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Declan Hayes
February 11, 2024
© Photo: Public domain

El problema de Alemania es el mismo problema que tenemos nosotros con los Países Bajos, Canadá e incontables otros países que han devenido en vasallos de Estados Unidos.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Gracias a Dios que el gran Franz Beckenbauer no vivirá para ver las profundidades a las que está cayendo su nativa Alemania en el fútbol y en todo lo demás. Los seguidores de Beckenbauer en este hermoso juego recordarán como marcó a Bobby Charlton de Inglaterra, entonces considerado como el mejor jugador del mundo fuera de la Final de la Copa del Mundo el año 1966 que Inglaterra ganó controversialmente y donde el gran Beckenbauer caballerosamente aceptó la derrota de su país.

Beckenbauer era solo un muchachito cuando Alemania ganó por primera vez la Copa del Mundo el año 1954 teniendo que soportar el vil racismo en su contra de parte de la prensa amarilla de los dolidos perdedores. Sin embargo, como el equipo alemán ponía al gran y muy alabado equipo húngaro en la picota el año 1954 otros alemanes estaban instalando las bases de la resurrección de la Alemania de la post guerra.

Aquellas bases incluían cosas tales como la canalización del fervor nacional hacia metas relativamente inofensivas, como mantener bajos los índices de inflación y las tasas de interés, como también el descontento por la hiperinflación que fue la escala por la que el Sr. Hitler y sus muchos amigos utilizaron para treparse al poder.

En lo interno hubo un consenso corporativo donde las diferencias entre empleados y empleadores, consumidores y productores, granjeros y citadinos se llevarían a cabo mediante negociaciones y regateos y no a través del tipo de violentos fuegos de artificios que uno a menudo asocia con Francia.

En lo externo, tanto Francia como Alemania tuvieron que aceptar la derrota y especialmente en el caso de Alemania, la zanahoria del Plan Marshall como también la vara vigente de la ocupación militar norteamericana, la cual continúa hasta el día de hoy. En comparación con el congelamiento de los miembros en Stalingrado o el hundimiento durante la navegación de un submarino, no fue un mal acuerdo y Alemania le sacó provecho, como también con la Comunidad Económica Europea que fundó junto con Francia y algunos otros, incluyendo a los Países Bajos y Luxemburgo que tuvieron la más alta tasa per cápita de muertos durante la II Guerra Mundial.

La división básica del trabajo gerencial en la Comisión Económica Europea fue que Francia con otros similares de Gaulle al timón sería su vocero político y Alemania sería su maquinaria económica. Todo eso funcionó bien cuando los yanquis necesitaron ambas satrapías para que actuaran como bastiones contra la Unión Soviética y su Ejército Rojo. Rápido adelante hasta hoy en día y Alemania es una gran farsa.

Primeramente, tomemos la promesa de Alemania de intervenir como un tercer partido en la Corte Internacional de Justicia para proteger a Israel contra la rotunda acusación de Sudáfrica que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza.

No obstante, dados ciertos eventos en los que los alemanes estuvieron implicados desde 1939 hasta 1945 debido a eso, los bromistas se divirtieron bastante burlándose de Alemania: La incompetente intervención de Alemania que presumía de abogados prestigiosos, no está a la altura del problema y necesitaría de una compañía de elefantes alemanes en falditas bailando para que los sacaran del trance. Como ese no es el caso, Alemania debe solo sentarse y callarse la boca.

No menos destacado, su Excelencia, Hage Gottfried Geingob, Presidente de Namibia, antigua África Sudoccidental, les ha dicho precisamente eso porque Namibia, antes conocida como África Sudoccidental, fue el lugar donde se cometió el primer genocidio del mundo moderno cometido por ningún otro país que Alemania.

