El ataque con vehículos no tripulados derriba un número de mitos, ha destapado una lata de gusanos que Biden habría preferido que no se abriera.
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Resulta irónico para los analistas occidentales que invariablemente es el Oriente el que mantiene una cabeza fría y no muerde el anzuelo de la escalada frente a la provocación, mientras que es Occidente el que está inquieto, imprudente y descuidado en sus provocaciones. En Ucrania no hemos visto otra cosa sino eso acompañado por errores de cálculo y mala toma de decisiones de parte de la OTAN. Y ahora estamos viendo eso mismo en Israel, igualmente notorio. Joe Biden ha resultado ahora enredado en una guerra regional entre Israel e Irán – lo cual ha sido un sueño para este último por más de treinta y nueve años.
La reacción de Irán ante el bombardeo de su consulado en Damasco fue muy medida, bien meditada y planteada con cierta sobriedad, cosa que no será igualada por Israel ni por Estados Unidos. Teherán no quiso asesinar civiles sino que sencillamente envió el mensaje que Israel cruzó el límite y que si lo hace de nuevo entonces habrá más ataques de parte de Irán quizás con misiles intercontinentales con impactos más profundos que los baratos aparatos no tripulados. Eso no quiere decir que los aparatos no tripulados no fueron efectivos. Fueron específicos para la tarea encomendada por los iraníes, sabiendo muy bien que muchos serían interceptados.
Pero la movida de Teherán aún así impactó a muchos expertos occidentales y sin duda a la cábala de Netanyahu ya que también derribó un número de mitos en una sola tarde. Primeramente, que Irán tendría el coraje de bombardear directamente a Israel ya que muchos entendidos lo descartaron sin pensarlo. El hecho que Irán esté preparado para emplear sus misiles con el potencial para matar civiles en territorio israelí ahora cambia la dinámica ya que Israel ya no puede intentarlo dos veces y cuál sería la réplica si continúa con sus salvajes bombardeos contra los soldados iraníes, incluso en territorio sirio.
Segundo, esto también acaba con el mito que Israel tiene la capacidad para asumir la guerra en más de un frente. Todo durante la noche cuando sus militares estaban ocupados, el pueblo de Gaza disfrutó de una noche pacífica sin bombardeos y se dirigió a los medios sociales para celebrar la detente. La fuerza militar de Israel no tiene la capacidad y el poder para librar una guerra en Gaza y otra en un segundo frente tal como un masivo ataque con aparatos aéreos no tripulados para no mencionar una tercera posibilidad de un ataque de parte de Hezbollah en el Líbano si fuera necesario.
Y en tercer lugar, el rol de los socios, Israel no pudo haber transitado la noche y haber logrado como dice el 99 por ciento de los impactos sin la ayuda de socios como los cazas de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido que ayudaron para no mencionar al rey Abdullah de Jordania cuya fuerza aérea también derribó algunos vehículos no tripulados. Si estas relaciones junto con Estados Unidos son probadas y empujadas más allá de sus límites, la vulnerabilidad de Israel se torna contenciosa, por decir lo menos.
Tanto así, según cómo Netanyahu juegue sus cartas en los próximos días resulta crucial para que Israel continúe en el juego. El ataque iraní con vehículos no tripulados ha destapado una lata de gusanos que Biden habría preferido que no hubiese sido abierta.
Según algunas informaciones, se cree que Biden le habría dicho a Netanyahu que se aplacara y dejara a los iraníes con el temor que la situación evolucionara fuera de control. ¿Podría Biden seriamente ir a las urnas en el mes de diciembre de este año con una chuleta de política exterior que incluyera el retiro de Afganistán, iniciar la guerra en Ucrania, cosa que lo humillaría a él y a la OTAN cuando Rusia triunfe inevitablemente y ahora se inicie una guerra mundial con Irán?
Avezados analistas han adelantado que él no podrá mantenerse a partir de aumentar las apuestas e ir por un ataque en venganza contra Irán y sus afines. Por supuesto que esto pondría a prueba la relación con Estados Unidos y la forzaría al extremo, riesgo que Biden tiene la profunda esperanza que Netanyahu no lleve a cabo. Dado que esto con toda certeza llevaría la relación entre Biden y Netanyahu a un punto de ruptura y le brindará de cualquier modo a Irán una victoria. Resulta difícil ver como la mayoría de los analistas occidentales no perciben que el ataque con vehículos no tripulados como una gran victoria para Teherán. La táctica de Netanyahu consiste en que Biden es débil y ahora perdido en el laberinto del belicismo en el Medio Oriente. Él también creerá que Biden necesitará presentarse a los halcones en Washington como victorioso, de manera que ahora está más empantanado como nunca antes, además las opciones para un pensamiento racional se esfumaron por la ventana. La pesadilla de Biden con Netanyahu está solo comenzando.
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona