La asociación con los BRICS es la mayor oportunidad para que Cuba eluda el bloqueo desde la desaparición de la Unión Soviética.
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Entre 2023 y 2025, Cuba ha atravesado la peor crisis energética de su historia reciente, caracterizada por apagones prolongados, colapso de la infraestructura y severas limitaciones a la importación de combustible. Las causas de esta situación son la continuidad y profundización del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace casi 65 años, y el contexto de intensa inestabilidad de la economía mundial, marcado por picos de crisis en varios sectores económicos, como el de la distribución de granos, impulsado por la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.
Cuando estuve en Cuba, en mayo de 2023, la situación ya era impactante. Prácticamente no era posible salir de La Habana, debido a una grave crisis de combustibles. La tradicional marcha del 1.º de mayo, que suele reunir a un millón de trabajadores en la capital, fue postergada para el día 5, porque los participantes que venían de otras ciudades y provincias no tenían medios de transporte para llegar a La Habana. Las estaciones de servicio tenían colas enormes y los automóviles pasaban días sin poder repostar.
Los años 2024 y 2025 estuvieron particularmente marcados por fallos sucesivos en el sistema eléctrico de la isla. En octubre de 2024, una avería en la central termoeléctrica Antonio Guiteras provocó un apagón total en todo el territorio nacional, seguido por una nueva interrupción pocas horas después, aún durante los trabajos de restauración. En el mismo mes, el déficit de generación eléctrica alcanzó los 1.487 MW, lo que resultó en apagones de hasta 24 horas en varias regiones.
Noviembre de 2024 también fue crítico: el 52% de los usuarios enfrentaron apagones durante las horas pico. En marzo de 2025, una avería en una subestación en Diezmero provocó un nuevo apagón nacional, agravando aún más la crisis ya instalada.
En marzo de este año, un apagón afectó a toda la isla debido a otra avería en una subestación eléctrica. Desde hace meses, la situación ha sido inestable para los cubanos.
La infraestructura eléctrica está obsoleta —con centrales termoeléctricas que operan desde hace más de 40 años sin mantenimiento adecuado—. Cuba no puede importar materiales para reparar la red eléctrica. Las leyes del bloqueo de EE. UU. estipulan que cualquier producto con un determinado (y bajo) porcentaje de componentes fabricados en EE. UU. o por una empresa estadounidense no puede comercializarse con Cuba, aunque el producto haya sido fabricado en un tercer país. Si es vendido a Cuba, la empresa puede ser multada por los organismos reguladores estadounidenses. Un barco que atraque en Cuba debe esperar 180 días antes de dirigirse a puertos de EE. UU. Esto hace inviable el comercio normal con el país caribeño, ya que las compañías, en la práctica, deben decidir: o hacen negocios con Cuba, o con Estados Unidos.
Además, fenómenos naturales como huracanes y terremotos han dañado instalaciones críticas. Cuba está ubicada cerca del Triángulo de las Bermudas, en el Caribe, y todos los años enfrenta una temporada de tormentas muy fuertes —los mismos huracanes que devastan Florida, destruyendo viviendas y causando muertes, también afectan a Cuba—. No hace falta una gran reflexión para comprender los daños que se producen a la economía de la isla, a pesar de que rara vez hay víctimas mortales gracias al tipo de gobierno planificado del pueblo cubano, que se enfoca en el cuidado de la población y posee uno de los sistemas de salud más reconocidos del mundo.
Bloqueo reforzado por Trump en 2025
En los primeros días de su mandato, en enero de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adoptó medidas que ampliaron significativamente el bloqueo contra Cuba.
Entre las acciones tomadas se encuentra la revocación de 78 órdenes ejecutivas de la administración Biden, incluyendo memorandos que flexibilizaban las sanciones a la isla. Cuba fue nuevamente incluida en la lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo”, lo que impone restricciones adicionales a exportaciones, ayudas internacionales, transacciones financieras y visados.
Además, se reactivó el Título III de la Ley Helms-Burton, permitiendo que ciudadanos estadounidenses demanden a empresas extranjeras que se beneficien de propiedades nacionalizadas después de 1959. El Departamento de Estado también reinstauró la Lista de Entidades Restringidas, dificultando aún más la actividad económica cubana.
Se retomaron también las restricciones a viajes, remesas y programas de intercambio cultural y educativo. En el ámbito deportivo, fue suspendido el acuerdo que permitía a jugadores cubanos participar en la MLB sin desertar del país.