Antes de abandonar a ambos, Sudáfrica y África Sudoccidental, debemos tomar nota que su propia intervención en La Haya en representación de los palestinos es un paso sumamente importante en la larga marcha de África Sudoccidental para convertirse en un factor mundial y por lo menos en el caso de los palestinos, ambos Sudáfrica y África Sudoccidental, ambas se levantan en sus dos piernas –- no en cuatro como últimamente Alemania pareciera preferir.

Trasladándonos hacia Israel y Palestina, necesitamos solo notar que Alemania ha armado y financiado al primero y lanzado migajas y crasos insultos al segundo, lo cual es probablemente un poco mejor que lo que le tienen en reserva a los Hutís que, como sean sus otras faltas, están vehementemente en desacuerdo con la masacre de niños palestinos.

Los alemanes están enviando a la fragata clase Hessen F-124 al Mar Rojo para ayudar a los norteamericanos y a sus lacayos ingleses para matar a los empobrecidos yemenitas.

Aunque la cancillería alemana ha declarado que “la comunidad internacional” debe mantener al Mar Rojo abierto, los norteamericanos y los ingleses no solo no son la “comunidad internacional” pero si sus ataques contra Yemen son ilegales de acuerdo con las leyes y normas de “la comunidad internacional” en cuya representación Alemania pretende hacer la guerra.

La fragata clase Hessen-124 está equipada con un radar de reconocimiento capaz de detectar simultáneamente hasta mil blancos, misiles de defensa antiaérea y helicópteros de ataque. También lleva torpedos y misiles anti barco Harpoon. Uno como un extraño, se pregunta ¿cuánto habría conseguido Zelensky por todo esto en el mercado negro, de habérselo regalado Alemania a él y a sus compinches? ¿Tramposos?

Y luego tenemos el continuo financiamiento de Alemania del fallido Reich de Zelensky el cual ha visto hasta un millón de bajas por ninguna otra razón que la de enriquecer a sus proveedores norteamericanos de armamento a sus colaboradores ucranianos y otros. Además, aunque Zelensky y sus compinches podrían racionalmente argüir que ellos se enriquecieron sacrificando a cientos de miles de ucranianos por un harapiento sueño imposible, Alemania no podría tener semejante pretensión.

Alemania no solo ha destruido los basamentos sobre los que su prosperidad de la post guerra fue construida, sino que ha ido tan lejos como para permitirle a Estados Unidos convertirla en los Quislings noruegos y volar sus oleoductos y en consecuencia poner fin a la era del combustible barato sobre el cual se construyó el milagro económico de Alemania. En Ucrania ha lanzado su equivalente al lavaplatos de la cocina a los anillos de hierro de Rusia solo para comprobar que estos se devolvieron y le mocharon las piernas.

Los caballos de Troya de Estados Unidos, Lituania y otros países bálticos de juguete ahora hacen su carrera política en la Unión Europea y a Alemania se le dice que se calle y pague. Quién sabe qué Beckenbauer y qué Bismarck montaría esta farsa.

No obstante, el espíritu de Beckenbauer y de Bismarck aún no ha muerto y no todos los alemanes están creyendo en esa bosta. Los granjeros y los camioneros por una parte, están protestando ayudados por galantes aliados de Polonia, la República Checa, Austria, Suiza, Francia, Bélgica y Holanda. Como el propio interior de Alemania esas pequeñas compañías que contribuyeron a formar la espina dorsal de la industria alemana, esos granjeros, esos camioneros son de mentalidad tanto independiente como ingeniosos y no desean quedar bajo la bota de un Trudeau, de una von der Leyen o de otro no menos despreciable como Scholz. En doble pista hacia estos alemanes de mentalidad independiente se está desplazando la “ultra derechista” Alternativa para Alemania (AFD sigla en alemán) que actualmente en las encuestas llegan casi al 24 por ciento y aunque los medios de la OTAN griten que su alza significará el regreso de Hitler y no de Beckenbauer o Bismarck, ese no es el caso. La mayoría de los alemanes está más interesada en la cerveza y Beckenbauer en las caminatas y cocinar que entrar a paso de ganso en Yemen o en ayudar a Israel tejer sus mentiras….

