Español
May 6, 2024
© Photo: Public domain

Entrevista a Kevin ANDERSON

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

La noche del 1 de mayo, un grupo de más de un centenar de sionistas, armados con palos y elementos explosivos, atacaron de forma violenta la acampada del movimiento estudiantil por Palestina en la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles). Durante varias horas, lanzaron material de artificio, palos y elementos contundentes contra los estudiantes. A varios estudiantes los rodearon y los golpearon en el piso. Fue una acción organizada y preparada por la derecha sionista, que actuó con total impunidad contra los estudiantes, sin que la policía de Los Ángeles interviniera en ningún momento para frenarlos.

“Fue una declaración de intenciones: ‘Estamos con Israel, incluso con el genocidio. No nos importa’. Eso es básicamente lo que están diciendo”, explica Kevin Anderson, Profesor de Sociología en la Universidad de California.

Como respuesta al ataque sionista, y anticipando nuevos enfrentamientos, más de mil estudiantes, profesores y activistas de la zona rodearon el campus al día siguiente. La noche del 2 de mayo, los provocadores regresaron. Pero, en esta ocasión, la dirección de la Universidad llamó a la policía para desalojar la acampada, con la excusa de “evitar la violencia”. La policía antidisturbios con cientos de efectivos avanzó a la madrugada en un gran operativo de represión contra el campamento, deteniendo a decenas de estudiantes.

Conversamos sobre estos hechos y acerca de la dinámica actual del movimiento estudiantil por Palestina en Estados Unidos con Kevin Anderson (1948), autor de varios libros como “Marx en los márgenes” y “Lenin, Hegel and Western Marxism”. Anderson nos atiende por zoom desde su residencia en Los Ángeles, ubicada a solo 3 km. del Campus de la UCLA.

El 2 de mayo fue desalojada la acampada de la UCLA con un gran operativo policial, ¿qué nos puedes comentar de esto, como profesor en la Universidad de California?

Creo que lo más importante es lo que ocurrió el 1 de mayo, sobre la una de la madrugada en UCLA, porque esto no tiene precedentes. Esto no es el sur. Esto no es Texas. Esto no es una zona rural, conservadora. Esto es justo en el corazón de una parte liberal de una de las partes más liberales de Los Ángeles, el campus de la UCLA.

Los estudiantes habían ocupado una parte central de la universidad. Es una parte preciosa. Está justo al lado de lo que llaman Royce hall. Por ejemplo, en diciembre, pusieron en escena el cascanueces de Tchaikovsky, y muchos niños de la zona, los padres van allí. Así que esto está justo en medio de todo esto. Los estudiantes instalaron su campamento, que sostuvieron durante varios días. La universidad había estado indicando que tal vez podrían mantenerlo. No estaba claro.

Y cada noche, llegaban estos violentos grupos de sionistas, muchos de ellos eran personas mayores, la mayoría claramente no eran estudiantes. Agredían verbalmente a los estudiantes, buscando provocar peleas. Pero entonces, el 1 de mayo, alrededor de la una de la mañana, fueron en un grupo de unos 150. Y estaban armados con palos y armas de fuego. Estaban armados con palos y trozos de metal, y empezaron a atacar.

Y durante aproximadamente 2 horas, en una de las zonas más vigiladas del mundo, les permitieron atacar a los estudiantes. Los estudiantes habían previsto esto y habían colocado planchas a modo barricadas de madera contrachapada alrededor de allí, así que las empujaron hacia atrás. Incluso los sionistas rodearon a cuatro estudiantes de periodismo, sabían que eran del periódico estudiantil oficial y derribaron a uno de ellos y le dieron una paliza. Es algo que no habíamos visto nunca… Fue impactante.

La estrategia fue dejar que estas personas alboroten y luego afirmar que había violencia. Fue lo que ocurrió al día siguiente. Llegaron los sionistas a la misma hora de la mañana. No había manifestantes alrededor. Y entonces simplemente, dijeron: “A causa de toda esta violencia, tienen que desalojar”. Eso es lo que hicieron la segunda noche. Y han estado haciendo este tipo de cosas en todas las universidades.

Dices que este tipo de ataques no había ocurrido nunca, ¿era un grupo sionista más organizado que en ocasiones anteriores?

Estos no eran los “proud boys” o chicos neo fascistas que vemos a veces cuando tenemos nuestras manifestaciones del 1 de mayo en las calles de Los Ángeles. Estos eran sionistas. Probablemente fueran de la Liga de Defensa Judía.

