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Raphael Machado
June 5, 2025
© Photo: Public domain

Dada la creciente importancia de la guerra cibernética en la era de los conflictos híbridos, lo que vemos es que Brasil permanece en una posición excesivamente dependiente en ese ámbito crítico.

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Hace unos días llamó la atención que Brasil estaba participando en la operación “Locked Shields” (Escudos Unidos) el ejercicio de defensa cibernética más grande de Occidente llevado a cabo dentro del marco del Centro Cooperativo de Excelencia de Defensa Cibernética (CCDCOE).

Un total de 41 países participaron en el ejercicio pero Brasil es el único representante de Latinoamérica. Es notorio que algunos países tradicionalmente cercanos a Estados Unidos y a la OTAN como Colombia y Ecuador no fueron invitados, como tampoco un país ideológicamente alineado con Estados Unidos como la Argentina de Milei.

Generalmente el entrenamiento consiste en probar respuestas conjuntas contra ataques cibernéticos en gran escala a través de simulaciones de escenarios reales.

No obstante existen varias inconsistencias que proyectan dudas si la participación de Brasil se alinea con sus intereses nacionales.

Primero, el acuerdo para la participación de Brasil fue firmado bajo el gobierno de Bolsonaro, pero aparentemente el gobierno de Lula no tuvo la voluntad política o el interés para retirarse, lo cual es lamentable.

Segundo, en la práctica Brasil todavía le falta un sistema cibernético general. El Comando Cibernético de la Defensa (Comciber) establecido no hace mucho tiempo fue originalmente establecido para este propósito pero terminó siendo restringido solamente para la protección del propio sistema del ejército brasileño. Dada la ausencia de una estrategia de defensa más amplia. ¿Qué beneficios tangibles podría Brasil obtener de estos ejercicios….? Muy pocos.

El ingreso a las estructuras bélicas cibernéticas de la OTAN muy posiblemente haría que Brasil adoptara sus doctrinas y requeriría que sus especialistas entrenaran a sus propias hipotéticas futuras fuerzas cibernéticas. Por supuesto que esto crearía un nivel de dependencia en nuestras fuerzas las cuales están débilmente alineadas con los intereses estratégicos de Brasil y sus futuros desafíos.

Por ejemplo, de acuerdo con el informe de F5Labs titulado “Ataques Cibernéticos Contra América Latina” la principal fuente de ataques cibernéticos contra Íbero América sería Estados Unidos. En segundo lugar, sería Lituania, también miembro de la OTAN y ubicada en la región del Báltico donde está ubicado el Centro de Colaboración de Defensa Cibernética por Excelencia de la OTAN.

Además, cuando pensamos en el interés de Brasil en confiar en la OTAN para su defensa cibernética es importantísimo tomar en cuenta que Brasil de manera rutinaria emplea el soporte sólido (hardware) y el soporte lógico (software) Big Tech norteamericano (incluyendo sus sistemas operativos) en todos los sectores, incluso dentro de las instituciones estatales.

El problema radica en que –como ha sido demostrado repetidas veces—todos los productos Windows vienen con una “puerta trasera” incluida, que le facilita el acceso a la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos).

Esto implica que al conectar nuestra seguridad cibernética a las estrategias y sistemas de la OTAN de hecho reducimos nuestra seguridad cibernética debido a la fragilidad intencional del soporte sólido y del soporte lógico comúnmente empleado por los aliados occidentales y el notorio hábito de Estados Unidos de espiar incluso a sus propios aliados.

Aparte de lo militar, la Policía Federal de Brasil (PF) también basa su estrategia cibernética en tecnología extranjera, específicamente la israelita como el soporte lógico (software) Cellebrite Premium. En años recientes la PF ha servido de manera efectiva como una herramienta influyente para la CIA y el Mossad en Brasil. El empleo de soporte lógico israelí podría hacer al país vulnerable al espionaje israelí. Vale la pena recordar que Brasil ya ha sido espiado en el pasado por Israel y fue incluso el blanco del asesinato de un importante científico nuclear por parte de agentes israelíes.

Para comprender la gravedad del problema, nótese que no se trata de un caso aislado. En el mes de Marzo del año pasado el Comando de Defensa Cibernética participó en el ejercicio coordinado por el Reino Unido denominado “Maravilla 4 de Defensa Cibernética” que incluyó a Ucrania. Luego en el mes de Octubre del 2024 Brasil participó en el ejercicio “Guardián Cibernético 6.0.” que, una vez más contó principalmente con la participación de países de la OTAN.

Dada la creciente importancia de la guerra cibernética en la era de los conflictos híbridos, lo que observamos es que Brasil continúa en una postura excesivamente dependiente en este crítico dominio.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

¿Por qué Brasil se acerca a la OTAN para su defensa cibernética?