El problema para Alemania es el mismo problema que tenemos con los Países Bajos, Canadá e incontables otros países que han devenido en vasallos de Estados Unidos. El problema es, como lo dice Donald Trump, cómo secar el pantano y mantenerlo seco sin ninguna de las especies invasivas de la OTAN tales como el belicista Partido Verde de Alemania jodiendo un poco más. Aunque los días de tiempos mejores de Alemania de cerveza y Beckenbauer se terminaron lo mismo que nuestra juventud, demasiado pronto, debemos a nosotros mismos y a otros reconstruirlos mejor, desarrollar una vía razonable para salir del marasmo de la OTAN que no suponga colaboración o dándole poder a aquellos que asesinan niños en Gaza, Donbass o Yemen.

Alemania tendrá elecciones para el parlamento de la Unión Europea el 9 de junio, y para su propio igualmente castrado Bundestag en 2025. Quien quiera que gane, esperemos que los psicópatas Verdes y los social demócratas de Scholz estén entre los grandes perdedores, de tal modo que Alemania y Europa entera comiencen a redactar un nuevo, brillante y más civilizado capítulo que el obituario que la OTAN y su grupo frontal de la Unión Europea están actualmente redactando para ellos.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Paso de ganso de Alemania, hazmerreir del mundo

El problema de Alemania es el mismo problema que tenemos nosotros con los Países Bajos, Canadá e incontables otros países que han devenido en vasallos de Estados Unidos.

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Gracias a Dios que el gran Franz Beckenbauer no vivirá para ver las profundidades a las que está cayendo su nativa Alemania en el fútbol y en todo lo demás. Los seguidores de Beckenbauer en este hermoso juego recordarán como marcó a Bobby Charlton de Inglaterra, entonces considerado como el mejor jugador del mundo fuera de la Final de la Copa del Mundo el año 1966 que Inglaterra ganó controversialmente y donde el gran Beckenbauer caballerosamente aceptó la derrota de su país.

Beckenbauer era solo un muchachito cuando Alemania ganó por primera vez la Copa del Mundo el año 1954 teniendo que soportar el vil racismo en su contra de parte de la prensa amarilla de los dolidos perdedores. Sin embargo, como el equipo alemán ponía al gran y muy alabado equipo húngaro en la picota el año 1954 otros alemanes estaban instalando las bases de la resurrección de la Alemania de la post guerra.

Aquellas bases incluían cosas tales como la canalización del fervor nacional hacia metas relativamente inofensivas, como mantener bajos los índices de inflación y las tasas de interés, como también el descontento por la hiperinflación que fue la escala por la que el Sr. Hitler y sus muchos amigos utilizaron para treparse al poder.

En lo interno hubo un consenso corporativo donde las diferencias entre empleados y empleadores, consumidores y productores, granjeros y citadinos se llevarían a cabo mediante negociaciones y regateos y no a través del tipo de violentos fuegos de artificios que uno a menudo asocia con Francia.

En lo externo, tanto Francia como Alemania tuvieron que aceptar la derrota y especialmente en el caso de Alemania, la zanahoria del Plan Marshall como también la vara vigente de la ocupación militar norteamericana, la cual continúa hasta el día de hoy. En comparación con el congelamiento de los miembros en Stalingrado o el hundimiento durante la navegación de un submarino, no fue un mal acuerdo y Alemania le sacó provecho, como también con la Comunidad Económica Europea que fundó junto con Francia y algunos otros, incluyendo a los Países Bajos y Luxemburgo que tuvieron la más alta tasa per cápita de muertos durante la II Guerra Mundial.

La división básica del trabajo gerencial en la Comisión Económica Europea fue que Francia con otros similares de Gaulle al timón sería su vocero político y Alemania sería su maquinaria económica. Todo eso funcionó bien cuando los yanquis necesitaron ambas satrapías para que actuaran como bastiones contra la Unión Soviética y su Ejército Rojo. Rápido adelante hasta hoy en día y Alemania es una gran farsa.