Cada vez que un orador critico de Israel se presenta en el campus, siempre hay algunas personas que vienen y hacen preguntas duras y se levantan y tratan de hacer ruido. Y esto ocurre desde hace décadas. Por lo tanto, el área es muy liberal, pero muy sionista también.

Para que te hagas una imagen. El 1 de mayo estuve en la movilización en Hollywood. Y al conducir con mi coche de vuelta, para volver a esa parte de Los ángeles cerca de UCLA, donde vivo, tengo que pasar por Beverly Hills. Y en un gran parque en Beverly Hills tenían instaladas miles de banderas de Israel. Así que esto era una declaración pública. Estaban allí justo después de que los estudiantes habían sido atacados. Era una declaración: “Estamos con Israel, incluso con el genocidio. No nos importa.” Eso es básicamente lo que están diciendo.

No digo que todos los que viven allí piensen así. Pero, hay suficiente base social como para que sientan que pueden poner esta exhibición así. Es un tipo muy diferente de derecha, porque no es la derecha trumpista. Esta es la derecha sionista. Incluso, las grandes organizaciones judías, inmediatamente condenaron. Dijeron: “no tenemos nada que ver con eso”. Pero no pudieron resistirse a añadir que deberían derribar ese campamento. Y, por supuesto, intentan hacer una equivalencia con lo que llaman antisemitismo en el campus. Si gritas “desde el río hasta el mar”, eso es violencia, supuestamente.

Quisiera saber tu opinión sobre el movimiento estudiantil. Me decías hace unos días que no habías visto nada así desde el movimiento contra la guerra de Vietnam…

Sí, creo que en cierto modo es así, porque realmente toca un nervio. Aquí tuvimos las protestas contra el Apartheid hace unos 40 años, en 1986. Pero no había un gran lobby pro Sudáfrica. Claro, hubo gente que se enfadó [con los estudiantes]. Pero no había gente que saliera a la calle y golpeara a los estudiantes por eso.

En el movimiento por Vietnam, cuando yo estaba empezando, solíamos tener una pequeña manifestación, tal vez cinco personas con un cartel, y otros estudiantes venían a atacarnos a gritarnos. Era en 1966, principios de 1967. Decían: “son comunistas, son antipatriotas”, ese tipo de cosas. No estoy diciendo que la mayoría de los estudiantes fueran neutrales, pero había un elemento así entre los estudiantes, la gente de los equipos deportivos en aquellos días, que venían y nos atacaban. Y decían que no teníamos derecho legítimo ni siquiera a estar allí de pie pacíficamente con un cartel que dijera paz en Vietnam o algo así. No se nos permitía hacerlo. Tuvimos que luchar para crear ese espacio, lo que nos llevó unos cuantos años, pero luego lo ganamos. Y luego, por supuesto, el movimiento creció y creció.

Pero este es un movimiento muy grande. Y en realidad están haciendo lo mismo, decir que son ilegítimos. Vienen y detienen a la gente. Y es contraproducente totalmente [para ellos]. Por lo menos entre los jóvenes de las universidades, el sentimiento contra el genocidio de Israel crece día a día.

Y se ha convertido en un problema local, porque nos dicen que ni siquiera podemos protestar, así que se convierte en un problema de represión en los campus universitarios. Sólo hay un presidente de una gran universidad que haya pedido un cese de fuego. Uno, sólo uno. En Connecticut, la Universidad Wesleyan. En Harvard, Princeton, Berkeley, Michigan, todas esas personas que siempre están haciendo declaraciones sobre ética: nada. Pero casi todos ellos han emitido condenas a lo que ellos llaman antisemitismo de Hamas. Es increíble, porque profesores y estudiantes vivimos en una realidad diferente. Vivimos en la verdadera realidad.

Volviendo a la dinámica del movimiento: ¿En qué sentido hay un giro a izquierda político e ideológico en el movimiento estudiantil? ¿Se trata de un movimiento más radical que lo que hemos visto estos años en Estados Unidos en la juventud?

Me recuerda a la guerra de Vietnam, cuando era joven, porque todos los liberales seguían apoyando la guerra, como Lyndon Johnson, y a los jóvenes intentaron arrestarnos e intimidarnos. Pero era una cuestión moral que estaba tan clara.

