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Pepe Escobar
April 20, 2024
© Photo: Public domain

Israel, Gaza y Cisjordania deben considerarse como la apertura de la Nueva Guerra Fría.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

En lo que puede considerarse el podcast más crucial de 2024 hasta la fecha, el profesor Michael Hudson –autor de obras seminales como Super-Imperialism (El Superimperialismo) y la reciente The Collapse of Antiquity  (El Colapso de la Antigüedad) , entre otras– expone clínicamente el trasfondo esencial para comprender lo impensable: un genocidio del siglo XXI retransmitido en directo 24 horas al día, 7 días a la semana, a todo el planeta.

En un intercambio de correos electrónicos, el Prof. Hudson detalló que ahora está esencialmente «soltando la lengua» sobre cómo,

hace 50 años, cuando trabajaba en el Instituto Hudson con Herman Kahn [el modelo del Dr. Strangelove de Stanley Kubrick], se estaba formando a miembros del Mossad israelí, entre ellos Uzi Arad. Hice dos viajes internacionales con él, y me explicó más o menos lo que ha ocurrido hoy. Se convirtió en jefe del Mossad y ahora es asesor de Netanhayu.

El profesor Hudson muestra cómo «el plan básico de Gaza es como Kahn diseñó la división en sectores de la guerra de Vietnam, con canales que cortaban cada pueblo, como los israelíes están haciendo con los palestinos».

También ya entonces, Kahn señaló Baluchistán como la zona para fomentar la desorganización en Irán y el resto de la región».

No es casualidad que Baluchistán haya sido el territorio joya de la CIA durante décadas, y recientemente con el incentivo añadido de la perturbación por todos los medios necesarios del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), un nodo de conectividad clave de la Iniciativa china de la Franja y la Ruta (BRI).

A continuación, el profesor Hudson conecta los puntos principales:

Según tengo entendido, lo que EEUU está haciendo con Israel es un ensayo general para pasar a Irán y al Mar de China Meridional. Como sabes, no existe un Plan B en la estrategia estadounidense por una muy buena razón: si alguien critica el Plan A, se considera que no es un jugador de equipo (o incluso una marioneta de Putin), así que los críticos tienen que marcharse cuando ven que no van a ascender. Por eso los estrategas estadounidenses no se paran a repensar lo que están haciendo.

Aíslalos en caseríos estratégicos y luego mátalos

En nuestro intercambio de correos electrónicos, el Prof. Hudson comentó «esto es básicamente lo que dije» en referencia al podcast con Ania K, basándose en sus notas (aquí está la transcripción completa y revisada). Abróchense los cinturones: la verdad sin ambages es más letal que el impacto de un misil hipersónico.

Sobre la estrategia militar sionista en Gaza:

«Mi formación en los años 70 en el Instituto Hudson con Uzi Arad y otros aprendices del Mossad. Mi campo era el BoP, pero asistí a muchas reuniones en las que se discutía la estrategia militar, y volé a Asia dos veces con Uzi y llegué a conocerle.

La estrategia estadounidense/israelí en Gaza se basa en muchos aspectos en el plan de Herman Kahn que se llevó a cabo en Vietnam en la década de 1960.

El enfoque de Herman era el análisis de sistemas. Empieza por definir el objetivo general y después, ¿cómo lo conseguimos?

Primero, aislarlos en casillas estratégicas. Gaza ha sido dividida en distritos, que requieren pases electrónicos para entrar de un sector a otro, o en el Israel judío para trabajar.

Lo primero: matarlos. Idealmente mediante bombardeos, porque eso minimiza las bajas internas para tu ejército.

El genocidio que estamos presenciando hoy es la política explícita de los fundadores de Israel: la idea de «una tierra sin pueblo» significa una tierra sin población no judía. Había que expulsarlos, empezando incluso antes de la fundación oficial de Israel, en la primera Nakba, el holocausto árabe.

Dos primeros ministros israelíes eran miembros de la banda terrorista Stern Gang. Escaparon de su cárcel británica y se unieron para fundar Israel.

Lo que estamos viendo hoy es la Solución Final de este plan. También encaja con los deseos de EEUU de controlar Oriente Medio y sus reservas de petróleo. Para la diplomacia estadounidense, Oriente Medio ES (en mayúsculas) petróleo. Y el ISIS forma parte de la legión extranjera de EEUU desde que se organizó por primera vez en Afganistán para luchar contra los rusos.

