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Alastair Crooke
May 8, 2024
© Photo: almayadeen.net

Seyed Hassan Nasrallah, como portavoz de la unidad de los Frentes de Resistencia, ha dejado claro que el objetivo de la Resistencia es agotar a «Israel».

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Muchos de los titulares de los puestos de liderazgo en la América Institucional son sionistas liberales o evangélicos. Esta situación no debería sorprender. El Washington Post, por ejemplo, preguntó a Matthew Brooks, director general de la Coalición Judía Republicana (RJC), si tenía previsto financiar a los contrincantes electorales de los veinte republicanos de la Cámara de Representantes que votaron en contra del proyecto de ley de ayuda a los israelíes:

La RJC se está preparando para gastar más de 15 millones de dólares en lo que será el mayor esfuerzo dirigido a la comunidad judía en los estados más disputados de todo el país… Tenemos una larga historia de alzar la voz contra la gente que es antiisraelí, ya sean demócratas como «la Escuadra» y los progresistas de la izquierda, pero también contra la gente que expresa sentimientos antiisraelíes en la derecha.

Fuimos el grupo responsable de derrotar al congresista Steve King. Estamos gastando más de un millón de dólares en Indiana en este ciclo electoral, para derrotar al ex congresista John Hostettler, que fue una de las voces más antiisraelíes del Congreso durante su mandato».

Pregunta: Otros veinte republicanos de la Cámara de Representantes votaron en contra del proyecto de ley sobre Israel. ¿Piensas apoyar a los aspirantes que se presenten contra alguno de ellos?

Brooks: Si hay un aspirante creíble [en la papeleta] contra cualquiera de ellos, nos implicaremos sin duda alguna».

En este contexto, no debe sorprender que, como escribe escribe Edward Luce en el Financial Times, los líderes institucionales estadounidenses estén atados de pies y manos por las protestas en los campus. La angustia gira en gran parte en torno al indudable poder del AIPAC y el RJC para hacer -o deshacer- a los aspirantes al Congreso:

«En la práctica«, dice Luce,

los adultos de todas las tendencias -republicanos, demócratas, medios de comunicación y administraciones universitarias- muestran los rasgos de histeria y dogmatismo que deploran en los jóvenes. No debería sorprendernos que las protestas sean cada vez más airadas. Los estudiantes tienen todo el derecho a protestar, incluso con discursos que muchos de sus compañeros consideran aborrecibles.

Luce pregunta:

¿En qué momento el antisionismo se convierte en antisemitismo? La línea es borrosa. Pero la mayoría de la gente -excepto los que mandan, al parecer- sabe distinguir entre la protesta legítima y los llamamientos a la violencia.

Pero para difuminar aún más la distinción:

La «Cámara de Representantes» de EEUU está tramitando un proyecto de leyl para codificar la polémica definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto. La definición es controvertida porque la mayoría de sus ejemplos de antisemitismo implican críticas a «Israel«, incluido el calificar a «Israel» de «empresa racista«. La aprobación del proyecto de ley significaría que la definición se aplicaría cuando los funcionarios resolvieran las quejas del Título VI en las que se alegara antisemitismo en los campus. El proyecto de ley fue aprobado por 320 votos a favor y 91 en contra en la Cámara de Representantes.

Sin embargo, hay otro factor detrás de la histeria del Congreso: las protestas han desatado el temor a que se repita lo de 1968. Como entonces, los disturbios comenzaron en la Universidad de Columbia. Como en 1968, la convención demócrata de este año se celebrará en Chicago. La convención de 1968 también fue un desastre porque el alcalde de Chicago, Richard Daley, envió a su policía a un combate campal con los manifestantes. La batalla callejera dominó la atención de los medios de comunicación.

Sin embargo, Luce hace una clara distinción con 1968: «El principal motor de estas protestas es humanitario» (como no fue el caso en la guerra de Vietnam).

Pero entonces, Luce recurre a la vieja patraña:

Algunos de los manifestantes suscriben conscientemente una visión del mundo de Hamás que borraría a Israel del mapa. ¿En qué momento el antisionismo se convierte en antisemitismo?