Quiero decir, ves la televisión todos los días. Ves el genocidio. Y te dicen: “es muy complicado”. Pero los jóvenes, la mayoría de ellos, están muy enojados. Y creo que está causando no sólo una conciencia de oposición, como hemos tenido con quienes apoyaban a Bernie Sanders. [El movimiento actual] es más revolucionario en la actitud que incluso hace un año o dos. Incluso, Bernie Sanders, no pidió un alto el fuego. Así que esto es muy revelador.

Entre la gente más joven que conozco, antes, si yo decía Lenin, era como: “Oh, eso es viejo”. Pero ahora hay cierta atracción por Lenin, Luxemburgo o Trotsky, por el pensamiento revolucionario, porque esto ha desenmascarado a los liberales y a los socialdemócratas.
[El movimiento] entra en confrontación directa con el estado. Y, especialmente [es más radical] en comparación con Bernie Sanders, que era un movimiento electoral. Este es un movimiento en el que básicamente te están diciendo que no puedes estar allí y puedes ser arrestado, expulsado de una universidad, algo así. Así que es un gran riesgo. Es un compromiso mucho mayor.

Pero lo que es diferente, diría yo, es que el tipo de estudiantes que apoyaron a Bernie Sanders y también este tipo de izquierda cultural, multicultural que tenemos en los campus universitarios… ahora estas personas se ven obligadas a elegir un bando. Porque existe el multiculturalismo de las administraciones universitarias, que siempre se aseguran de tener gente de color representándolos y tener conferencias sobre Sojourner Truth o un abolicionista negro en el campus. El mismo día que van y arrestan a los estudiantes, siguen haciendo todo este tipo de cosas.

Así que, sí, hay algo en este movimiento porque involucra al estado, involucra al imperialismo, que creo que está atrayendo a algunos estudiantes hacia el marxismo revolucionario también.

Esto ha estado sucediendo desde alrededor del 10 de octubre. Entonces, ¿cuánto es, alrededor de seis meses? Es un largo período para que un movimiento continúe. Y todo indica que va a continuar porque no veo que la guerra se detenga. Así que esto va todo el camino a Chicago a la Convención Demócrata en agosto.

No creo que hayamos visto desde los años sesenta algo tan rápido. Tantas universidades movilizando a cientos de personas y yendo de una a otra, de una a otra, de una a otra. Y sólo está creciendo y continuando. Y los arrestan, pero luego vuelven y ganan aún más apoyo.

Sí, no he visto nada como esto desde la guerra de Vietnam. Y yo estaba, empecé a ser activo en aquel momento, alrededor de 1967. Y ahora, como profesor. Hay un montón de profesores que apoyan el movimiento, un gran número. Por ejemplo, durante los disturbios de los sionistas, una de las personas que estuvo allí, tratando de proteger a los estudiantes es el ex jefe del programa de estudios judíos, David Myers. Estuvo allí y dio una entrevista. Estaba tratando de proteger a los estudiantes.

Yo diría que, en la facultad, el sentimiento es como, tres cuartas partes o más, por lo menos, que sienten que los estudiantes tienen derecho a estar allí.

¿Qué ocurre con el apoyo a Palestina fuera de la Universidad? Me contabas que el 1 de mayo participaste en una movilización junto a varios sindicatos…

El Primero de Mayo, en esa manifestación obrera, me sorprendió la cantidad de oradores y carteles que hablaban no sólo de temas laborales, sino también del genocidio.

Y estos eran, por ejemplo, trabajadores de servicios, como los conserjes del sindicato SEIU. También el Sindicato de Actores. Y era muy radical el lenguaje contra Israel y también en contra de Biden. Uno de estos sindicatos locales del SEIU tenían un cartel que decía “Genocide Joe”.

Eso es importante.

Esto es un cambio real. Han sido más los líderes sindicales que han hablado en contra de esta guerra, que los presidentes de Universidades. Y eso es un gran cambio en los Estados Unidos.

La burocracia laboral había estado ligada durante muchas décadas a lo que llamamos el complejo industrial militar, y decían: “conseguimos estos trabajos” … Pero esto se acabó.

Es muy interesante esto que dices. Si avanza una mayor confluencia entre trabajadores y estudiantes en este movimiento contra el genocidio y el imperialismo, sería algo muy grande.

Si los trabajadores se acercaran a la universidad y apoyaran a los estudiantes, los sindicatos, eso tendría un gran impacto público. Tal vez lo hagan, porque Los Ángeles es el tipo de lugar donde eso podría suceder.