Por eso la política israelí se ha coordinado con la estadounidense. Israel es la principal oligarquía cliente de EEUU en Oriente Medio. El Mossad se encarga de la mayor parte de la manipulación del ISIS en Siria e Irak, y en cualquier otro lugar al que EEUU envíe terroristas del ISIS. El terrorismo e incluso el genocidio actual son fundamentales para la geopolítica estadounidense.

Pero como aprendió EEUU en la guerra de Vietnam, las poblaciones protestan y votan contra el presidente que supervisa esta guerra. Lyndon Johnson no podía hacer una aparición pública sin que la multitud coreara. Tenía que escabullirse por la entrada lateral de los hoteles en los que hablaba.

Para evitar una vergüenza como la de Seymour Hersh describiendo la masacre de My Lai, bloqueas a los periodistas en el campo de batalla. Si están allí, los matas. El equipo Biden-Netanyahu ha atacado especialmente a los periodistas.

Así que lo ideal es matar pasivamente a la población, minimizar los bombardeos visibles. Y la línea de menor resistencia es matar de hambre a la población. Ésa ha sido la política israelí desde 2008″.

Y no olvides matarlos de hambre

El profesor Hudson hace una referencia directa a un artículo de Sara Roy en The New York Review of Books, en el que cita un cable de la embajada estadounidense en Tel Aviv al Secretario de Estado el 3 de noviembre de 2008. El cable dice:

Como parte de su plan general de embargo contra Gaza, los funcionarios israelíes han confirmado a [los funcionarios de la embajada] en múltiples ocasiones que pretenden mantener la economía gazatí al borde del colapso sin llegar a empujarla al precipicio.

Esto ha llevado, según el profesor Hudson, a que Israel «destruya los barcos pesqueros y los invernaderos de Gaza para privarla de alimentarse.

Después, se ha unido a Estados Unidos para bloquear la ayuda alimentaria de Naciones Unidas y de otros países. Estados Unidos se retiró rápidamente de la agencia de ayuda de la ONU en cuanto comenzaron las hostilidades, y lo hizo inmediatamente después de que la CIJ declarara un genocidio plausible. Era el principal financiador de esta agencia. Se esperaba que esto frenara sus actividades.

Israel simplemente no dejó entrar la ayuda alimentaria. Estableció largas colas de inspección, es decir, una excusa para frenar los camiones a sólo un 20% de su ritmo anterior al 7 de octubre: de un ritmo normal de 500 al día a sólo 112. Además de bloquear los camiones, Israel ha atacado a los trabajadores humanitarios: aproximadamente uno al día.

Estados Unidos trató de evitar ser condenado fingiendo construir un muelle para descargar alimentos por mar. La intención era que, para cuando se construyera el muelle, la población de Gaza estaría muerta de hambre».

Biden y Netanyahu como criminales de guerra

El profesor Hudson establece sucintamente la conexión clave en toda esta tragedia: «Estados Unidos intenta culpar a una persona, Netanyahu. Pero ésa ha sido la política israelí desde 1947. Y es la política de EEUU. Todo lo que está ocurriendo desde el 2 de octubre, cuando la mezquita de Al-Aqsa fue asaltada por colonos israelíes, lo que provocó la represalia de Hamás [la Inundación de Al-Aqsa] el 7 de octubre, se coordinó estrechamente con el gobierno de Biden. Todas las bombas que se han lanzado, mes tras mes, así como el bloqueo de la ayuda de las Naciones Unidas.

El objetivo de Estados Unidos es impedir que Gaza disponga de los derechos sobre el gas en alta mar que ayudarían a financiar su propia prosperidad y la de otros grupos islámicos que Estados Unidos considera enemigos. Y mostrar a los países vecinos lo que se hará con ellos, igual que Estados Unidos ha hecho con Libia justo antes de Gaza. La conclusión es que Biden y sus asesores son tan criminales de guerra como Netanyahu».

El profesor Hudson subraya cómo «el embajador de EEUU ante la ONU, Blinken y otros funcionarios estadounidenses han dicho que la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el genocidio y el llamamiento a detenerlo no es vinculante. Entonces, Blinken acaba de decir que no se está produciendo ningún genocidio.

El objetivo de EEUU con todo esto es acabar con el imperio del Derecho Internacional representado por la ONU. Va a ser sustituido por el ‘orden basado en normas’ de EEUU, sin normas publicadas.

