurero. Estoy aquí para decirles que aprovecharé sus tremendos logros para servir a los ideales que compartimos, los ideales de la paz, la prosperidad, de libertad, de salud y todos los ideales de mi campaña. Estoy aquí para describir el camino a seguir que ustedes han abierto con su compromiso y arduo trabajo.

Ahora. En un sistema honesto creo que hubiera ganado la elección; en un sistema del tipo que mi padre y mis tíos se desarrollaron, un sistema con debates abiertos con primarias justas, con debates programados regularmente. […] pero lamento decir que si bien la democracia puede estar viva en las bases, se ha convertido en poco más que un eslogan para nuestras instituciones políticas, para nuestros medios de comunicación, para nuestro gobierno y lo que es más triste para mí, para el partido demócrata.

[Pasa a hablar de los desmanes al interior del partido demócrata, la elección arbitraria de una impopular Kamala Harris, así como la persecución a Donald Trump. Rememora la época de sus familiares políticos y exalta a EE.UU. como un ‘modelo de democracia y líder del mundo libre’. Continúa así haciendo una crítica a la administración Biden y la pérdida de la libertad de expresión y del hacer no plural dentro del partido demócrata, mismo que cuestiona como defecto autocrático a la Rusia de Putin. Y sigue:]

Hace muchos meses prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera si me convertía en un saboteador, en alguien que alteró el resultado de las elecciones, pero que no tiene ninguna posibilidad de ganar, es más en mi corazón ya no creo que tenga ningún camino realista hacia la victoria ante esta censura sistemática.

[Se abroga la autoridad de no pedir más esfuerzo a sus voluntarios, ve que las encuestas ponen de manifiesto que si sigue en la campaña hará un favor a los demócratas con quien no está de acuerdo, básicamente en los temas de: censura, guerra y enfermedades crónicas. Dice que no está terminando la campaña, sino que la está suspendiendo.]

No solo hicimos lo imposible al recolectar un millón de firmas, cambiamos para siempre la conversación política nacional.

[Finalmente, vuelve a señalar que son la censura, la guerra en Ucrania y las enfermedades crónicas –nada señala del genocidio sionista en Palestina-]

Es por esto que tomé esta desgarradora decisión de suspender mi campaña y apoyar al presidente Trump […] si tengo la oportunidad de combatir la crisis de las enfermedades y reformar nuestra producción de alimentos, prometo que veremos que los estadounidenses volverán a estar sanos dentro de cuatro años. Seremos un país más fuerte, más resiliente y más optimista y feliz. […] si el presidente Trump es electo y honra su palabra las enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y arruinan al país desaparecerán. Este es un viaje espiritual para mí. Llegué a mi decisión a partir de una oración profunda a través de una lógica dura y me pregunté que opciones debo tomar para maximizar mis posibilidades de salvar a los niños y restaurar la salud. […] El tema más unificador para todos los estadounidenses es que todos amamos a nuestros hijos…

Los subrayados aquí dispuestos resaltan las coincidencias de los discursos de Sanders y Kennedy Jr. veamos ahora el análisis.

  1. Llama la atención la ambigüedad entre el reconocimiento de la suma de calidades y voluntades en pro de un cambio y la decisión vertical, inconsulta de retirar toda esa fe, esa esperanza de sus bases, para sumarse a otro candidato. Apoyo de tantos jóvenes y trabajadores en todo el país [Sanders] 100.000 voluntarios entraron en acción, -que son jóvenes y trabajadores- [Kennedy Jr.]
  2. Asimismo, se aprecia cierta tragedia, cierto drama: Y es que ahora estamos unos 300 delegados detrás del vicepresidente Biden y el camino hacia la victoria es prácticamente imposible […] ha sido una decisión muy difícil y dolorosa. […] En este momento de desesperación, no puedo, de buena fe continuar construyendo una campaña que no puede ganar y que interferiría en el importante trabajo que se requiere de todos nosotros en este momento difícil [Sanders]
    Y, Hace muchos meses prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera si me convertía en un saboteador en alguien que alteró el resultado de las elecciones, pero que no tiene ninguna posibilidad de ganar, es más en mi corazón ya no creo que tenga ningún camino realista hacia la victoria ante esta censura sistemática. […] Es por esto que hice esta desgarradora decisión de suspender mi campaña[Kennedy Jr.]
  3. Pese a dicho tono dramático, como vergüenza del héroe que frustró a sus seguidores, que se lanzó de la terraza y no pudo volar, aunque tenía la capa de los valores estadounidenses y que señala logros como mantenimiento en el largo tiempo de la esperanza: estamos ganando la batalla ideológicaSi bien esta campaña está llegando a su fin, nuestro movimiento no. [Sanders]
    Y, la democracia puede estar viva en las bases […] inspiramos a un movimiento político independiente […] cambiamos para siempre la conversación política nacional. [Kennedy Jr.]
  4. Tanto Sanders como Kennedy Jr. se suman de buena gana a las campañas de sus contradictores políticos y borran de un plumazo a todos los y las colaboradores que creyeron en una apuesta divergente, desmarcada del bipartidismo que es siempre una misma clase dirigente, élite sionista de talante anti democrático y dicen para tal efecto olímpico y descarado: hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente, con el que trabajaré para impulsar nuestras ideas progresistas… [Sanders]
    Y, si el presidente Trump es electo y honra su palabra las enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y arruinan al país desaparecerán. [Kennedy Jr.]
  5. Es visible que para Kennedy Jr. es una afrenta haber sido omitido, borrado de su partido. Su problema no es poco. Ha roto la tradición de los Kennedy, es un proscrito, un outsider de la política. Se sabe más capaz y, de hecho, salvo su descarada y flagrante omisión del genocidio sionista en Palestina, sin lugar a dudas era un candidato, más allá de su tinte partidista, calificado. Un hombre que tiene en la cabeza a su nación y a los problemas globales. También y en eso comparte afinidades con Trump, es un nacionalista, un político que subrepticiamente evoca el excepcionalismo estadounidense: exalta a EE.UU. como un ‘modelo de democracia y líder del mundo libre’ y señala: Seremos un país más fuerte, más resiliente y más optimista y feliz.

Personalmente considero que la población estadounidense es tan culpable de la hegemonía siempre agresiva, no ilustrada y sí bizarra de los Estados Unidos. Sin embargo, reconozco que hay sectores que bien han comprendido la tragedia de su totalitarismo, ya que no sólo sus élites se nutren del intercambio desigual y los aranceles desfavorables consignados en los Tratados de Libre Comercio con naciones del Sur Global e incluso, actualmente de la Europa empobrecida a fuerza de comprometerla en el conflicto en Ucrania, sino que además se lucran de sus ciudadanos a partir de la precarización del estado de bienestar en declive desde los años 1980, además de todas las denuncias que hace el propio Kennedy Jr. en su declinación de candidato presidencial.

Es importante resaltar que fue Barack Hussein Obama quien, como expresión de la segregación étnica a los afros, al ser elegido presidente, abrió hace dieciséis años a la política estadounidense la esperanza del cambio y en su acción obró como las élites más rancias del establishment de su país. Es clave recordar que finalmente las figuras que han encarnado divergencia han sido sometidas por este establecimiento de poder, por el también denominado Estado profundo que tiende a determinar las flechas más gruesas con las que discurre la línea política, ideológica y económica estadounidense. Pero Obama ganó dentro del propio partido, su ‘audacia’ ha sido deslizarse dentro del poder y formar parte hoy en día de la propia élite que controla al partido demócrata y al propio octogenario y senil Joseph Biden.