Publicado originalmente por IzquierdaDiario.es

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.
“No he visto nada como esto desde el movimiento contra la guerra de Vietnam”

Entrevista a Kevin ANDERSON

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

La noche del 1 de mayo, un grupo de más de un centenar de sionistas, armados con palos y elementos explosivos, atacaron de forma violenta la acampada del movimiento estudiantil por Palestina en la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles). Durante varias horas, lanzaron material de artificio, palos y elementos contundentes contra los estudiantes. A varios estudiantes los rodearon y los golpearon en el piso. Fue una acción organizada y preparada por la derecha sionista, que actuó con total impunidad contra los estudiantes, sin que la policía de Los Ángeles interviniera en ningún momento para frenarlos.

“Fue una declaración de intenciones: ‘Estamos con Israel, incluso con el genocidio. No nos importa’. Eso es básicamente lo que están diciendo”, explica Kevin Anderson, Profesor de Sociología en la Universidad de California.

Como respuesta al ataque sionista, y anticipando nuevos enfrentamientos, más de mil estudiantes, profesores y activistas de la zona rodearon el campus al día siguiente. La noche del 2 de mayo, los provocadores regresaron. Pero, en esta ocasión, la dirección de la Universidad llamó a la policía para desalojar la acampada, con la excusa de “evitar la violencia”. La policía antidisturbios con cientos de efectivos avanzó a la madrugada en un gran operativo de represión contra el campamento, deteniendo a decenas de estudiantes.

Conversamos sobre estos hechos y acerca de la dinámica actual del movimiento estudiantil por Palestina en Estados Unidos con Kevin Anderson (1948), autor de varios libros como “Marx en los márgenes” y “Lenin, Hegel and Western Marxism”. Anderson nos atiende por zoom desde su residencia en Los Ángeles, ubicada a solo 3 km. del Campus de la UCLA.

El 2 de mayo fue desalojada la acampada de la UCLA con un gran operativo policial, ¿qué nos puedes comentar de esto, como profesor en la Universidad de California?

Creo que lo más importante es lo que ocurrió el 1 de mayo, sobre la una de la madrugada en UCLA, porque esto no tiene precedentes. Esto no es el sur. Esto no es Texas. Esto no es una zona rural, conservadora. Esto es justo en el corazón de una parte liberal de una de las partes más liberales de Los Ángeles, el campus de la UCLA.

Los estudiantes habían ocupado una parte central de la universidad. Es una parte preciosa. Está justo al lado de lo que llaman Royce hall. Por ejemplo, en diciembre, pusieron en escena el cascanueces de Tchaikovsky, y muchos niños de la zona, los padres van allí. Así que esto está justo en medio de todo esto. Los estudiantes instalaron su campamento, que sostuvieron durante varios días. La universidad había estado indicando que tal vez podrían mantenerlo. No estaba claro.

Y cada noche, llegaban estos violentos grupos de sionistas, muchos de ellos eran personas mayores, la mayoría claramente no eran estudiantes. Agredían verbalmente a los estudiantes, buscando provocar peleas. Pero entonces, el 1 de mayo, alrededor de la una de la mañana, fueron en un grupo de unos 150. Y estaban armados con palos y armas de fuego. Estaban armados con palos y trozos de metal, y empezaron a atacar.

Y durante aproximadamente 2 horas, en una de las zonas más vigiladas del mundo, les permitieron atacar a los estudiantes. Los estudiantes habían previsto esto y habían colocado planchas a modo barricadas de madera contrachapada alrededor de allí, así que las empujaron hacia atrás. Incluso los sionistas rodearon a cuatro estudiantes de periodismo, sabían que eran del periódico estudiantil oficial y derribaron a uno de ellos y le dieron una paliza. Es algo que no habíamos visto nunca… Fue impactante.

La estrategia fue dejar que estas personas alboroten y luego afirmar que había violencia. Fue lo que ocurrió al día siguiente. Llegaron los sionistas a la misma hora de la mañana. No había manifestantes alrededor. Y entonces simplemente, dijeron: “A causa de toda esta violencia, tienen que desalojar”. Eso es lo que hicieron la segunda noche. Y han estado haciendo este tipo de cosas en todas las universidades.

Dices que este tipo de ataques no había ocurrido nunca, ¿era un grupo sionista más organizado que en ocasiones anteriores?

Estos no eran los “proud boys” o chicos neo fascistas que vemos a veces cuando tenemos nuestras manifestaciones del 1 de mayo en las calles de Los Ángeles. Estos eran sionistas. Probablemente fueran de la Liga de Defensa Judía.

