Con certeza Trump está perdiendo la paciencia en Ucrania, sostiene Martin Jay.

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Es posible decir, si los rumores son ciertos, que Trump está buscando un golpe suave en Ucrania codeando a Zelensky de su cargo y reemplazándolo con el ex general de ejército, Valerii Zaluzhni. Pero estos informes que parecen provenir de los comentarios del legendario periodista norteamericano Seymour Hersch son un círculo inicial así sea a la manera de periodismo marginal. El legado de los medios hasta ahora, aunque no señalando los rumores, parecieran estar haciendo lo suyo para estimular a Zelensky para que abandone el cargo, con los recientes ataques sin precedentes tanto de parte de FT y la revista espectadora británica impresionando a muchos con la denuncia de un gobierno suyo aún más autoritario.

Cuando Zelensky destituyó a Zaluzhny del más alto cargo militar, rumores circularon tanto en Ucrania como dentro de algunos de los más altos voceros occidentales que estaban cerca de las conversaciones de Estados Unidos con el presidente ucraniano, que la maniobra era política. Mientras Zaluzhny si que tenía algunos problemas con Zelensky en torno a la estrategia, y también se sospechó que el jefe del ejército también tendría algunas ambiciones políticas propias. En realidad resulta raro que un jefe del ejército escribiera editoriales para órganos de prensa occidentales, mientras que comentara con periodistas que él no estaba de acuerdo con las estrategias de Zelensky. Algo tendría que hacerse con él que no fuera meterlo preso, lo cual podría haber generado un escándalo, y se decidió convertirlo en una víctima de un tiraje político. Fue trasladado al Reino Unido donde actualmente es el embajador de Ucrania. Esa maniobra podría demostrarse como un grave desliz de parte de Zelensky ya que puso a Zaluzhny más cerca de las entrañas de la bestia.

En tanto Zaluzhny se ve completamente como una fornida figura militar en uniforme, su barba –más bien como la de un fanático religioso—y figura agallada, lo aparentan más como un portero de club nocturno en vez de líder político de un país y sobre todo si es acicalado por Trump, lo cual podría sugerir que el pensamiento es que lo que se necesita en Ucrania ahora es un dictador para mantener la paz cuando un nuevo acuerdo se firme con Rusia. Un militar que sea capaz de mantener un ejército en orden disciplinado y que esté listo para defender las nuevas fronteras y que sepa quién es el que paga las cuentas.

Con certeza Trump está perdiendo la paciencia en Ucrania. Sus recientes y belicosos comentarios acerca de Putin y las ilusorias amenazas que ha mencionado llevar a cabo son a penas torpes maniobras políticas, dado el poderío militar de Rusia. De tal modo que parecería obvio que Trump tratará de realizar pronto una dramática maniobra de tal modo que pueda, por lo menos en su cabeza, un mayor respeto de parte de Putin. El reemplazo de Zelensky es la fruta que está más al alcance y es posible que él la agarre. Quizás más que sentar un nuevo equilibrio de poder entre Putin y Trump, podría tratarse de una hábil maniobra para poner en orden a los europeos. El mensaje quedará claro para Francia, Gran Bretaña y Alemania. Di la nota alta.

La idea de los europeos era que en caso que se alcanzara un acuerdo de paz, Ucrania podría albergar a miles de soldados occidentales supuestamente para frenar una amenaza rusa. Trump bien podría estar de acuerdo con eso, pero él querría ser el que los controle y no los líderes europeos y así una operación de la OTAN podría ser factible. La misma OTAN está atravesando por un ataque de pánico sísmico en torno a su propia credibilidad en la medida que se producen nuevos avances rusos en la línea del frente, muchos de sus jefes y líderes occidentales se dan cuenta que su propia credibilidad está vacilando. Se trata de la principal razón de por la que esta constante narrativa que es promovida por altos oficiales del ejército británico, que Gran Bretaña y otros países de la OTAN necesitan prepararse “para una guerra con Rusia dentro de cinco años” que sigue agitándose, aunque no se dice por qué dentro de cinco años o cualquier otra excusa que se ofrezca para siquiera demostrar esta nueva amenaza rusa, por supuesto que resulta tonto y en gran medida dirigida por la preocupación militar de que ella misma se reducirá de tamaño como más rebaja de costos que será promovida aún más fuertemente para los servicios de inteligencia que también se preocupan por sus puestos de trabajo y de ese modo la amenaza rusa tiene que ser acicalada, tal como en el caso contra Saddam Hussein que condujo hacia una inteligencia falsa como aquella justificación para la invasión de Irak el año 2003.