No sé si los partidarios de Sanders, Kennedy Jr. y de la propia Ocasio Cortez se dan cuenta de esta cooptación efectuada por el statu quo de sus representantes. Y más aún, si éstos junto a Sanders y Kennedy Jr. creen en verdad que el esfuerzo fue suficiente y que tal postura de abandono es loable en medio del perdón y las excusas que arguyen tales candidatos en sus discursos.

¿Por qué Sanders no creó un propio partido cuando le robaron las primarias? ¿Cree en verdad que Biden es un hombre honesto? ¿De dónde salen las bases de Black Lives Matter BLM y los Antifascistas? Puede ser que, de tales decepciones políticas y crisis de la representatividad, los ciudadanos estadounidenses se vuelven carne fresca de vertientes inconsistentes ideológicamente, efímeras o pálidas, en el mejor de los casos. Es parte de la realidad objetiva que la atomización de la representatividad también en lo Woke, desfigura las luchas concretas de clase, al centrarse, al hacer principales y dominantes otras aristas de la subjetividad en detrimento de la colectividad y el antagonismo básico: el de clase trabajadora vs clase dominante.

De hecho, los discursos muy ‘progresistas’ e ‘independientes’ de Sanders y Kennedy Jr. respectivamente, constituyen una traición a la clase trabajadora al negociar y plegarse con el pretexto de hacer cualquier cosa por tal clase dentro del mismo sistema que critican y señalan que está mal. Entonces. Cuando Sanders dice, estamos ganando la batalla ideológica, ¿a qué ideología se refiere? ¿De qué calado es su batalla? ¿tan solo la que dan para volver a su época dorada de dominación? O cuando dice Kennedy Jr.: cambiamos para siempre la conversación política nacional, ¿esto fue posible por recaudar un millón de firmas con la en verdad audaz esperanza de sus voluntarios? ¿Qué cambió? ¿Le cumplió Biden a Sanders? ¿le cumplirá Trump a Kennedy Jr.?

Al parecer continuó lo mismo: la desesperanza de una crisis de representatividad auténtica, de sentido de clase trabajadora, la falta de osadía para perder, para ser derrotados estruendosamente, favorezcan a quien favorezcan, sin cálculos políticos y dejar el ejemplo de que se perdió sin abyección al poder, al podrido bipartidismo estadounidense.

¿Quién imagina a Espartaco como cónsul romano? ¿Quién imagina al peruano pro realista Agustín Agualongo como funcionario de las tropas patriotas bolivarianas? ¿Quién alucina con Malcom X renunciando al derecho económico y de la propiedad de los negros por un puesto en el congreso? ¿Quién imagina a Allende izando una bandera blanca en la Casa de la Moneda, para ser el sirviente de Nixon? ¿Quién imagina a varias comunidades indoamericanas temiendo el suicidio colectivo para perpetuarse como esclavos y subyugarse al invasor europeo?

Los Estados Unidos de América son una confederación joven. Y les falta en su historia el ascenso de verdaderos héroes, verdaderos representantes populares y dejar de asesinar a los que pueden emerger o emergen, como King, Malcom X o el propio JFK. Primero deben dejar de negar su propia historia desde abajo. Aprender de las otras historias y también dejar de negarlas. Vive Estados Unidos su momento más aciago y la audacia de la desesperanza signada por sus microrquídeos retadores del Establishment, se constituye como un síntoma adicional de su decadencia.

Objetivamente, Sanders y Kennedy Jr. serán recordados como traidores de lo que representaban en buena hora y como orgánicos y consecuentes representantes de su clase, si no dominante, sí tecnocrática y burocrática con cierto abolengo acuñado. Will god save America?

Sanders y Kennedy Jr. serán recordados como traidores de lo que representaban en buena hora.

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Luego de ver las palabras de Kennedy Jr. este pasado 24 de agosto, tuve ya una línea para construir este artículo del cual, su argumento central consiste en evidenciar la ya molesta práctica de traición por parte de los candidatos de tipo divergente e ‘independiente’ a las inquietudes, principios y esperanza de un segmento de la población estadounidense, sumiéndolos una vez más en la desesperanza. Veamos como evidencia de tal hipótesis, el contexto, los antecedentes y los discursos de declinación de candidatura de estos dos políticos demócratas.