Primeramente, tomemos la promesa de Alemania de intervenir como un tercer partido en la Corte Internacional de Justicia para proteger a Israel contra la rotunda acusación de Sudáfrica que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza.

No obstante, dados ciertos eventos en los que los alemanes estuvieron implicados desde 1939 hasta 1945 debido a eso, los bromistas se divirtieron bastante burlándose de Alemania: La incompetente intervención de Alemania que presumía de abogados prestigiosos, no está a la altura del problema y necesitaría de una compañía de elefantes alemanes en falditas bailando para que los sacaran del trance. Como ese no es el caso, Alemania debe solo sentarse y callarse la boca.

No menos destacado, su Excelencia, Hage Gottfried Geingob, Presidente de Namibia, antigua África Sudoccidental, les ha dicho precisamente eso porque Namibia, antes conocida como África Sudoccidental, fue el lugar donde se cometió el primer genocidio del mundo moderno cometido por ningún otro país que Alemania.

Antes de abandonar a ambos, Sudáfrica y África Sudoccidental, debemos tomar nota que su propia intervención en La Haya en representación de los palestinos es un paso sumamente importante en la larga marcha de África Sudoccidental para convertirse en un factor mundial y por lo menos en el caso de los palestinos, ambos Sudáfrica y África Sudoccidental, ambas se levantan en sus dos piernas –- no en cuatro como últimamente Alemania pareciera preferir.

Trasladándonos hacia Israel y Palestina, necesitamos solo notar que Alemania ha armado y financiado al primero y lanzado migajas y crasos insultos al segundo, lo cual es probablemente un poco mejor que lo que le tienen en reserva a los Hutís que, como sean sus otras faltas, están vehementemente en desacuerdo con la masacre de niños palestinos.

Los alemanes están enviando a la fragata clase Hessen F-124 al Mar Rojo para ayudar a los norteamericanos y a sus lacayos ingleses para matar a los empobrecidos yemenitas.

Aunque la cancillería alemana ha declarado que “la comunidad internacional” debe mantener al Mar Rojo abierto, los norteamericanos y los ingleses no solo no son la “comunidad internacional” pero si sus ataques contra Yemen son ilegales de acuerdo con las leyes y normas de “la comunidad internacional” en cuya representación Alemania pretende hacer la guerra.

La fragata clase Hessen-124 está equipada con un radar de reconocimiento capaz de detectar simultáneamente hasta mil blancos, misiles de defensa antiaérea y helicópteros de ataque. También lleva torpedos y misiles anti barco Harpoon. Uno como un extraño, se pregunta ¿cuánto habría conseguido Zelensky por todo esto en el mercado negro, de habérselo regalado Alemania a él y a sus compinches? ¿Tramposos?

Y luego tenemos el continuo financiamiento de Alemania del fallido Reich de Zelensky el cual ha visto hasta un millón de bajas por ninguna otra razón que la de enriquecer a sus proveedores norteamericanos de armamento a sus colaboradores ucranianos y otros. Además, aunque Zelensky y sus compinches podrían racionalmente argüir que ellos se enriquecieron sacrificando a cientos de miles de ucranianos por un harapiento sueño imposible, Alemania no podría tener semejante pretensión.

Alemania no solo ha destruido los basamentos sobre los que su prosperidad de la post guerra fue construida, sino que ha ido tan lejos como para permitirle a Estados Unidos convertirla en los Quislings noruegos y volar sus oleoductos y en consecuencia poner fin a la era del combustible barato sobre el cual se construyó el milagro económico de Alemania. En Ucrania ha lanzado su equivalente al lavaplatos de la cocina a los anillos de hierro de Rusia solo para comprobar que estos se devolvieron y le mocharon las piernas.