La intención es hacer a EEUU inmune a cualquier oposición a sus políticas basadas en principios legales del derecho internacional o en leyes locales. Una mano totalmente libre: el caos.

Los diplomáticos estadounidenses han mirado hacia adelante y han observado que el resto del mundo está buscando retirarse de la órbita de la OTAN de Estados Unidos y Europa.

Para hacer frente a este movimiento irreversible, EE.UU. está tratando de atajarlo borrando todo vestigio de las normas internacionales en las que se basó la fundación de la ONU y, de hecho, el principio westfaliano de 1648 de no injerencia en los asuntos de otros países.

El efecto real, como de costumbre, es justo el contrario del que pretendía Estados Unidos. Se está obligando al resto del mundo a crear su propia Nueva ONU, junto con un nuevo FMI, un nuevo Banco Mundial, un nuevo Tribunal Internacional de La Haya y otras organizaciones controladas por EEUU.

Así que la protesta mundial contra el genocidio israelí en Gaza y Cisjordania -no olvidemos Cisjordania- es el catalizador emocional y moral para crear un nuevo orden geopolítico multipolar para la Mayoría Global.»

Desaparecer o morir

La cuestión clave sigue siendo: qué ocurrirá con Gaza y los palestinos. El juicio del profesor Hudson es ominosamente realista: «Como ha explicado Alastair Crooke, ahora no puede haber ninguna solución de dos Estados en Israel. Tiene que ser o todo israelí o todo palestino. Y el aspecto que tiene ahora es totalmente israelí: el sueño desde el principio, en 1947, de una tierra sin población no judía.

Gaza seguirá estando ahí geográficamente, junto con sus derechos sobre el gas en el Mediterráneo. Pero será vaciada y ocupada por los israelíes».

En cuanto a quién «ayudaría» a reconstruir Gaza, ya hay unos cuantos interesados sólidos: «Empresas constructoras turcas, Arabia Saudí que financia urbanizaciones, EAU, inversores estadounidenses, quizá Blackstone. Será inversión extranjera. Si te fijas en el hecho de que los inversores extranjeros de todos estos países buscan lo que pueden sacar del genocidio contra los palestinos, te das cuenta de por qué no hay oposición al genocidio.»

El veredicto final del Prof. Hudson sobre «el gran beneficio para EE.UU.» es que

no se pueden presentar demandas contra EE.UU., ni contra ninguna de las guerras y cambios de régimen que está planeando para Irán, China, Rusia y por lo que se ha hecho en África y América Latina.

Israel, Gaza y Cisjordania deben verse como una apertura de la Nueva Guerra Fría. Un plan para, básicamente, financiar el genocidio y la destrucción. Los palestinos emigrarán o serán asesinados. Ésa ha sido la política anunciada durante más de una década.

Publicado originalmente por Strategic Culture Foundation
Tradução: observatoriodetrabajadores

El genocidio de Gaza como política explícita: Michael Hudson da todos los nombres

Israel, Gaza y Cisjordania deben considerarse como la apertura de la Nueva Guerra Fría.

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En lo que puede considerarse el podcast más crucial de 2024 hasta la fecha, el profesor Michael Hudson –autor de obras seminales como Super-Imperialism (El Superimperialismo) y la reciente The Collapse of Antiquity  (El Colapso de la Antigüedad) , entre otras– expone clínicamente el trasfondo esencial para comprender lo impensable: un genocidio del siglo XXI retransmitido en directo 24 horas al día, 7 días a la semana, a todo el planeta.

En un intercambio de correos electrónicos, el Prof. Hudson detalló que ahora está esencialmente «soltando la lengua» sobre cómo,

hace 50 años, cuando trabajaba en el Instituto Hudson con Herman Kahn [el modelo del Dr. Strangelove de Stanley Kubrick], se estaba formando a miembros del Mossad israelí, entre ellos Uzi Arad. Hice dos viajes internacionales con él, y me explicó más o menos lo que ha ocurrido hoy. Se convirtió en jefe del Mossad y ahora es asesor de Netanhayu.

El profesor Hudson muestra cómo «el plan básico de Gaza es como Kahn diseñó la división en sectores de la guerra de Vietnam, con canales que cortaban cada pueblo, como los israelíes están haciendo con los palestinos».