Aquí es donde se enturbia la cuestión. Borrar a «Israel«, aquí sionismo, del mapa no implica borrarlo mediante la violencia (aunque existe un derecho legal de resistencia para quienes viven bajo la ocupación).

Seyed Hassan Nasrallah (como portavoz de la unidad de los Frentes de Resistencia) ha dejado claro que el objetivo de la Resistencia es agotar a «Israel» -y llevarlo a un estado de derrota y desesperación- de modo que los israelíes empiecen a retractarse de la pretensión de derechos especiales y excepcionalismo, y se contenten con vivir «entre el río y el mar» con otros (palestinos), compartiendo una paridad de derechos. Es decir, con judíos, musulmanes y cristianos viviendo en un territorio común. Entonces no habría sionismo.

Seyed Nasrallah previó explícitamente la posibilidad de que surgiera un resultado así, sin una gran guerra.

Por tanto, es una «prestidigitación» presentar la «visión del mundo» de Hamás como la de «borrar a Israel del mapa», como si eso implicara «exterminar» o matar a los judíos. “Israel» estaría «fuera del mapa» en el sentido de que un futuro Estado no sería de naturaleza exclusivamente judía, sino multiconfesional.

La astuta imputación de antisemitismo a la «visión del mundo» de Hamás es una calumnia casi a la par que el eslogan «Hamás es el ISIS«. (El ISIS tenía a funcionarios de Hamás en su lista de la muerte).  La visión del mundo de Hamás no puede desvincularse del contexto de los odios encendidos por la guerra de Gaza.

La mayor parte del artículo de Luce se refiere a la cuestión del antisemitismo, pero la islamofobia también está creciendo a un ritmo acelerado.  Es importante acabar con el meme de «Hamás es ISIS» en Occidente, no sea que tales falsedades nos hagan caer en otra «guerra contra el terror».

Publicado originalmente por Al Mayadeen English
Traducción: Observatorio de trabajadores en lucha

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.
Enredando las aguas sobre las protestas estudiantiles en EEUU

Seyed Hassan Nasrallah, como portavoz de la unidad de los Frentes de Resistencia, ha dejado claro que el objetivo de la Resistencia es agotar a «Israel».

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Muchos de los titulares de los puestos de liderazgo en la América Institucional son sionistas liberales o evangélicos. Esta situación no debería sorprender. El Washington Post, por ejemplo, preguntó a Matthew Brooks, director general de la Coalición Judía Republicana (RJC), si tenía previsto financiar a los contrincantes electorales de los veinte republicanos de la Cámara de Representantes que votaron en contra del proyecto de ley de ayuda a los israelíes:

La RJC se está preparando para gastar más de 15 millones de dólares en lo que será el mayor esfuerzo dirigido a la comunidad judía en los estados más disputados de todo el país… Tenemos una larga historia de alzar la voz contra la gente que es antiisraelí, ya sean demócratas como «la Escuadra» y los progresistas de la izquierda, pero también contra la gente que expresa sentimientos antiisraelíes en la derecha.

Fuimos el grupo responsable de derrotar al congresista Steve King. Estamos gastando más de un millón de dólares en Indiana en este ciclo electoral, para derrotar al ex congresista John Hostettler, que fue una de las voces más antiisraelíes del Congreso durante su mandato».

Pregunta: Otros veinte republicanos de la Cámara de Representantes votaron en contra del proyecto de ley sobre Israel. ¿Piensas apoyar a los aspirantes que se presenten contra alguno de ellos?

Brooks: Si hay un aspirante creíble [en la papeleta] contra cualquiera de ellos, nos implicaremos sin duda alguna».

