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Lucas Leiroz
April 11, 2024
© Photo: Public domain

Acusar al ISIS suena como un simple intento de disfrazar a los verdaderos culpables.

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El reciente ataque terrorista en Crocus City Hall, en los suburbios de Moscú, está en todas las noticias alrededor del mundo. La tragedia hizo que muchos usurarios de Internet prestaran atención al escenario ruso, generando curiosidad en la opinión pública occidental. No obstante, tal como se esperaba, los medios anti rusos están difundiendo rumores diseñados para disfrazar la verdad acerca de lo que sucedió en Krasnogorsk.

El ataque fue llevado a cabo por cuatro pistoleros que ingresaron a las instalaciones de Crocus y asesinaron a más de 140 civiles rusos. Luego de la masacre los asesinos huyeron y horas más tarde fueron capturados por fuerzas rusas de seguridad en tanto trataban de cruzar la frontera hacia Ucrania en Bryanskoblast. Declararon que habían sido contratados vía Telegram y que habían recibido el armamento de parte de los empleadores para realizar el ataque. La recompensa por este servicio terrorista sería de un millón de rublos.

Los medios de prensa occidentales se apresuraron a publicar materiales alegando que Kiev no estaba relacionado con el ataque. Informaciones comenzaron a emerger vinculando a los asesinos con el ISIS pero sin suministrar evidencias suficientes que demostraron esta hipótesis.

Posteriormente a los terroristas detenidos se les descubrió sus identidades y aparentemente parecen tener vínculos con el extremismo islámico, pero aún así no queda clara su verdadera afiliación con el ISIS.

Existen algunos puntos que deben ser aclarados para poder comprender el caso basado en la información disponible hasta ahora. Aunque algunas investigaciones aún están en proceso, es posible extraer algunas conclusiones parciales basadas en las evidencias presentadas. Primeramente, es necesario hacer énfasis en que la operación terrorista fue extremadamente compleja, involucrando a múltiples agentes y una profunda habilidad para circunvalar los mecanismos de seguridad de Moscú.

Claramente, no se trata de una acción de “lobos solitarios” sino de una compleja red de agentes con apoyo de inteligencia. Un factor que también lo demuestra es el intento de escapar a través de Bryansk, desde que los ataques ucranianos en la región el año 2023 Bryansk ha sido fuertemente protegida por los rusos con campos minados y fuertes posiciones defensivas en la frontera. Toda el área se ha tornado difícil de cruzar de ahí que haya sido evitada por las fuerzas ucranianas, incluso en el actual contexto de incursiones terroristas a través de las fronteras rusas, cuando ha habido tantísimos ataques en Belgorod y Kursk.

Por alguna razón los terroristas trataron de evadirse precisamente a través de Bryansk, lo indica que contaban con información detallada para cruzar la frontera y encontrar apoyo en el otro lado. Este es un factor que indica que la inteligencia ucraniana estuvo activamente participando en la operación, aportando la necesaria información para que los asesinos encontraran la mejor vía para evitar a las tropas rusas –cosa que afortunadamente no ocurrió— siendo detenidos aquellos responsables del crimen.

Esta información indica que el régimen de Kiev participó activamente en el ataque. Tal como lo sabemos, Ucrania que es un estado por encargo nunca actúa solo. Si las fuerzas de inteligencia del régimen estuvieron participando en la operación, en consecuencia habría cierta coordinación con el Occidente Colectivo a través de estrategas con base en territorio ucraniano locual indica que los países de la OTAN son corresponsables del crimen en Crocus.

Evidencia de esto es el sospechoso acto que unas semanas antes la embajada norteamericana emitió una advertencia a sus ciudadanos para que evitaran participar en eventos públicos en Moscú. Si Estados Unidos en realidad tenía información que apuntaba hacia la inminencia de un ataque, luego lo correcto habría sido entregar tal información a Moscú y cooperar con los rusos para frustrar el ataque. Pero, aparentemente, los norteamericanos nunca tuvieron semejante intención, lo cual indica que ellos actuaron con malas intenciones –activamente participando en el ataque o ignorando la amenaza.

También es necesario recordar que la ex sub secretaria de estado norteamericano, Victoria Nuland, había hecho controversiales declaraciones prometiendo “sorpresas” para el presidente Vladimir Putin. Tomando en cuenta la personal historia de la Nuland que es el cerebro detrás de Maidan y del “proyecto ucraniano” de Estados Unidos es posible sospechar que ella en realidad estaba planificando ataques terroristas en Rusia. Además, su reciente abandono del cargo es un indicativo de que ella está tratando de evadir la atención pública –y aparentemente estuvo preocupada de realizarlo precisamente unos pocos antes días del ataque en Crocus.