Los contextos y los antecedentes

En 2008 el entonces candidato presidencial Barack Hussein Obama escribió un libro titulado La audacia de la esperanza. Reflexiones sobre cómo restaurar el sueño americano. Su “Punto central de reflexión es el rescate de valores originales del pueblo americano que han sido traicionados por la forma de hacer política; los políticos no representan estos valores originales que subsisten en el pueblo americano. Es necesario cambiar la forma de hacer política, dice; él no sabe todavía cómo hacerlo, afirma, pero es urgente hacerlo, con la audacia de la esperanza”. (Francisco Durán Vargas)

Fuimos testigos de la ‘audacia’ de Obama como presidente de los Estados Unidos, exacerbando la deportación de migrantes y secundando el maltrato a la población afroamericana de Flint, Michigan (Documental Fahrenheit 11/9 – Michael Moore. En 1 hora 27 minutos) y otras; viniendo él de una condición idéntica, de padre keniano y como afro. También apreciamos su audacia planeando los bombardeos con drones a ‘posibles terroristas fundamentalistas’ (Juan Ignacio Cánepa) cada semana y sabemos lo rentable, práctico y letal de dicha política.

La esperanza quedó como siempre queda en términos democráticos, políticos y de estado de bienestar para la mayoría estadounidense: ‘droneada’. Neologismo que explica la acción letal de un drone sobre… Y así Obama estuvo jugando y decepcionando a sus votantes y a sus hermanos étnicos afroamericanos por ocho años; creando en 2010 un sistema discutible de salud llamado ‘Obama care’, conocido como la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Affordable Care Act, ACA). La misma ha sido discutida como un programa con falencias y que creó oportunidades para estafas, guerra de empresas oferentes del producto, precios inalcanzables, más exclusión etc.

Los demócratas y sus discursos

Llegando las elecciones de 2016 aparecieron dos candidatos fuertes en el partido demócrata: Hillary Diane Rodham Clinton, ex secretaria de Estado de EE.UU. durante el segundo mandato de Obama y Bernard Sanders, senador del estado de Vermont. Es conocido el fraude hecho en las primarias demócratas (France 24) por la señora ex secretaria de Estado, Hilary Clinton. Dichas elecciones presidenciales las ganó finalmente Donald Trump.

Las siguientes elecciones de 2020 dieron como dupla para definir candidato demócrata en las primarias a Bernard Sanders y a Joseph Robinette Biden Jr. Sanders declaró: (Grupo Reforma)

Quisiera darles mejores noticias, pero creo que saben la verdad. Y es que ahora estamos unos 300 delegados detrás del vicepresidente Biden y el camino hacia la victoria es prácticamente imposible. Entonces, a pesar de que estamos ganando la batalla ideológica y estamos ganando el apoyo de tantos jóvenes y trabajadores en todo el país he concluido que esta batalla por la denominación demócrata no tendrá éxito. Y hoy estoy anunciando la suspensión de mi campaña. Tengan en cuenta que no tomo esta decisión a la ligera, de hecho, ha sido una decisión muy difícil y dolorosa. En este momento de desesperación, no puedo, de buena fe continuar construyendo una campaña que no puede ganar y que interferiría en el importante trabajo que se requiere de todos nosotros en este momento difícil. Si bien esta campaña está llegando a su fin, nuestro movimiento no. El Dr. Martin Luther King Jr. nos recordó que “el arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia.La lucha por la justicia es de lo que se ha tratado nuestra campaña […] hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente, con el que trabajaré para impulsar nuestras ideas progresistas… (el subrayado es nuestro)

De esta forma, tan olímpica como el arco de la moral, Sanders toma la decisión de romper el pacto colectivo de una campaña donde dice estar ganando la batalla ideológica. Y ¿cuál batalla no estaba ganando? Dentro del grupo de políticos progresistas también se encuentra la señora senadora -joven promesa de más de lo mismo- Alexandria Ocasio-Cortez, de ascendencia puertorriqueña, y quien es definida como ‘activista de izquierda liberal’ y que ahora respalda a Kamala Harris (CNN News) y agradece a Biden por su ‘liderazgo’. Centra su convicción en que Harris es la opción correcta porque viene de la clase media y comprende las necesidades de las familias trabajadoras.