Cada vez que un orador critico de Israel se presenta en el campus, siempre hay algunas personas que vienen y hacen preguntas duras y se levantan y tratan de hacer ruido. Y esto ocurre desde hace décadas. Por lo tanto, el área es muy liberal, pero muy sionista también.

Para que te hagas una imagen. El 1 de mayo estuve en la movilización en Hollywood. Y al conducir con mi coche de vuelta, para volver a esa parte de Los ángeles cerca de UCLA, donde vivo, tengo que pasar por Beverly Hills. Y en un gran parque en Beverly Hills tenían instaladas miles de banderas de Israel. Así que esto era una declaración pública. Estaban allí justo después de que los estudiantes habían sido atacados. Era una declaración: “Estamos con Israel, incluso con el genocidio. No nos importa.” Eso es básicamente lo que están diciendo.

No digo que todos los que viven allí piensen así. Pero, hay suficiente base social como para que sientan que pueden poner esta exhibición así. Es un tipo muy diferente de derecha, porque no es la derecha trumpista. Esta es la derecha sionista. Incluso, las grandes organizaciones judías, inmediatamente condenaron. Dijeron: “no tenemos nada que ver con eso”. Pero no pudieron resistirse a añadir que deberían derribar ese campamento. Y, por supuesto, intentan hacer una equivalencia con lo que llaman antisemitismo en el campus. Si gritas “desde el río hasta el mar”, eso es violencia, supuestamente.

Quisiera saber tu opinión sobre el movimiento estudiantil. Me decías hace unos días que no habías visto nada así desde el movimiento contra la guerra de Vietnam…

Sí, creo que en cierto modo es así, porque realmente toca un nervio. Aquí tuvimos las protestas contra el Apartheid hace unos 40 años, en 1986. Pero no había un gran lobby pro Sudáfrica. Claro, hubo gente que se enfadó [con los estudiantes]. Pero no había gente que saliera a la calle y golpeara a los estudiantes por eso.

En el movimiento por Vietnam, cuando yo estaba empezando, solíamos tener una pequeña manifestación, tal vez cinco personas con un cartel, y otros estudiantes venían a atacarnos a gritarnos. Era en 1966, principios de 1967. Decían: “son comunistas, son antipatriotas”, ese tipo de cosas. No estoy diciendo que la mayoría de los estudiantes fueran neutrales, pero había un elemento así entre los estudiantes, la gente de los equipos deportivos en aquellos días, que venían y nos atacaban. Y decían que no teníamos derecho legítimo ni siquiera a estar allí de pie pacíficamente con un cartel que dijera paz en Vietnam o algo así. No se nos permitía hacerlo. Tuvimos que luchar para crear ese espacio, lo que nos llevó unos cuantos años, pero luego lo ganamos. Y luego, por supuesto, el movimiento creció y creció.

Pero este es un movimiento muy grande. Y en realidad están haciendo lo mismo, decir que son ilegítimos. Vienen y detienen a la gente. Y es contraproducente totalmente [para ellos]. Por lo menos entre los jóvenes de las universidades, el sentimiento contra el genocidio de Israel crece día a día.

Y se ha convertido en un problema local, porque nos dicen que ni siquiera podemos protestar, así que se convierte en un problema de represión en los campus universitarios. Sólo hay un presidente de una gran universidad que haya pedido un cese de fuego. Uno, sólo uno. En Connecticut, la Universidad Wesleyan. En Harvard, Princeton, Berkeley, Michigan, todas esas personas que siempre están haciendo declaraciones sobre ética: nada. Pero casi todos ellos han emitido condenas a lo que ellos llaman antisemitismo de Hamas. Es increíble, porque profesores y estudiantes vivimos en una realidad diferente. Vivimos en la verdadera realidad.

Volviendo a la dinámica del movimiento: ¿En qué sentido hay un giro a izquierda político e ideológico en el movimiento estudiantil? ¿Se trata de un movimiento más radical que lo que hemos visto estos años en Estados Unidos en la juventud?

Me recuerda a la guerra de Vietnam, cuando era joven, porque todos los liberales seguían apoyando la guerra, como Lyndon Johnson, y a los jóvenes intentaron arrestarnos e intimidarnos. Pero era una cuestión moral que estaba tan clara.