Los caballos de Troya de Estados Unidos, Lituania y otros países bálticos de juguete ahora hacen su carrera política en la Unión Europea y a Alemania se le dice que se calle y pague. Quién sabe qué Beckenbauer y qué Bismarck montaría esta farsa.

No obstante, el espíritu de Beckenbauer y de Bismarck aún no ha muerto y no todos los alemanes están creyendo en esa bosta. Los granjeros y los camioneros por una parte, están protestando ayudados por galantes aliados de Polonia, la República Checa, Austria, Suiza, Francia, Bélgica y Holanda. Como el propio interior de Alemania esas pequeñas compañías que contribuyeron a formar la espina dorsal de la industria alemana, esos granjeros, esos camioneros son de mentalidad tanto independiente como ingeniosos y no desean quedar bajo la bota de un Trudeau, de una von der Leyen o de otro no menos despreciable como Scholz. En doble pista hacia estos alemanes de mentalidad independiente se está desplazando la “ultra derechista” Alternativa para Alemania (AFD sigla en alemán) que actualmente en las encuestas llegan casi al 24 por ciento y aunque los medios de la OTAN griten que su alza significará el regreso de Hitler y no de Beckenbauer o Bismarck, ese no es el caso. La mayoría de los alemanes está más interesada en la cerveza y Beckenbauer en las caminatas y cocinar que entrar a paso de ganso en Yemen o en ayudar a Israel tejer sus mentiras….

El problema para Alemania es el mismo problema que tenemos con los Países Bajos, Canadá e incontables otros países que han devenido en vasallos de Estados Unidos. El problema es, como lo dice Donald Trump, cómo secar el pantano y mantenerlo seco sin ninguna de las especies invasivas de la OTAN tales como el belicista Partido Verde de Alemania jodiendo un poco más. Aunque los días de tiempos mejores de Alemania de cerveza y Beckenbauer se terminaron lo mismo que nuestra juventud, demasiado pronto, debemos a nosotros mismos y a otros reconstruirlos mejor, desarrollar una vía razonable para salir del marasmo de la OTAN que no suponga colaboración o dándole poder a aquellos que asesinan niños en Gaza, Donbass o Yemen.

Alemania tendrá elecciones para el parlamento de la Unión Europea el 9 de junio, y para su propio igualmente castrado Bundestag en 2025. Quien quiera que gane, esperemos que los psicópatas Verdes y los social demócratas de Scholz estén entre los grandes perdedores, de tal modo que Alemania y Europa entera comiencen a redactar un nuevo, brillante y más civilizado capítulo que el obituario que la OTAN y su grupo frontal de la Unión Europea están actualmente redactando para ellos.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

El problema de Alemania es el mismo problema que tenemos nosotros con los Países Bajos, Canadá e incontables otros países que han devenido en vasallos de Estados Unidos.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Gracias a Dios que el gran Franz Beckenbauer no vivirá para ver las profundidades a las que está cayendo su nativa Alemania en el fútbol y en todo lo demás. Los seguidores de Beckenbauer en este hermoso juego recordarán como marcó a Bobby Charlton de Inglaterra, entonces considerado como el mejor jugador del mundo fuera de la Final de la Copa del Mundo el año 1966 que Inglaterra ganó controversialmente y donde el gran Beckenbauer caballerosamente aceptó la derrota de su país.

Beckenbauer era solo un muchachito cuando Alemania ganó por primera vez la Copa del Mundo el año 1954 teniendo que soportar el vil racismo en su contra de parte de la prensa amarilla de los dolidos perdedores. Sin embargo, como el equipo alemán ponía al gran y muy alabado equipo húngaro en la picota el año 1954 otros alemanes estaban instalando las bases de la resurrección de la Alemania de la post guerra.

Aquellas bases incluían cosas tales como la canalización del fervor nacional hacia metas relativamente inofensivas, como mantener bajos los índices de inflación y las tasas de interés, como también el descontento por la hiperinflación que fue la escala por la que el Sr. Hitler y sus muchos amigos utilizaron para treparse al poder.