También ya entonces, Kahn señaló Baluchistán como la zona para fomentar la desorganización en Irán y el resto de la región».

No es casualidad que Baluchistán haya sido el territorio joya de la CIA durante décadas, y recientemente con el incentivo añadido de la perturbación por todos los medios necesarios del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), un nodo de conectividad clave de la Iniciativa china de la Franja y la Ruta (BRI).

A continuación, el profesor Hudson conecta los puntos principales:

Según tengo entendido, lo que EEUU está haciendo con Israel es un ensayo general para pasar a Irán y al Mar de China Meridional. Como sabes, no existe un Plan B en la estrategia estadounidense por una muy buena razón: si alguien critica el Plan A, se considera que no es un jugador de equipo (o incluso una marioneta de Putin), así que los críticos tienen que marcharse cuando ven que no van a ascender. Por eso los estrategas estadounidenses no se paran a repensar lo que están haciendo.

Aíslalos en caseríos estratégicos y luego mátalos

En nuestro intercambio de correos electrónicos, el Prof. Hudson comentó «esto es básicamente lo que dije» en referencia al podcast con Ania K, basándose en sus notas (aquí está la transcripción completa y revisada). Abróchense los cinturones: la verdad sin ambages es más letal que el impacto de un misil hipersónico.

Sobre la estrategia militar sionista en Gaza:

«Mi formación en los años 70 en el Instituto Hudson con Uzi Arad y otros aprendices del Mossad. Mi campo era el BoP, pero asistí a muchas reuniones en las que se discutía la estrategia militar, y volé a Asia dos veces con Uzi y llegué a conocerle.

La estrategia estadounidense/israelí en Gaza se basa en muchos aspectos en el plan de Herman Kahn que se llevó a cabo en Vietnam en la década de 1960.

El enfoque de Herman era el análisis de sistemas. Empieza por definir el objetivo general y después, ¿cómo lo conseguimos?

Primero, aislarlos en casillas estratégicas. Gaza ha sido dividida en distritos, que requieren pases electrónicos para entrar de un sector a otro, o en el Israel judío para trabajar.

Lo primero: matarlos. Idealmente mediante bombardeos, porque eso minimiza las bajas internas para tu ejército.

El genocidio que estamos presenciando hoy es la política explícita de los fundadores de Israel: la idea de «una tierra sin pueblo» significa una tierra sin población no judía. Había que expulsarlos, empezando incluso antes de la fundación oficial de Israel, en la primera Nakba, el holocausto árabe.

Dos primeros ministros israelíes eran miembros de la banda terrorista Stern Gang. Escaparon de su cárcel británica y se unieron para fundar Israel.

Lo que estamos viendo hoy es la Solución Final de este plan. También encaja con los deseos de EEUU de controlar Oriente Medio y sus reservas de petróleo. Para la diplomacia estadounidense, Oriente Medio ES (en mayúsculas) petróleo. Y el ISIS forma parte de la legión extranjera de EEUU desde que se organizó por primera vez en Afganistán para luchar contra los rusos.

Por eso la política israelí se ha coordinado con la estadounidense. Israel es la principal oligarquía cliente de EEUU en Oriente Medio. El Mossad se encarga de la mayor parte de la manipulación del ISIS en Siria e Irak, y en cualquier otro lugar al que EEUU envíe terroristas del ISIS. El terrorismo e incluso el genocidio actual son fundamentales para la geopolítica estadounidense.

Pero como aprendió EEUU en la guerra de Vietnam, las poblaciones protestan y votan contra el presidente que supervisa esta guerra. Lyndon Johnson no podía hacer una aparición pública sin que la multitud coreara. Tenía que escabullirse por la entrada lateral de los hoteles en los que hablaba.

Para evitar una vergüenza como la de Seymour Hersh describiendo la masacre de My Lai, bloqueas a los periodistas en el campo de batalla. Si están allí, los matas. El equipo Biden-Netanyahu ha atacado especialmente a los periodistas.

Así que lo ideal es matar pasivamente a la población, minimizar los bombardeos visibles. Y la línea de menor resistencia es matar de hambre a la población. Ésa ha sido la política israelí desde 2008″.

Y no olvides matarlos de hambre

El profesor Hudson hace una referencia directa a un artículo de Sara Roy en The New York Review of Books, en el que cita un cable de la embajada estadounidense en Tel Aviv al Secretario de Estado el 3 de noviembre de 2008. El cable dice:

Como parte de su plan general de embargo contra Gaza, los funcionarios israelíes han confirmado a [los funcionarios de la embajada] en múltiples ocasiones que pretenden mantener la economía gazatí al borde del colapso sin llegar a empujarla al precipicio.

Esto ha llevado, según el profesor Hudson, a que Israel «destruya los barcos pesqueros y los invernaderos de Gaza para privarla de alimentarse.

Después, se ha unido a Estados Unidos para bloquear la ayuda alimentaria de Naciones Unidas y de otros países. Estados Unidos se retiró rápidamente de la agencia de ayuda de la ONU en cuanto comenzaron las hostilidades, y lo hizo inmediatamente después de que la CIJ declarara un genocidio plausible. Era el principal financiador de esta agencia. Se esperaba que esto frenara sus actividades.

Israel simplemente no dejó entrar la ayuda alimentaria. Estableció largas colas de inspección, es decir, una excusa para frenar los camiones a sólo un 20% de su ritmo anterior al 7 de octubre: de un ritmo normal de 500 al día a sólo 112. Además de bloquear los camiones, Israel ha atacado a los trabajadores humanitarios: aproximadamente uno al día.

Estados Unidos trató de evitar ser condenado fingiendo construir un muelle para descargar alimentos por mar. La intención era que, para cuando se construyera el muelle, la población de Gaza estaría muerta de hambre».

Biden y Netanyahu como criminales de guerra

El profesor Hudson establece sucintamente la conexión clave en toda esta tragedia: «Estados Unidos intenta culpar a una persona, Netanyahu. Pero ésa ha sido la política israelí desde 1947. Y es la política de EEUU. Todo lo que está ocurriendo desde el 2 de octubre, cuando la mezquita de Al-Aqsa fue asaltada por colonos israelíes, lo que provocó la represalia de Hamás [la Inundación de Al-Aqsa] el 7 de octubre, se coordinó estrechamente con el gobierno de Biden. Todas las bombas que se han lanzado, mes tras mes, así como el bloqueo de la ayuda de las Naciones Unidas.

El objetivo de Estados Unidos es impedir que Gaza disponga de los derechos sobre el gas en alta mar que ayudarían a financiar su propia prosperidad y la de otros grupos islámicos que Estados Unidos considera enemigos. Y mostrar a los países vecinos lo que se hará con ellos, igual que Estados Unidos ha hecho con Libia justo antes de Gaza. La conclusión es que Biden y sus asesores son tan criminales de guerra como Netanyahu».

El profesor Hudson subraya cómo «el embajador de EEUU ante la ONU, Blinken y otros funcionarios estadounidenses han dicho que la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el genocidio y el llamamiento a detenerlo no es vinculante. Entonces, Blinken acaba de decir que no se está produciendo ningún genocidio.

El objetivo de EEUU con todo esto es acabar con el imperio del Derecho Internacional representado por la ONU. Va a ser sustituido por el ‘orden basado en normas’ de EEUU, sin normas publicadas.

La intención es hacer a EEUU inmune a cualquier oposición a sus políticas basadas en principios legales del derecho internacional o en leyes locales. Una mano totalmente libre: el caos.

Los diplomáticos estadounidenses han mirado hacia adelante y han observado que el resto del mundo está buscando retirarse de la órbita de la OTAN de Estados Unidos y Europa.

Para hacer frente a este movimiento irreversible, EE.UU. está tratando de atajarlo borrando todo vestigio de las normas internacionales en las que se basó la fundación de la ONU y, de hecho, el principio westfaliano de 1648 de no injerencia en los asuntos de otros países.

El efecto real, como de costumbre, es justo el contrario del que pretendía Estados Unidos. Se está obligando al resto del mundo a crear su propia Nueva ONU, junto con un nuevo FMI, un nuevo Banco Mundial, un nuevo Tribunal Internacional de La Haya y otras organizaciones controladas por EEUU.

Así que la protesta mundial contra el genocidio israelí en Gaza y Cisjordania -no olvidemos Cisjordania- es el catalizador emocional y moral para crear un nuevo orden geopolítico multipolar para la Mayoría Global.»