Quiero decir, ves la televisión todos los días. Ves el genocidio. Y te dicen: “es muy complicado”. Pero los jóvenes, la mayoría de ellos, están muy enojados. Y creo que está causando no sólo una conciencia de oposición, como hemos tenido con quienes apoyaban a Bernie Sanders. [El movimiento actual] es más revolucionario en la actitud que incluso hace un año o dos. Incluso, Bernie Sanders, no pidió un alto el fuego. Así que esto es muy revelador.

Entre la gente más joven que conozco, antes, si yo decía Lenin, era como: “Oh, eso es viejo”. Pero ahora hay cierta atracción por Lenin, Luxemburgo o Trotsky, por el pensamiento revolucionario, porque esto ha desenmascarado a los liberales y a los socialdemócratas.
[El movimiento] entra en confrontación directa con el estado. Y, especialmente [es más radical] en comparación con Bernie Sanders, que era un movimiento electoral. Este es un movimiento en el que básicamente te están diciendo que no puedes estar allí y puedes ser arrestado, expulsado de una universidad, algo así. Así que es un gran riesgo. Es un compromiso mucho mayor.

Pero lo que es diferente, diría yo, es que el tipo de estudiantes que apoyaron a Bernie Sanders y también este tipo de izquierda cultural, multicultural que tenemos en los campus universitarios… ahora estas personas se ven obligadas a elegir un bando. Porque existe el multiculturalismo de las administraciones universitarias, que siempre se aseguran de tener gente de color representándolos y tener conferencias sobre Sojourner Truth o un abolicionista negro en el campus. El mismo día que van y arrestan a los estudiantes, siguen haciendo todo este tipo de cosas.

Así que, sí, hay algo en este movimiento porque involucra al estado, involucra al imperialismo, que creo que está atrayendo a algunos estudiantes hacia el marxismo revolucionario también.

Esto ha estado sucediendo desde alrededor del 10 de octubre. Entonces, ¿cuánto es, alrededor de seis meses? Es un largo período para que un movimiento continúe. Y todo indica que va a continuar porque no veo que la guerra se detenga. Así que esto va todo el camino a Chicago a la Convención Demócrata en agosto.

No creo que hayamos visto desde los años sesenta algo tan rápido. Tantas universidades movilizando a cientos de personas y yendo de una a otra, de una a otra, de una a otra. Y sólo está creciendo y continuando. Y los arrestan, pero luego vuelven y ganan aún más apoyo.

Sí, no he visto nada como esto desde la guerra de Vietnam. Y yo estaba, empecé a ser activo en aquel momento, alrededor de 1967. Y ahora, como profesor. Hay un montón de profesores que apoyan el movimiento, un gran número. Por ejemplo, durante los disturbios de los sionistas, una de las personas que estuvo allí, tratando de proteger a los estudiantes es el ex jefe del programa de estudios judíos, David Myers. Estuvo allí y dio una entrevista. Estaba tratando de proteger a los estudiantes.

Yo diría que, en la facultad, el sentimiento es como, tres cuartas partes o más, por lo menos, que sienten que los estudiantes tienen derecho a estar allí.

¿Qué ocurre con el apoyo a Palestina fuera de la Universidad? Me contabas que el 1 de mayo participaste en una movilización junto a varios sindicatos…

El Primero de Mayo, en esa manifestación obrera, me sorprendió la cantidad de oradores y carteles que hablaban no sólo de temas laborales, sino también del genocidio.

Y estos eran, por ejemplo, trabajadores de servicios, como los conserjes del sindicato SEIU. También el Sindicato de Actores. Y era muy radical el lenguaje contra Israel y también en contra de Biden. Uno de estos sindicatos locales del SEIU tenían un cartel que decía “Genocide Joe”.

Eso es importante.

Esto es un cambio real. Han sido más los líderes sindicales que han hablado en contra de esta guerra, que los presidentes de Universidades. Y eso es un gran cambio en los Estados Unidos.

La burocracia laboral había estado ligada durante muchas décadas a lo que llamamos el complejo industrial militar, y decían: “conseguimos estos trabajos” … Pero esto se acabó.

Es muy interesante esto que dices. Si avanza una mayor confluencia entre trabajadores y estudiantes en este movimiento contra el genocidio y el imperialismo, sería algo muy grande.

Si los trabajadores se acercaran a la universidad y apoyaran a los estudiantes, los sindicatos, eso tendría un gran impacto público. Tal vez lo hagan, porque Los Ángeles es el tipo de lugar donde eso podría suceder.

Publicado originalmente por IzquierdaDiario.es