En lo interno hubo un consenso corporativo donde las diferencias entre empleados y empleadores, consumidores y productores, granjeros y citadinos se llevarían a cabo mediante negociaciones y regateos y no a través del tipo de violentos fuegos de artificios que uno a menudo asocia con Francia.

En lo externo, tanto Francia como Alemania tuvieron que aceptar la derrota y especialmente en el caso de Alemania, la zanahoria del Plan Marshall como también la vara vigente de la ocupación militar norteamericana, la cual continúa hasta el día de hoy. En comparación con el congelamiento de los miembros en Stalingrado o el hundimiento durante la navegación de un submarino, no fue un mal acuerdo y Alemania le sacó provecho, como también con la Comunidad Económica Europea que fundó junto con Francia y algunos otros, incluyendo a los Países Bajos y Luxemburgo que tuvieron la más alta tasa per cápita de muertos durante la II Guerra Mundial.

La división básica del trabajo gerencial en la Comisión Económica Europea fue que Francia con otros similares de Gaulle al timón sería su vocero político y Alemania sería su maquinaria económica. Todo eso funcionó bien cuando los yanquis necesitaron ambas satrapías para que actuaran como bastiones contra la Unión Soviética y su Ejército Rojo. Rápido adelante hasta hoy en día y Alemania es una gran farsa.

Primeramente, tomemos la promesa de Alemania de intervenir como un tercer partido en la Corte Internacional de Justicia para proteger a Israel contra la rotunda acusación de Sudáfrica que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza.

No obstante, dados ciertos eventos en los que los alemanes estuvieron implicados desde 1939 hasta 1945 debido a eso, los bromistas se divirtieron bastante burlándose de Alemania: La incompetente intervención de Alemania que presumía de abogados prestigiosos, no está a la altura del problema y necesitaría de una compañía de elefantes alemanes en falditas bailando para que los sacaran del trance. Como ese no es el caso, Alemania debe solo sentarse y callarse la boca.

No menos destacado, su Excelencia, Hage Gottfried Geingob, Presidente de Namibia, antigua África Sudoccidental, les ha dicho precisamente eso porque Namibia, antes conocida como África Sudoccidental, fue el lugar donde se cometió el primer genocidio del mundo moderno cometido por ningún otro país que Alemania.

Antes de abandonar a ambos, Sudáfrica y África Sudoccidental, debemos tomar nota que su propia intervención en La Haya en representación de los palestinos es un paso sumamente importante en la larga marcha de África Sudoccidental para convertirse en un factor mundial y por lo menos en el caso de los palestinos, ambos Sudáfrica y África Sudoccidental, ambas se levantan en sus dos piernas –- no en cuatro como últimamente Alemania pareciera preferir.

Trasladándonos hacia Israel y Palestina, necesitamos solo notar que Alemania ha armado y financiado al primero y lanzado migajas y crasos insultos al segundo, lo cual es probablemente un poco mejor que lo que le tienen en reserva a los Hutís que, como sean sus otras faltas, están vehementemente en desacuerdo con la masacre de niños palestinos.

Los alemanes están enviando a la fragata clase Hessen F-124 al Mar Rojo para ayudar a los norteamericanos y a sus lacayos ingleses para matar a los empobrecidos yemenitas.

Aunque la cancillería alemana ha declarado que “la comunidad internacional” debe mantener al Mar Rojo abierto, los norteamericanos y los ingleses no solo no son la “comunidad internacional” pero si sus ataques contra Yemen son ilegales de acuerdo con las leyes y normas de “la comunidad internacional” en cuya representación Alemania pretende hacer la guerra.