Se reconoce su puesta en escena, su histrionismo como oradora y su abandono de las ideas que un día la sacaron de, como ella dice, camarera y repartir tortillas, para llegar al senado, al poder. La verdad, da repulsión escucharla a ella particularmente. Porque expresa la genuflexión de etnia, nación y clase, particularmente y aunque ella no es el centro de esta disertación viene al caso recordarla porque hace parte de esta misma recurrente experiencia de ruptura ficticia con la política tradicional, evocando la salvación del pueblo y los migrantes en el seno del partido demócrata, el más hostil contra la migración; particularmente durante la presidencia de Barack Obama.

Kamala Harris buscó la nominación presidencial demócrata de 2020 y es del grupo de rezagados en las consultas internas, donde también se auto denominó progresista en el seno del partido demócrata y cediendo ante el poder, acepta para 2021 ser la vicepresidente de Joseph Biden. Y ahora, como se sabe, es la candidata para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 por el mismo partido. Ha sido premiada por su docilidad y disciplina.

Es en este punto que encontramos a Robert Francis Kennedy Jr. Quien desde abril de 2023 inicia su carrera por la presidencia dentro del partido demócrata, mismo donde militó su tío y su padre. Sin embargo, el grueso de su campaña la hizo como independiente y finalmente el 23 de agosto de este año 2024 dio un discurso donde explicaba ad nausea por qué se sumaba a la campaña de Donald Trump, suspendiendo su candidatura de algunos estados donde aún podía o animando a votar por sí mismo. ¿Qué pensarían su tío y padre de esta adhesión a un republicano?

El discurso en el que sustenta tal decisión dura casi cuarenta y nueve minutos, es rico y abundante en denuncias y críticas a la política interior y exterior de la administración Biden: guerra en ucrania, control de medios de información, política ambiental, política farmacéutica, la crisis de salud y sobre todo de salud mental: depresión y autismo en una taza del 18% de la población, hígado graso en uno de cada cinco ciudadanos, alimentos ultra procesados, crecimiento de enfermedades crónicas entre otras. Se extraen a continuación fragmentos del discurso que tienen relación directa con el argumento central de este artículo que como se dijo, consiste en evidenciar esta ya molesta práctica de traición de los candidatos de tipo divergente, independiente a las inquietudes, principios y esperanza de un segmento de la población estadounidense. Dice Kennedy Jr.:

… como ustedes saben dejé este partido [el demócrata] en octubre porque se había apartado dramáticamente de los valores fundamentales con los que crecí. Se había convertido en el partido de la guerra, la censura, la corrupción, las grandes farmacéuticas, las grandes empresas tecnológicas y de los grandes capitales. Cuando canceló las primarias [el Comité Nacional Demócrata] para ocultar las deficiencias cognitivas del presidente [J. Biden] en funciones dejé el partido para postularme como independiente. […] Los detractores dijeron que estábamos escalando una montaña de cristal, así que lo primero que quiero decirles es que les demostramos que estaban equivocados. […] inspiramos a un movimiento político independiente, masivo, mas de 100.000 voluntarios entraron en acción esperanzados en que se podría revertir el colapso de nuestra nación. […] duermen mes tras mes energizados por una visión compartida de una nación sanada de sus divisiones.

[Agradece detalladamente a los voluntarios por la ‘hazaña logística’ de recolección de firmas. Resalta la abnegación de jóvenes y jubilados para aportar dinero y lograr algo sin precedentes en la historia electoral estadounidense: un millón de firmas recogidas; se conmueve por compatriotas que aman la nación y luchan por la democracia y contra la corrupción. Continua:]

Hoy estoy aquí para decirles que no dejaré que sus esfuerzos vayan a parar al basurero. Estoy aquí para decirles que aprovecharé sus tremendos logros para servir a los ideales que compartimos, los ideales de la paz, la prosperidad, de libertad, de salud y todos los ideales de mi campaña. Estoy aquí para describir el camino a seguir que ustedes han abierto con su compromiso y arduo trabajo.

Ahora. En un sistema honesto creo que hubiera ganado la elección; en un sistema del tipo que mi padre y mis tíos se desarrollaron, un sistema con debates abiertos con primarias justas, con debates programados regularmente. […] pero lamento decir que si bien la democracia puede estar viva en las bases, se ha convertido en poco más que un eslogan para nuestras instituciones políticas, para nuestros medios de comunicación, para nuestro gobierno y lo que es más triste para mí, para el partido demócrata.

[Pasa a hablar de los desmanes al interior del partido demócrata, la elección arbitraria de una impopular Kamala Harris, así como la persecución a Donald Trump. Rememora la época de sus familiares políticos y exalta a EE.UU. como un ‘modelo de democracia y líder del mundo libre’. Continúa así haciendo una crítica a la administración Biden y la pérdida de la libertad de expresión y del hacer no plural dentro del partido demócrata, mismo que cuestiona como defecto autocrático a la Rusia de Putin. Y sigue:]

Hace muchos meses prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera si me convertía en un saboteador, en alguien que alteró el resultado de las elecciones, pero que no tiene ninguna posibilidad de ganar, es más en mi corazón ya no creo que tenga ningún camino realista hacia la victoria ante esta censura sistemática.

[Se abroga la autoridad de no pedir más esfuerzo a sus voluntarios, ve que las encuestas ponen de manifiesto que si sigue en la campaña hará un favor a los demócratas con quien no está de acuerdo, básicamente en los temas de: censura, guerra y enfermedades crónicas. Dice que no está terminando la campaña, sino que la está suspendiendo.]

No solo hicimos lo imposible al recolectar un millón de firmas, cambiamos para siempre la conversación política nacional.

[Finalmente, vuelve a señalar que son la censura, la guerra en Ucrania y las enfermedades crónicas –nada señala del genocidio sionista en Palestina-]

Es por esto que tomé esta desgarradora decisión de suspender mi campaña y apoyar al presidente Trump […] si tengo la oportunidad de combatir la crisis de las enfermedades y reformar nuestra producción de alimentos, prometo que veremos que los estadounidenses volverán a estar sanos dentro de cuatro años. Seremos un país más fuerte, más resiliente y más optimista y feliz. […] si el presidente Trump es electo y honra su palabra las enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y arruinan al país desaparecerán. Este es un viaje espiritual para mí. Llegué a mi decisión a partir de una oración profunda a través de una lógica dura y me pregunté que opciones debo tomar para maximizar mis posibilidades de salvar a los niños y restaurar la salud. […] El tema más unificador para todos los estadounidenses es que todos amamos a nuestros hijos…

Los subrayados aquí dispuestos resaltan las coincidencias de los discursos de Sanders y Kennedy Jr. veamos ahora el análisis.