Un informe presentado en la ONU en septiembre de 2024 ilustra el impacto del bloqueo:
- 3 días sin bloqueo: sería posible garantizar el mantenimiento del transporte público durante un año;
- 9 días sin bloqueo: permitirían importar todo el material desechable y los reactivos necesarios para el sistema de salud durante un año;
- 18 días sin bloqueo: garantizarían el mantenimiento del sistema electroenergético durante un año;
- 25 días sin bloqueo: cubrirían todos los medicamentos durante un año;
- 4 meses sin bloqueo: asegurarían la entrega de la canasta básica para el pueblo durante un año;
- 9 meses sin bloqueo: Cuba obtendría los recursos para construir nuevas viviendas para quienes las necesitan.
Apuesta por los BRICS y la cooperación con Rusia y China
En busca de alternativas, Cuba fortaleció su integración con los BRICS, convirtiéndose oficialmente en un país socio del grupo en 2025. La Habana también es observadora en la Unión Económica Euroasiática. La cooperación con Rusia se intensificó, con más de 100 proyectos bilaterales en áreas como energía, agricultura, educación y turismo. Moscú prometió invertir 1.000 millones de dólares para modernizar la red eléctrica cubana y reforzar los servicios urbanos. Las autoridades rusas garantizaron que los fondos se destinarán “a las áreas que Cuba más necesita”, con énfasis en el suministro de energía eléctrica.
En el ámbito educativo, Rusia ofrece 100 becas anuales para cubanos y creó dos clases geológicas y un centro de capacitación en energía y electrónica en Cuba en 2024. Más de 60 acuerdos entre universidades rusas y cubanas han sido firmados.
China, por su parte, ha contribuido enviando vehículos eléctricos, reduciendo la dependencia del petróleo. Actualmente, muchos autos y motocicletas que circulan por La Habana son eléctricos. El Banco de los BRICS puede financiar nuevos proyectos en Cuba, con potencial para revitalizar sectores estratégicos como el transporte y la energía.
En el sector ferroviario, la asociación con la empresa estatal ferroviaria de Rusia permitió la modernización de locomotoras, vagones e infraestructura, además de la formación de ingenieros cubanos. El año pasado, el director general de la Red de Ferrocarriles de Cuba, Luis Roberto Roses Hernández, declaró a la agencia Sputnik que la asociación con Rusia en este sector:
“Nos ha permitido la incorporación de locomotoras de mediano porte, vagones de carga de todos los tipos, planchas portacontenedores y equipos empleados en la transportación vía ferroviaria en la isla. De igual manera, existe un acuerdo con Ferrocarriles de Rusia para mejorar los parámetros técnicos de circulación en las principales líneas y las que mayor tráfico generan”.
Esta asociación también ha permitido la capacitación de ingenieros y técnicos cubanos en el sector ferroviario.
El Banco de los BRICS, teniendo a Cuba como socio, puede otorgar créditos para proyectos de los países BRICS en la isla. Potencia energética, Rusia puede ayudar a modernizar la red eléctrica, enviar petróleo y explorar las reservas petroleras encontradas en la costa de Cuba. China puede enviar autos eléctricos, reduciendo la dependencia cubana del petróleo (como ya se viene haciendo poco a poco).
La asociación de Venezuela con los BRICS (aunque no oficial), especialmente con Rusia y China, también ayuda al país a liberarse de los obstáculos impuestos por EE. UU. desde 2014. La guerra económica del imperialismo contra el pueblo venezolano perjudicó, lógicamente, el apoyo económico dado por Caracas a La Habana, especialmente en el sector petrolero, pero también en otros. Retomando su desarrollo con estas asociaciones, Venezuela también estará en mejores condiciones de ayudar nuevamente a Cuba.
Los BRICS vienen discutiendo seriamente, y tomando medidas concretas de forma gradual, para desdolarizar las relaciones comerciales y financieras entre sus miembros y socios. Casi todo el comercio de Rusia con sus socios ya se realiza sin el uso del dólar. Los rusos tienen hoy una gran experiencia en desarrollo autónomo y en diversificación de alianzas, tras más de 10 años bajo duras sanciones. China también viene reduciendo el uso del dólar.
Como Cuba, en la práctica, no puede comerciar en dólares ni utilizar instituciones financieras vinculadas al sistema estadounidense, la reducción del comercio en dólares por parte de sus principales socios y la creación de un sistema financiero y bancario independiente de Estados Unidos es vital para el restablecimiento de las relaciones de Cuba con el mundo.
La asociación con los BRICS es la mayor oportunidad para que Cuba eluda el bloqueo desde la desaparición de la Unión Soviética.