La fragata clase Hessen-124 está equipada con un radar de reconocimiento capaz de detectar simultáneamente hasta mil blancos, misiles de defensa antiaérea y helicópteros de ataque. También lleva torpedos y misiles anti barco Harpoon. Uno como un extraño, se pregunta ¿cuánto habría conseguido Zelensky por todo esto en el mercado negro, de habérselo regalado Alemania a él y a sus compinches? ¿Tramposos?

Y luego tenemos el continuo financiamiento de Alemania del fallido Reich de Zelensky el cual ha visto hasta un millón de bajas por ninguna otra razón que la de enriquecer a sus proveedores norteamericanos de armamento a sus colaboradores ucranianos y otros. Además, aunque Zelensky y sus compinches podrían racionalmente argüir que ellos se enriquecieron sacrificando a cientos de miles de ucranianos por un harapiento sueño imposible, Alemania no podría tener semejante pretensión.

Alemania no solo ha destruido los basamentos sobre los que su prosperidad de la post guerra fue construida, sino que ha ido tan lejos como para permitirle a Estados Unidos convertirla en los Quislings noruegos y volar sus oleoductos y en consecuencia poner fin a la era del combustible barato sobre el cual se construyó el milagro económico de Alemania. En Ucrania ha lanzado su equivalente al lavaplatos de la cocina a los anillos de hierro de Rusia solo para comprobar que estos se devolvieron y le mocharon las piernas.

Los caballos de Troya de Estados Unidos, Lituania y otros países bálticos de juguete ahora hacen su carrera política en la Unión Europea y a Alemania se le dice que se calle y pague. Quién sabe qué Beckenbauer y qué Bismarck montaría esta farsa.

No obstante, el espíritu de Beckenbauer y de Bismarck aún no ha muerto y no todos los alemanes están creyendo en esa bosta. Los granjeros y los camioneros por una parte, están protestando ayudados por galantes aliados de Polonia, la República Checa, Austria, Suiza, Francia, Bélgica y Holanda. Como el propio interior de Alemania esas pequeñas compañías que contribuyeron a formar la espina dorsal de la industria alemana, esos granjeros, esos camioneros son de mentalidad tanto independiente como ingeniosos y no desean quedar bajo la bota de un Trudeau, de una von der Leyen o de otro no menos despreciable como Scholz. En doble pista hacia estos alemanes de mentalidad independiente se está desplazando la “ultra derechista” Alternativa para Alemania (AFD sigla en alemán) que actualmente en las encuestas llegan casi al 24 por ciento y aunque los medios de la OTAN griten que su alza significará el regreso de Hitler y no de Beckenbauer o Bismarck, ese no es el caso. La mayoría de los alemanes está más interesada en la cerveza y Beckenbauer en las caminatas y cocinar que entrar a paso de ganso en Yemen o en ayudar a Israel tejer sus mentiras….

El problema para Alemania es el mismo problema que tenemos con los Países Bajos, Canadá e incontables otros países que han devenido en vasallos de Estados Unidos. El problema es, como lo dice Donald Trump, cómo secar el pantano y mantenerlo seco sin ninguna de las especies invasivas de la OTAN tales como el belicista Partido Verde de Alemania jodiendo un poco más. Aunque los días de tiempos mejores de Alemania de cerveza y Beckenbauer se terminaron lo mismo que nuestra juventud, demasiado pronto, debemos a nosotros mismos y a otros reconstruirlos mejor, desarrollar una vía razonable para salir del marasmo de la OTAN que no suponga colaboración o dándole poder a aquellos que asesinan niños en Gaza, Donbass o Yemen.

Alemania tendrá elecciones para el parlamento de la Unión Europea el 9 de junio, y para su propio igualmente castrado Bundestag en 2025. Quien quiera que gane, esperemos que los psicópatas Verdes y los social demócratas de Scholz estén entre los grandes perdedores, de tal modo que Alemania y Europa entera comiencen a redactar un nuevo, brillante y más civilizado capítulo que el obituario que la OTAN y su grupo frontal de la Unión Europea están actualmente redactando para ellos.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.

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