Desaparecer o morir

La cuestión clave sigue siendo: qué ocurrirá con Gaza y los palestinos. El juicio del profesor Hudson es ominosamente realista: «Como ha explicado Alastair Crooke, ahora no puede haber ninguna solución de dos Estados en Israel. Tiene que ser o todo israelí o todo palestino. Y el aspecto que tiene ahora es totalmente israelí: el sueño desde el principio, en 1947, de una tierra sin población no judía.

Gaza seguirá estando ahí geográficamente, junto con sus derechos sobre el gas en el Mediterráneo. Pero será vaciada y ocupada por los israelíes».

En cuanto a quién «ayudaría» a reconstruir Gaza, ya hay unos cuantos interesados sólidos: «Empresas constructoras turcas, Arabia Saudí que financia urbanizaciones, EAU, inversores estadounidenses, quizá Blackstone. Será inversión extranjera. Si te fijas en el hecho de que los inversores extranjeros de todos estos países buscan lo que pueden sacar del genocidio contra los palestinos, te das cuenta de por qué no hay oposición al genocidio.»

El veredicto final del Prof. Hudson sobre «el gran beneficio para EE.UU.» es que

no se pueden presentar demandas contra EE.UU., ni contra ninguna de las guerras y cambios de régimen que está planeando para Irán, China, Rusia y por lo que se ha hecho en África y América Latina.

Israel, Gaza y Cisjordania deben verse como una apertura de la Nueva Guerra Fría. Un plan para, básicamente, financiar el genocidio y la destrucción. Los palestinos emigrarán o serán asesinados. Ésa ha sido la política anunciada durante más de una década.

Publicado originalmente por Strategic Culture Foundation
Tradução: observatoriodetrabajadores

Israel, Gaza y Cisjordania deben considerarse como la apertura de la Nueva Guerra Fría.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

En lo que puede considerarse el podcast más crucial de 2024 hasta la fecha, el profesor Michael Hudson –autor de obras seminales como Super-Imperialism (El Superimperialismo) y la reciente The Collapse of Antiquity  (El Colapso de la Antigüedad) , entre otras– expone clínicamente el trasfondo esencial para comprender lo impensable: un genocidio del siglo XXI retransmitido en directo 24 horas al día, 7 días a la semana, a todo el planeta.

En un intercambio de correos electrónicos, el Prof. Hudson detalló que ahora está esencialmente «soltando la lengua» sobre cómo,

hace 50 años, cuando trabajaba en el Instituto Hudson con Herman Kahn [el modelo del Dr. Strangelove de Stanley Kubrick], se estaba formando a miembros del Mossad israelí, entre ellos Uzi Arad. Hice dos viajes internacionales con él, y me explicó más o menos lo que ha ocurrido hoy. Se convirtió en jefe del Mossad y ahora es asesor de Netanhayu.

El profesor Hudson muestra cómo «el plan básico de Gaza es como Kahn diseñó la división en sectores de la guerra de Vietnam, con canales que cortaban cada pueblo, como los israelíes están haciendo con los palestinos».

También ya entonces, Kahn señaló Baluchistán como la zona para fomentar la desorganización en Irán y el resto de la región».

No es casualidad que Baluchistán haya sido el territorio joya de la CIA durante décadas, y recientemente con el incentivo añadido de la perturbación por todos los medios necesarios del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), un nodo de conectividad clave de la Iniciativa china de la Franja y la Ruta (BRI).

A continuación, el profesor Hudson conecta los puntos principales:

Según tengo entendido, lo que EEUU está haciendo con Israel es un ensayo general para pasar a Irán y al Mar de China Meridional. Como sabes, no existe un Plan B en la estrategia estadounidense por una muy buena razón: si alguien critica el Plan A, se considera que no es un jugador de equipo (o incluso una marioneta de Putin), así que los críticos tienen que marcharse cuando ven que no van a ascender. Por eso los estrategas estadounidenses no se paran a repensar lo que están haciendo.

Aíslalos en caseríos estratégicos y luego mátalos

En nuestro intercambio de correos electrónicos, el Prof. Hudson comentó «esto es básicamente lo que dije» en referencia al podcast con Ania K, basándose en sus notas (aquí está la transcripción completa y revisada). Abróchense los cinturones: la verdad sin ambages es más letal que el impacto de un misil hipersónico.

Sobre la estrategia militar sionista en Gaza:

«Mi formación en los años 70 en el Instituto Hudson con Uzi Arad y otros aprendices del Mossad. Mi campo era el BoP, pero asistí a muchas reuniones en las que se discutía la estrategia militar, y volé a Asia dos veces con Uzi y llegué a conocerle.