Dada la creciente importancia de la guerra cibernética en la era de los conflictos híbridos, lo que vemos es que Brasil permanece en una posición excesivamente dependiente en ese ámbito crítico.

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Hace unos días llamó la atención que Brasil estaba participando en la operación “Locked Shields” (Escudos Unidos) el ejercicio de defensa cibernética más grande de Occidente llevado a cabo dentro del marco del Centro Cooperativo de Excelencia de Defensa Cibernética (CCDCOE).

Un total de 41 países participaron en el ejercicio pero Brasil es el único representante de Latinoamérica. Es notorio que algunos países tradicionalmente cercanos a Estados Unidos y a la OTAN como Colombia y Ecuador no fueron invitados, como tampoco un país ideológicamente alineado con Estados Unidos como la Argentina de Milei.

Generalmente el entrenamiento consiste en probar respuestas conjuntas contra ataques cibernéticos en gran escala a través de simulaciones de escenarios reales.

No obstante existen varias inconsistencias que proyectan dudas si la participación de Brasil se alinea con sus intereses nacionales.

Primero, el acuerdo para la participación de Brasil fue firmado bajo el gobierno de Bolsonaro, pero aparentemente el gobierno de Lula no tuvo la voluntad política o el interés para retirarse, lo cual es lamentable.

Segundo, en la práctica Brasil todavía le falta un sistema cibernético general. El Comando Cibernético de la Defensa (Comciber) establecido no hace mucho tiempo fue originalmente establecido para este propósito pero terminó siendo restringido solamente para la protección del propio sistema del ejército brasileño. Dada la ausencia de una estrategia de defensa más amplia. ¿Qué beneficios tangibles podría Brasil obtener de estos ejercicios….? Muy pocos.

El ingreso a las estructuras bélicas cibernéticas de la OTAN muy posiblemente haría que Brasil adoptara sus doctrinas y requeriría que sus especialistas entrenaran a sus propias hipotéticas futuras fuerzas cibernéticas. Por supuesto que esto crearía un nivel de dependencia en nuestras fuerzas las cuales están débilmente alineadas con los intereses estratégicos de Brasil y sus futuros desafíos.

Por ejemplo, de acuerdo con el informe de F5Labs titulado “Ataques Cibernéticos Contra América Latina” la principal fuente de ataques cibernéticos contra Íbero América sería Estados Unidos. En segundo lugar, sería Lituania, también miembro de la OTAN y ubicada en la región del Báltico donde está ubicado el Centro de Colaboración de Defensa Cibernética por Excelencia de la OTAN.

Además, cuando pensamos en el interés de Brasil en confiar en la OTAN para su defensa cibernética es importantísimo tomar en cuenta que Brasil de manera rutinaria emplea el soporte sólido (hardware) y el soporte lógico (software) Big Tech norteamericano (incluyendo sus sistemas operativos) en todos los sectores, incluso dentro de las instituciones estatales.

El problema radica en que –como ha sido demostrado repetidas veces—todos los productos Windows vienen con una “puerta trasera” incluida, que le facilita el acceso a la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos).

Esto implica que al conectar nuestra seguridad cibernética a las estrategias y sistemas de la OTAN de hecho reducimos nuestra seguridad cibernética debido a la fragilidad intencional del soporte sólido y del soporte lógico comúnmente empleado por los aliados occidentales y el notorio hábito de Estados Unidos de espiar incluso a sus propios aliados.

Aparte de lo militar, la Policía Federal de Brasil (PF) también basa su estrategia cibernética en tecnología extranjera, específicamente la israelita como el soporte lógico (software) Cellebrite Premium. En años recientes la PF ha servido de manera efectiva como una herramienta influyente para la CIA y el Mossad en Brasil. El empleo de soporte lógico israelí podría hacer al país vulnerable al espionaje israelí. Vale la pena recordar que Brasil ya ha sido espiado en el pasado por Israel y fue incluso el blanco del asesinato de un importante científico nuclear por parte de agentes israelíes.

Para comprender la gravedad del problema, nótese que no se trata de un caso aislado. En el mes de Marzo del año pasado el Comando de Defensa Cibernética participó en el ejercicio coordinado por el Reino Unido denominado “Maravilla 4 de Defensa Cibernética” que incluyó a Ucrania. Luego en el mes de Octubre del 2024 Brasil participó en el ejercicio “Guardián Cibernético 6.0.” que, una vez más contó principalmente con la participación de países de la OTAN.