  1. Llama la atención la ambigüedad entre el reconocimiento de la suma de calidades y voluntades en pro de un cambio y la decisión vertical, inconsulta de retirar toda esa fe, esa esperanza de sus bases, para sumarse a otro candidato. Apoyo de tantos jóvenes y trabajadores en todo el país [Sanders] 100.000 voluntarios entraron en acción, -que son jóvenes y trabajadores- [Kennedy Jr.]
  2. Asimismo, se aprecia cierta tragedia, cierto drama: Y es que ahora estamos unos 300 delegados detrás del vicepresidente Biden y el camino hacia la victoria es prácticamente imposible […] ha sido una decisión muy difícil y dolorosa. […] En este momento de desesperación, no puedo, de buena fe continuar construyendo una campaña que no puede ganar y que interferiría en el importante trabajo que se requiere de todos nosotros en este momento difícil [Sanders]
    Y, Hace muchos meses prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera si me convertía en un saboteador en alguien que alteró el resultado de las elecciones, pero que no tiene ninguna posibilidad de ganar, es más en mi corazón ya no creo que tenga ningún camino realista hacia la victoria ante esta censura sistemática. […] Es por esto que hice esta desgarradora decisión de suspender mi campaña[Kennedy Jr.]
  3. Pese a dicho tono dramático, como vergüenza del héroe que frustró a sus seguidores, que se lanzó de la terraza y no pudo volar, aunque tenía la capa de los valores estadounidenses y que señala logros como mantenimiento en el largo tiempo de la esperanza: estamos ganando la batalla ideológicaSi bien esta campaña está llegando a su fin, nuestro movimiento no. [Sanders]
    Y, la democracia puede estar viva en las bases […] inspiramos a un movimiento político independiente […] cambiamos para siempre la conversación política nacional. [Kennedy Jr.]
  4. Tanto Sanders como Kennedy Jr. se suman de buena gana a las campañas de sus contradictores políticos y borran de un plumazo a todos los y las colaboradores que creyeron en una apuesta divergente, desmarcada del bipartidismo que es siempre una misma clase dirigente, élite sionista de talante anti democrático y dicen para tal efecto olímpico y descarado: hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente, con el que trabajaré para impulsar nuestras ideas progresistas… [Sanders]
    Y, si el presidente Trump es electo y honra su palabra las enfermedades crónicas que ahora desmoralizan y arruinan al país desaparecerán. [Kennedy Jr.]
  5. Es visible que para Kennedy Jr. es una afrenta haber sido omitido, borrado de su partido. Su problema no es poco. Ha roto la tradición de los Kennedy, es un proscrito, un outsider de la política. Se sabe más capaz y, de hecho, salvo su descarada y flagrante omisión del genocidio sionista en Palestina, sin lugar a dudas era un candidato, más allá de su tinte partidista, calificado. Un hombre que tiene en la cabeza a su nación y a los problemas globales. También y en eso comparte afinidades con Trump, es un nacionalista, un político que subrepticiamente evoca el excepcionalismo estadounidense: exalta a EE.UU. como un ‘modelo de democracia y líder del mundo libre’ y señala: Seremos un país más fuerte, más resiliente y más optimista y feliz.

Personalmente considero que la población estadounidense es tan culpable de la hegemonía siempre agresiva, no ilustrada y sí bizarra de los Estados Unidos. Sin embargo, reconozco que hay sectores que bien han comprendido la tragedia de su totalitarismo, ya que no sólo sus élites se nutren del intercambio desigual y los aranceles desfavorables consignados en los Tratados de Libre Comercio con naciones del Sur Global e incluso, actualmente de la Europa empobrecida a fuerza de comprometerla en el conflicto en Ucrania, sino que además se lucran de sus ciudadanos a partir de la precarización del estado de bienestar en declive desde los años 1980, además de todas las denuncias que hace el propio Kennedy Jr. en su declinación de candidato presidencial.

Es importante resaltar que fue Barack Hussein Obama quien, como expresión de la segregación étnica a los afros, al ser elegido presidente, abrió hace dieciséis años a la política estadounidense la esperanza del cambio y en su acción obró como las élites más rancias del establishment de su país. Es clave recordar que finalmente las figuras que han encarnado divergencia han sido sometidas por este establecimiento de poder, por el también denominado Estado profundo que tiende a determinar las flechas más gruesas con las que discurre la línea política, ideológica y económica estadounidense. Pero Obama ganó dentro del propio partido, su ‘audacia’ ha sido deslizarse dentro del poder y formar parte hoy en día de la propia élite que controla al partido demócrata y al propio octogenario y senil Joseph Biden.