La estrategia estadounidense/israelí en Gaza se basa en muchos aspectos en el plan de Herman Kahn que se llevó a cabo en Vietnam en la década de 1960.

El enfoque de Herman era el análisis de sistemas. Empieza por definir el objetivo general y después, ¿cómo lo conseguimos?

Primero, aislarlos en casillas estratégicas. Gaza ha sido dividida en distritos, que requieren pases electrónicos para entrar de un sector a otro, o en el Israel judío para trabajar.

Lo primero: matarlos. Idealmente mediante bombardeos, porque eso minimiza las bajas internas para tu ejército.

El genocidio que estamos presenciando hoy es la política explícita de los fundadores de Israel: la idea de «una tierra sin pueblo» significa una tierra sin población no judía. Había que expulsarlos, empezando incluso antes de la fundación oficial de Israel, en la primera Nakba, el holocausto árabe.

Dos primeros ministros israelíes eran miembros de la banda terrorista Stern Gang. Escaparon de su cárcel británica y se unieron para fundar Israel.

Lo que estamos viendo hoy es la Solución Final de este plan. También encaja con los deseos de EEUU de controlar Oriente Medio y sus reservas de petróleo. Para la diplomacia estadounidense, Oriente Medio ES (en mayúsculas) petróleo. Y el ISIS forma parte de la legión extranjera de EEUU desde que se organizó por primera vez en Afganistán para luchar contra los rusos.

Por eso la política israelí se ha coordinado con la estadounidense. Israel es la principal oligarquía cliente de EEUU en Oriente Medio. El Mossad se encarga de la mayor parte de la manipulación del ISIS en Siria e Irak, y en cualquier otro lugar al que EEUU envíe terroristas del ISIS. El terrorismo e incluso el genocidio actual son fundamentales para la geopolítica estadounidense.

Pero como aprendió EEUU en la guerra de Vietnam, las poblaciones protestan y votan contra el presidente que supervisa esta guerra. Lyndon Johnson no podía hacer una aparición pública sin que la multitud coreara. Tenía que escabullirse por la entrada lateral de los hoteles en los que hablaba.

Para evitar una vergüenza como la de Seymour Hersh describiendo la masacre de My Lai, bloqueas a los periodistas en el campo de batalla. Si están allí, los matas. El equipo Biden-Netanyahu ha atacado especialmente a los periodistas.

Así que lo ideal es matar pasivamente a la población, minimizar los bombardeos visibles. Y la línea de menor resistencia es matar de hambre a la población. Ésa ha sido la política israelí desde 2008″.

Y no olvides matarlos de hambre

El profesor Hudson hace una referencia directa a un artículo de Sara Roy en The New York Review of Books, en el que cita un cable de la embajada estadounidense en Tel Aviv al Secretario de Estado el 3 de noviembre de 2008. El cable dice:

Como parte de su plan general de embargo contra Gaza, los funcionarios israelíes han confirmado a [los funcionarios de la embajada] en múltiples ocasiones que pretenden mantener la economía gazatí al borde del colapso sin llegar a empujarla al precipicio.

Esto ha llevado, según el profesor Hudson, a que Israel «destruya los barcos pesqueros y los invernaderos de Gaza para privarla de alimentarse.

Después, se ha unido a Estados Unidos para bloquear la ayuda alimentaria de Naciones Unidas y de otros países. Estados Unidos se retiró rápidamente de la agencia de ayuda de la ONU en cuanto comenzaron las hostilidades, y lo hizo inmediatamente después de que la CIJ declarara un genocidio plausible. Era el principal financiador de esta agencia. Se esperaba que esto frenara sus actividades.

Israel simplemente no dejó entrar la ayuda alimentaria. Estableció largas colas de inspección, es decir, una excusa para frenar los camiones a sólo un 20% de su ritmo anterior al 7 de octubre: de un ritmo normal de 500 al día a sólo 112. Además de bloquear los camiones, Israel ha atacado a los trabajadores humanitarios: aproximadamente uno al día.

Estados Unidos trató de evitar ser condenado fingiendo construir un muelle para descargar alimentos por mar. La intención era que, para cuando se construyera el muelle, la población de Gaza estaría muerta de hambre».