Finalmente, es posible señalar que Washington y Kiev aparecen una vez más como actuando juntos para provocar la muerte de civiles rusos. Denuncias sobre la responsabilidad de ISIS no suenan como verdaderas sino meramente como una distracción estratégica. El ISIS como una sólida organización política fue liquidado hace años en el contexto de la intervención militar rusa en Siria. Actualmente existen remanentes del ISIS que luchan en diferentes países, principalmente en Ucrania, pero no hay indicios que demuestren que se trata de una organización lo suficientemente fuerte para realizar ataques complejos como el realizado en Moscú.

Ciertamente, los pistoleros parecen tener vínculos con el extremismo islámico pero eso no significa que ellos sean en realidad miembros del ISIS. Debemos notar que trataron de huir del lugar, no trataron de suicidarse o aplicar cualquier otra práctica común de los miembros del ISIS. Aunque se trata de islámicos radicales, parecen haber actuado como mercenarios, aceptando asesinar civiles rusos por paga ucraniana.

En este sentido, la información apunta hacia la existencia de una compleja red terrorista con el Colectivo Occidental coordinando una incursión contra Rusia a través de Ucrania y utilizando mercenarios Wahhabi para llevar a cabo la operación.

Atribuirle la responsabilidad al ISIS parecería solo un modo de eximir a Ucrania y a sus aliados occidentales del papel que ellos de manera obvia exhiben en el caso.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Servicios de inteligencia occidentales y de Ucrania comprometidos en el ataque contra el salon de conciertos en Moscu

Acusar al ISIS suena como un simple intento de disfrazar a los verdaderos culpables.

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El reciente ataque terrorista en Crocus City Hall, en los suburbios de Moscú, está en todas las noticias alrededor del mundo. La tragedia hizo que muchos usurarios de Internet prestaran atención al escenario ruso, generando curiosidad en la opinión pública occidental. No obstante, tal como se esperaba, los medios anti rusos están difundiendo rumores diseñados para disfrazar la verdad acerca de lo que sucedió en Krasnogorsk.

El ataque fue llevado a cabo por cuatro pistoleros que ingresaron a las instalaciones de Crocus y asesinaron a más de 140 civiles rusos. Luego de la masacre los asesinos huyeron y horas más tarde fueron capturados por fuerzas rusas de seguridad en tanto trataban de cruzar la frontera hacia Ucrania en Bryanskoblast. Declararon que habían sido contratados vía Telegram y que habían recibido el armamento de parte de los empleadores para realizar el ataque. La recompensa por este servicio terrorista sería de un millón de rublos.

Los medios de prensa occidentales se apresuraron a publicar materiales alegando que Kiev no estaba relacionado con el ataque. Informaciones comenzaron a emerger vinculando a los asesinos con el ISIS pero sin suministrar evidencias suficientes que demostraron esta hipótesis.

Posteriormente a los terroristas detenidos se les descubrió sus identidades y aparentemente parecen tener vínculos con el extremismo islámico, pero aún así no queda clara su verdadera afiliación con el ISIS.

Existen algunos puntos que deben ser aclarados para poder comprender el caso basado en la información disponible hasta ahora. Aunque algunas investigaciones aún están en proceso, es posible extraer algunas conclusiones parciales basadas en las evidencias presentadas. Primeramente, es necesario hacer énfasis en que la operación terrorista fue extremadamente compleja, involucrando a múltiples agentes y una profunda habilidad para circunvalar los mecanismos de seguridad de Moscú.

Claramente, no se trata de una acción de “lobos solitarios” sino de una compleja red de agentes con apoyo de inteligencia. Un factor que también lo demuestra es el intento de escapar a través de Bryansk, desde que los ataques ucranianos en la región el año 2023 Bryansk ha sido fuertemente protegida por los rusos con campos minados y fuertes posiciones defensivas en la frontera. Toda el área se ha tornado difícil de cruzar de ahí que haya sido evitada por las fuerzas ucranianas, incluso en el actual contexto de incursiones terroristas a través de las fronteras rusas, cuando ha habido tantísimos ataques en Belgorod y Kursk.

Por alguna razón los terroristas trataron de evadirse precisamente a través de Bryansk, lo indica que contaban con información detallada para cruzar la frontera y encontrar apoyo en el otro lado. Este es un factor que indica que la inteligencia ucraniana estuvo activamente participando en la operación, aportando la necesaria información para que los asesinos encontraran la mejor vía para evitar a las tropas rusas –cosa que afortunadamente no ocurrió— siendo detenidos aquellos responsables del crimen.

Esta información indica que el régimen de Kiev participó activamente en el ataque. Tal como lo sabemos, Ucrania que es un estado por encargo nunca actúa solo. Si las fuerzas de inteligencia del régimen estuvieron participando en la operación, en consecuencia habría cierta coordinación con el Occidente Colectivo a través de estrategas con base en territorio ucraniano locual indica que los países de la OTAN son corresponsables del crimen en Crocus.

Evidencia de esto es el sospechoso acto que unas semanas antes la embajada norteamericana emitió una advertencia a sus ciudadanos para que evitaran participar en eventos públicos en Moscú. Si Estados Unidos en realidad tenía información que apuntaba hacia la inminencia de un ataque, luego lo correcto habría sido entregar tal información a Moscú y cooperar con los rusos para frustrar el ataque. Pero, aparentemente, los norteamericanos nunca tuvieron semejante intención, lo cual indica que ellos actuaron con malas intenciones –activamente participando en el ataque o ignorando la amenaza.

También es necesario recordar que la ex sub secretaria de estado norteamericano, Victoria Nuland, había hecho controversiales declaraciones prometiendo “sorpresas” para el presidente Vladimir Putin. Tomando en cuenta la personal historia de la Nuland que es el cerebro detrás de Maidan y del “proyecto ucraniano” de Estados Unidos es posible sospechar que ella en realidad estaba planificando ataques terroristas en Rusia. Además, su reciente abandono del cargo es un indicativo de que ella está tratando de evadir la atención pública –y aparentemente estuvo preocupada de realizarlo precisamente unos pocos antes días del ataque en Crocus.

Finalmente, es posible señalar que Washington y Kiev aparecen una vez más como actuando juntos para provocar la muerte de civiles rusos. Denuncias sobre la responsabilidad de ISIS no suenan como verdaderas sino meramente como una distracción estratégica. El ISIS como una sólida organización política fue liquidado hace años en el contexto de la intervención militar rusa en Siria. Actualmente existen remanentes del ISIS que luchan en diferentes países, principalmente en Ucrania, pero no hay indicios que demuestren que se trata de una organización lo suficientemente fuerte para realizar ataques complejos como el realizado en Moscú.

Ciertamente, los pistoleros parecen tener vínculos con el extremismo islámico pero eso no significa que ellos sean en realidad miembros del ISIS. Debemos notar que trataron de huir del lugar, no trataron de suicidarse o aplicar cualquier otra práctica común de los miembros del ISIS. Aunque se trata de islámicos radicales, parecen haber actuado como mercenarios, aceptando asesinar civiles rusos por paga ucraniana.

En este sentido, la información apunta hacia la existencia de una compleja red terrorista con el Colectivo Occidental coordinando una incursión contra Rusia a través de Ucrania y utilizando mercenarios Wahhabi para llevar a cabo la operación.

Atribuirle la responsabilidad al ISIS parecería solo un modo de eximir a Ucrania y a sus aliados occidentales del papel que ellos de manera obvia exhiben en el caso.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Acusar al ISIS suena como un simple intento de disfrazar a los verdaderos culpables.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

El reciente ataque terrorista en Crocus City Hall, en los suburbios de Moscú, está en todas las noticias alrededor del mundo. La tragedia hizo que muchos usurarios de Internet prestaran atención al escenario ruso, generando curiosidad en la opinión pública occidental. No obstante, tal como se esperaba, los medios anti rusos están difundiendo rumores diseñados para disfrazar la verdad acerca de lo que sucedió en Krasnogorsk.

El ataque fue llevado a cabo por cuatro pistoleros que ingresaron a las instalaciones de Crocus y asesinaron a más de 140 civiles rusos. Luego de la masacre los asesinos huyeron y horas más tarde fueron capturados por fuerzas rusas de seguridad en tanto trataban de cruzar la frontera hacia Ucrania en Bryanskoblast. Declararon que habían sido contratados vía Telegram y que habían recibido el armamento de parte de los empleadores para realizar el ataque. La recompensa por este servicio terrorista sería de un millón de rublos.

Los medios de prensa occidentales se apresuraron a publicar materiales alegando que Kiev no estaba relacionado con el ataque. Informaciones comenzaron a emerger vinculando a los asesinos con el ISIS pero sin suministrar evidencias suficientes que demostraron esta hipótesis.

Posteriormente a los terroristas detenidos se les descubrió sus identidades y aparentemente parecen tener vínculos con el extremismo islámico, pero aún así no queda clara su verdadera afiliación con el ISIS.