No sé si los partidarios de Sanders, Kennedy Jr. y de la propia Ocasio Cortez se dan cuenta de esta cooptación efectuada por el statu quo de sus representantes. Y más aún, si éstos junto a Sanders y Kennedy Jr. creen en verdad que el esfuerzo fue suficiente y que tal postura de abandono es loable en medio del perdón y las excusas que arguyen tales candidatos en sus discursos.

¿Por qué Sanders no creó un propio partido cuando le robaron las primarias? ¿Cree en verdad que Biden es un hombre honesto? ¿De dónde salen las bases de Black Lives Matter BLM y los Antifascistas? Puede ser que, de tales decepciones políticas y crisis de la representatividad, los ciudadanos estadounidenses se vuelven carne fresca de vertientes inconsistentes ideológicamente, efímeras o pálidas, en el mejor de los casos. Es parte de la realidad objetiva que la atomización de la representatividad también en lo Woke, desfigura las luchas concretas de clase, al centrarse, al hacer principales y dominantes otras aristas de la subjetividad en detrimento de la colectividad y el antagonismo básico: el de clase trabajadora vs clase dominante.

De hecho, los discursos muy ‘progresistas’ e ‘independientes’ de Sanders y Kennedy Jr. respectivamente, constituyen una traición a la clase trabajadora al negociar y plegarse con el pretexto de hacer cualquier cosa por tal clase dentro del mismo sistema que critican y señalan que está mal. Entonces. Cuando Sanders dice, estamos ganando la batalla ideológica, ¿a qué ideología se refiere? ¿De qué calado es su batalla? ¿tan solo la que dan para volver a su época dorada de dominación? O cuando dice Kennedy Jr.: cambiamos para siempre la conversación política nacional, ¿esto fue posible por recaudar un millón de firmas con la en verdad audaz esperanza de sus voluntarios? ¿Qué cambió? ¿Le cumplió Biden a Sanders? ¿le cumplirá Trump a Kennedy Jr.?

Al parecer continuó lo mismo: la desesperanza de una crisis de representatividad auténtica, de sentido de clase trabajadora, la falta de osadía para perder, para ser derrotados estruendosamente, favorezcan a quien favorezcan, sin cálculos políticos y dejar el ejemplo de que se perdió sin abyección al poder, al podrido bipartidismo estadounidense.

¿Quién imagina a Espartaco como cónsul romano? ¿Quién imagina al peruano pro realista Agustín Agualongo como funcionario de las tropas patriotas bolivarianas? ¿Quién alucina con Malcom X renunciando al derecho económico y de la propiedad de los negros por un puesto en el congreso? ¿Quién imagina a Allende izando una bandera blanca en la Casa de la Moneda, para ser el sirviente de Nixon? ¿Quién imagina a varias comunidades indoamericanas temiendo el suicidio colectivo para perpetuarse como esclavos y subyugarse al invasor europeo?

Los Estados Unidos de América son una confederación joven. Y les falta en su historia el ascenso de verdaderos héroes, verdaderos representantes populares y dejar de asesinar a los que pueden emerger o emergen, como King, Malcom X o el propio JFK. Primero deben dejar de negar su propia historia desde abajo. Aprender de las otras historias y también dejar de negarlas. Vive Estados Unidos su momento más aciago y la audacia de la desesperanza signada por sus microrquídeos retadores del Establishment, se constituye como un síntoma adicional de su decadencia.

Objetivamente, Sanders y Kennedy Jr. serán recordados como traidores de lo que representaban en buena hora y como orgánicos y consecuentes representantes de su clase, si no dominante, sí tecnocrática y burocrática con cierto abolengo acuñado. Will god save America?

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