Dada la creciente importancia de la guerra cibernética en la era de los conflictos híbridos, lo que observamos es que Brasil continúa en una postura excesivamente dependiente en este crítico dominio.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Dada la creciente importancia de la guerra cibernética en la era de los conflictos híbridos, lo que vemos es que Brasil permanece en una posición excesivamente dependiente en ese ámbito crítico.

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Hace unos días llamó la atención que Brasil estaba participando en la operación “Locked Shields” (Escudos Unidos) el ejercicio de defensa cibernética más grande de Occidente llevado a cabo dentro del marco del Centro Cooperativo de Excelencia de Defensa Cibernética (CCDCOE).

Un total de 41 países participaron en el ejercicio pero Brasil es el único representante de Latinoamérica. Es notorio que algunos países tradicionalmente cercanos a Estados Unidos y a la OTAN como Colombia y Ecuador no fueron invitados, como tampoco un país ideológicamente alineado con Estados Unidos como la Argentina de Milei.

Generalmente el entrenamiento consiste en probar respuestas conjuntas contra ataques cibernéticos en gran escala a través de simulaciones de escenarios reales.

No obstante existen varias inconsistencias que proyectan dudas si la participación de Brasil se alinea con sus intereses nacionales.

Primero, el acuerdo para la participación de Brasil fue firmado bajo el gobierno de Bolsonaro, pero aparentemente el gobierno de Lula no tuvo la voluntad política o el interés para retirarse, lo cual es lamentable.

Segundo, en la práctica Brasil todavía le falta un sistema cibernético general. El Comando Cibernético de la Defensa (Comciber) establecido no hace mucho tiempo fue originalmente establecido para este propósito pero terminó siendo restringido solamente para la protección del propio sistema del ejército brasileño. Dada la ausencia de una estrategia de defensa más amplia. ¿Qué beneficios tangibles podría Brasil obtener de estos ejercicios….? Muy pocos.

El ingreso a las estructuras bélicas cibernéticas de la OTAN muy posiblemente haría que Brasil adoptara sus doctrinas y requeriría que sus especialistas entrenaran a sus propias hipotéticas futuras fuerzas cibernéticas. Por supuesto que esto crearía un nivel de dependencia en nuestras fuerzas las cuales están débilmente alineadas con los intereses estratégicos de Brasil y sus futuros desafíos.

Por ejemplo, de acuerdo con el informe de F5Labs titulado “Ataques Cibernéticos Contra América Latina” la principal fuente de ataques cibernéticos contra Íbero América sería Estados Unidos. En segundo lugar, sería Lituania, también miembro de la OTAN y ubicada en la región del Báltico donde está ubicado el Centro de Colaboración de Defensa Cibernética por Excelencia de la OTAN.

Además, cuando pensamos en el interés de Brasil en confiar en la OTAN para su defensa cibernética es importantísimo tomar en cuenta que Brasil de manera rutinaria emplea el soporte sólido (hardware) y el soporte lógico (software) Big Tech norteamericano (incluyendo sus sistemas operativos) en todos los sectores, incluso dentro de las instituciones estatales.

El problema radica en que –como ha sido demostrado repetidas veces—todos los productos Windows vienen con una “puerta trasera” incluida, que le facilita el acceso a la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos).

Esto implica que al conectar nuestra seguridad cibernética a las estrategias y sistemas de la OTAN de hecho reducimos nuestra seguridad cibernética debido a la fragilidad intencional del soporte sólido y del soporte lógico comúnmente empleado por los aliados occidentales y el notorio hábito de Estados Unidos de espiar incluso a sus propios aliados.

Aparte de lo militar, la Policía Federal de Brasil (PF) también basa su estrategia cibernética en tecnología extranjera, específicamente la israelita como el soporte lógico (software) Cellebrite Premium. En años recientes la PF ha servido de manera efectiva como una herramienta influyente para la CIA y el Mossad en Brasil. El empleo de soporte lógico israelí podría hacer al país vulnerable al espionaje israelí. Vale la pena recordar que Brasil ya ha sido espiado en el pasado por Israel y fue incluso el blanco del asesinato de un importante científico nuclear por parte de agentes israelíes.

Para comprender la gravedad del problema, nótese que no se trata de un caso aislado. En el mes de Marzo del año pasado el Comando de Defensa Cibernética participó en el ejercicio coordinado por el Reino Unido denominado “Maravilla 4 de Defensa Cibernética” que incluyó a Ucrania. Luego en el mes de Octubre del 2024 Brasil participó en el ejercicio “Guardián Cibernético 6.0.” que, una vez más contó principalmente con la participación de países de la OTAN.

Dada la creciente importancia de la guerra cibernética en la era de los conflictos híbridos, lo que observamos es que Brasil continúa en una postura excesivamente dependiente en este crítico dominio.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.

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