En este contexto, no debe sorprender que, como escribe escribe Edward Luce en el Financial Times, los líderes institucionales estadounidenses estén atados de pies y manos por las protestas en los campus. La angustia gira en gran parte en torno al indudable poder del AIPAC y el RJC para hacer -o deshacer- a los aspirantes al Congreso:

«En la práctica«, dice Luce,

los adultos de todas las tendencias -republicanos, demócratas, medios de comunicación y administraciones universitarias- muestran los rasgos de histeria y dogmatismo que deploran en los jóvenes. No debería sorprendernos que las protestas sean cada vez más airadas. Los estudiantes tienen todo el derecho a protestar, incluso con discursos que muchos de sus compañeros consideran aborrecibles.

Luce pregunta:

¿En qué momento el antisionismo se convierte en antisemitismo? La línea es borrosa. Pero la mayoría de la gente -excepto los que mandan, al parecer- sabe distinguir entre la protesta legítima y los llamamientos a la violencia.

Pero para difuminar aún más la distinción:

La «Cámara de Representantes» de EEUU está tramitando un proyecto de leyl para codificar la polémica definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto. La definición es controvertida porque la mayoría de sus ejemplos de antisemitismo implican críticas a «Israel«, incluido el calificar a «Israel» de «empresa racista«. La aprobación del proyecto de ley significaría que la definición se aplicaría cuando los funcionarios resolvieran las quejas del Título VI en las que se alegara antisemitismo en los campus. El proyecto de ley fue aprobado por 320 votos a favor y 91 en contra en la Cámara de Representantes.

Sin embargo, hay otro factor detrás de la histeria del Congreso: las protestas han desatado el temor a que se repita lo de 1968. Como entonces, los disturbios comenzaron en la Universidad de Columbia. Como en 1968, la convención demócrata de este año se celebrará en Chicago. La convención de 1968 también fue un desastre porque el alcalde de Chicago, Richard Daley, envió a su policía a un combate campal con los manifestantes. La batalla callejera dominó la atención de los medios de comunicación.

Sin embargo, Luce hace una clara distinción con 1968: «El principal motor de estas protestas es humanitario» (como no fue el caso en la guerra de Vietnam).

Pero entonces, Luce recurre a la vieja patraña:

Algunos de los manifestantes suscriben conscientemente una visión del mundo de Hamás que borraría a Israel del mapa. ¿En qué momento el antisionismo se convierte en antisemitismo?

Aquí es donde se enturbia la cuestión. Borrar a «Israel«, aquí sionismo, del mapa no implica borrarlo mediante la violencia (aunque existe un derecho legal de resistencia para quienes viven bajo la ocupación).

Seyed Hassan Nasrallah (como portavoz de la unidad de los Frentes de Resistencia) ha dejado claro que el objetivo de la Resistencia es agotar a «Israel» -y llevarlo a un estado de derrota y desesperación- de modo que los israelíes empiecen a retractarse de la pretensión de derechos especiales y excepcionalismo, y se contenten con vivir «entre el río y el mar» con otros (palestinos), compartiendo una paridad de derechos. Es decir, con judíos, musulmanes y cristianos viviendo en un territorio común. Entonces no habría sionismo.

Seyed Nasrallah previó explícitamente la posibilidad de que surgiera un resultado así, sin una gran guerra.

Por tanto, es una «prestidigitación» presentar la «visión del mundo» de Hamás como la de «borrar a Israel del mapa», como si eso implicara «exterminar» o matar a los judíos. “Israel» estaría «fuera del mapa» en el sentido de que un futuro Estado no sería de naturaleza exclusivamente judía, sino multiconfesional.

La astuta imputación de antisemitismo a la «visión del mundo» de Hamás es una calumnia casi a la par que el eslogan «Hamás es el ISIS«. (El ISIS tenía a funcionarios de Hamás en su lista de la muerte).  La visión del mundo de Hamás no puede desvincularse del contexto de los odios encendidos por la guerra de Gaza.

La mayor parte del artículo de Luce se refiere a la cuestión del antisemitismo, pero la islamofobia también está creciendo a un ritmo acelerado.  Es importante acabar con el meme de «Hamás es ISIS» en Occidente, no sea que tales falsedades nos hagan caer en otra «guerra contra el terror».

Publicado originalmente por Al Mayadeen English
Traducción: Observatorio de trabajadores en lucha