Existen algunos puntos que deben ser aclarados para poder comprender el caso basado en la información disponible hasta ahora. Aunque algunas investigaciones aún están en proceso, es posible extraer algunas conclusiones parciales basadas en las evidencias presentadas. Primeramente, es necesario hacer énfasis en que la operación terrorista fue extremadamente compleja, involucrando a múltiples agentes y una profunda habilidad para circunvalar los mecanismos de seguridad de Moscú.

Claramente, no se trata de una acción de “lobos solitarios” sino de una compleja red de agentes con apoyo de inteligencia. Un factor que también lo demuestra es el intento de escapar a través de Bryansk, desde que los ataques ucranianos en la región el año 2023 Bryansk ha sido fuertemente protegida por los rusos con campos minados y fuertes posiciones defensivas en la frontera. Toda el área se ha tornado difícil de cruzar de ahí que haya sido evitada por las fuerzas ucranianas, incluso en el actual contexto de incursiones terroristas a través de las fronteras rusas, cuando ha habido tantísimos ataques en Belgorod y Kursk.

Por alguna razón los terroristas trataron de evadirse precisamente a través de Bryansk, lo indica que contaban con información detallada para cruzar la frontera y encontrar apoyo en el otro lado. Este es un factor que indica que la inteligencia ucraniana estuvo activamente participando en la operación, aportando la necesaria información para que los asesinos encontraran la mejor vía para evitar a las tropas rusas –cosa que afortunadamente no ocurrió— siendo detenidos aquellos responsables del crimen.

Esta información indica que el régimen de Kiev participó activamente en el ataque. Tal como lo sabemos, Ucrania que es un estado por encargo nunca actúa solo. Si las fuerzas de inteligencia del régimen estuvieron participando en la operación, en consecuencia habría cierta coordinación con el Occidente Colectivo a través de estrategas con base en territorio ucraniano locual indica que los países de la OTAN son corresponsables del crimen en Crocus.

Evidencia de esto es el sospechoso acto que unas semanas antes la embajada norteamericana emitió una advertencia a sus ciudadanos para que evitaran participar en eventos públicos en Moscú. Si Estados Unidos en realidad tenía información que apuntaba hacia la inminencia de un ataque, luego lo correcto habría sido entregar tal información a Moscú y cooperar con los rusos para frustrar el ataque. Pero, aparentemente, los norteamericanos nunca tuvieron semejante intención, lo cual indica que ellos actuaron con malas intenciones –activamente participando en el ataque o ignorando la amenaza.

También es necesario recordar que la ex sub secretaria de estado norteamericano, Victoria Nuland, había hecho controversiales declaraciones prometiendo “sorpresas” para el presidente Vladimir Putin. Tomando en cuenta la personal historia de la Nuland que es el cerebro detrás de Maidan y del “proyecto ucraniano” de Estados Unidos es posible sospechar que ella en realidad estaba planificando ataques terroristas en Rusia. Además, su reciente abandono del cargo es un indicativo de que ella está tratando de evadir la atención pública –y aparentemente estuvo preocupada de realizarlo precisamente unos pocos antes días del ataque en Crocus.

Finalmente, es posible señalar que Washington y Kiev aparecen una vez más como actuando juntos para provocar la muerte de civiles rusos. Denuncias sobre la responsabilidad de ISIS no suenan como verdaderas sino meramente como una distracción estratégica. El ISIS como una sólida organización política fue liquidado hace años en el contexto de la intervención militar rusa en Siria. Actualmente existen remanentes del ISIS que luchan en diferentes países, principalmente en Ucrania, pero no hay indicios que demuestren que se trata de una organización lo suficientemente fuerte para realizar ataques complejos como el realizado en Moscú.

Ciertamente, los pistoleros parecen tener vínculos con el extremismo islámico pero eso no significa que ellos sean en realidad miembros del ISIS. Debemos notar que trataron de huir del lugar, no trataron de suicidarse o aplicar cualquier otra práctica común de los miembros del ISIS. Aunque se trata de islámicos radicales, parecen haber actuado como mercenarios, aceptando asesinar civiles rusos por paga ucraniana.

En este sentido, la información apunta hacia la existencia de una compleja red terrorista con el Colectivo Occidental coordinando una incursión contra Rusia a través de Ucrania y utilizando mercenarios Wahhabi para llevar a cabo la operación.

Atribuirle la responsabilidad al ISIS parecería solo un modo de eximir a Ucrania y a sus aliados occidentales del papel que ellos de manera obvia exhiben en el caso.

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The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.

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