Biden y Netanyahu como criminales de guerra

El profesor Hudson establece sucintamente la conexión clave en toda esta tragedia: «Estados Unidos intenta culpar a una persona, Netanyahu. Pero ésa ha sido la política israelí desde 1947. Y es la política de EEUU. Todo lo que está ocurriendo desde el 2 de octubre, cuando la mezquita de Al-Aqsa fue asaltada por colonos israelíes, lo que provocó la represalia de Hamás [la Inundación de Al-Aqsa] el 7 de octubre, se coordinó estrechamente con el gobierno de Biden. Todas las bombas que se han lanzado, mes tras mes, así como el bloqueo de la ayuda de las Naciones Unidas.

El objetivo de Estados Unidos es impedir que Gaza disponga de los derechos sobre el gas en alta mar que ayudarían a financiar su propia prosperidad y la de otros grupos islámicos que Estados Unidos considera enemigos. Y mostrar a los países vecinos lo que se hará con ellos, igual que Estados Unidos ha hecho con Libia justo antes de Gaza. La conclusión es que Biden y sus asesores son tan criminales de guerra como Netanyahu».

El profesor Hudson subraya cómo «el embajador de EEUU ante la ONU, Blinken y otros funcionarios estadounidenses han dicho que la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el genocidio y el llamamiento a detenerlo no es vinculante. Entonces, Blinken acaba de decir que no se está produciendo ningún genocidio.

El objetivo de EEUU con todo esto es acabar con el imperio del Derecho Internacional representado por la ONU. Va a ser sustituido por el ‘orden basado en normas’ de EEUU, sin normas publicadas.

La intención es hacer a EEUU inmune a cualquier oposición a sus políticas basadas en principios legales del derecho internacional o en leyes locales. Una mano totalmente libre: el caos.

Los diplomáticos estadounidenses han mirado hacia adelante y han observado que el resto del mundo está buscando retirarse de la órbita de la OTAN de Estados Unidos y Europa.

Para hacer frente a este movimiento irreversible, EE.UU. está tratando de atajarlo borrando todo vestigio de las normas internacionales en las que se basó la fundación de la ONU y, de hecho, el principio westfaliano de 1648 de no injerencia en los asuntos de otros países.

El efecto real, como de costumbre, es justo el contrario del que pretendía Estados Unidos. Se está obligando al resto del mundo a crear su propia Nueva ONU, junto con un nuevo FMI, un nuevo Banco Mundial, un nuevo Tribunal Internacional de La Haya y otras organizaciones controladas por EEUU.

Así que la protesta mundial contra el genocidio israelí en Gaza y Cisjordania -no olvidemos Cisjordania- es el catalizador emocional y moral para crear un nuevo orden geopolítico multipolar para la Mayoría Global.»

Desaparecer o morir

La cuestión clave sigue siendo: qué ocurrirá con Gaza y los palestinos. El juicio del profesor Hudson es ominosamente realista: «Como ha explicado Alastair Crooke, ahora no puede haber ninguna solución de dos Estados en Israel. Tiene que ser o todo israelí o todo palestino. Y el aspecto que tiene ahora es totalmente israelí: el sueño desde el principio, en 1947, de una tierra sin población no judía.

Gaza seguirá estando ahí geográficamente, junto con sus derechos sobre el gas en el Mediterráneo. Pero será vaciada y ocupada por los israelíes».

En cuanto a quién «ayudaría» a reconstruir Gaza, ya hay unos cuantos interesados sólidos: «Empresas constructoras turcas, Arabia Saudí que financia urbanizaciones, EAU, inversores estadounidenses, quizá Blackstone. Será inversión extranjera. Si te fijas en el hecho de que los inversores extranjeros de todos estos países buscan lo que pueden sacar del genocidio contra los palestinos, te das cuenta de por qué no hay oposición al genocidio.»

El veredicto final del Prof. Hudson sobre «el gran beneficio para EE.UU.» es que

no se pueden presentar demandas contra EE.UU., ni contra ninguna de las guerras y cambios de régimen que está planeando para Irán, China, Rusia y por lo que se ha hecho en África y América Latina.

Israel, Gaza y Cisjordania deben verse como una apertura de la Nueva Guerra Fría. Un plan para, básicamente, financiar el genocidio y la destrucción. Los palestinos emigrarán o serán asesinados. Ésa ha sido la política anunciada durante más de una década.

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The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.

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