Para Rusia la elección de un nuevo presidente en Ucrania sería un paso positivo. Putin siempre ha estado preocupado de firmar cualquier acuerdo con Zelensky cosa que posteriormente sería abandonada dado que su propio mandato en el cargo ya expiró. Después de todo, no sería la primera vez que Occidente ha firmado un tratado de paz con Rusia, cosa que posteriormente ha sido descartada. Los Acuerdos de Minsk fueron en realidad un acuerdo falso dentro de las sucias maniobras de Occidente y por lo tanto Putin no va a firmar nada con un líder cuyo actual período en el cargo no es legítimo.

Para Trump y el Occidente, resulta obviamente ventajoso tener alguien en el poder que va a ser servil a sus intereses y rompa con la rutina de Europa, utilizando a Zelensky como una manera de lidiar con Trump. Zalushny sería el hombre de Trump y los europeos tendrían que aceptar cualquiera que sea el acuerdo que plantee Trump. Es decir, el acuerdo podría realizarse. Trump podría estar pensando en instalar a un ex jefe militar como presidente, sencillamente como una manera de construir el potencial ucraniano como una potencial amenaza contra Rusia si las relaciones entre él y Putin se deterioran otra vez, como él mismo lo dijo antes que fuera elegido para su segundo período, que una opción siempre sería fortalecer al ejército ucraniano y atacar a Rusia si él no imponía su opinión en un acuerdo de paz.

El verdadero error de Zelensky es que él no demostró el debido respeto por Trump cuando las cámaras estaban filmando, lo cual lo marcó desde el inicio como descartable. Con Zalushny la relación será más servil, aunque vale la pena notar el número de veces que dictadores en ejercicio en Occidente invariablemente se vuelven contra sus amos. El adagio que dice no muerdas la mano del que te da de comer, rara vez es respetado en estos últimos años. Típicamente se trata del patético ego de Trump que torna en enemigos a aquellos que él debiera tratar de entender y trabajar con ellos. Recientemente se dio cuenta que el “plazo” de cincuenta días que le impuso a Putin para encontrar una solución en Ucrania, lo dejó como tonto. La movida que intentó recientemente con la Unión Europea para asegurar un acuerdo de 15 por ciento en los aranceles no le daría el suficiente valor como amenazar a Putin. Diferentes jugadores y diferentes premios. El ego de Trump lo ha obligado a tomar una posición contra Putin y por cuan pobremente ha sido tratado por los europeos.

Sin embargo el imponer a Zalushny, no producirá el cambio de situación que Trump busca en momentos en que los informes sobre los avances de Rusia tomando la región se intensifican y en algún momento también la ciudad de Petrovsk en el oriente de Ucrania. Cuando eso suceda, las principales rutas de abastecimientos para el ejército ucraniano serán cerradas, lo cual permitirá a las fuerzas rusas avanzar rápidamente para tomar otras regiones vecinas. Obviamente los patanes en el Pentágono obviamente le han dicho a Trump el por qué él no tiene cincuenta días antes que la OTAN posiblemente sufra hasta ahora su mayor humillación, lo cual podría desatar una crisis de confianza entre muchos de sus miembros. ¿Cómo Tump explicará a su base MAGA que Putin ha abandonado su plan de paz y sencillamente ha decidido tomar Ucrania? ¿Le habrá dicho Zalushny como presidente y jefe del ejército que él tiene un plan que podría rechazar al ejército ruso?

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona