Aleksandr DUGIN
Únete a nosotros en Telegram , Twitter
y VK
.
Escríbenos: info@strategic-culture.su
La declaración de Trump de que «Putin está jugando con fuego» es bastante desagradable, pero no significa que el líder estadounidense se alarmara por las acciones o planes de nuestro presidente. Lo que pasa es que Trump ha comenzado a tomarse en serio el problema de Ucrania y ha empezado a verlo desde diferentes ángulos.
Lo que Trump escribió, que no hemos citado muy a menudo, decía lo siguiente: “Putin quiere toda Ucrania”.
Eso significa desde nuestra perspectiva la liberación de toda Ucrania del régimen nazi. Es en este sentido que se quiere toda Ucrania. Para que no quede ningún rastro, ninguna posibilidad para que resurja el neonazismo, el terrorismo y el extremismo que se ha hecho ilegalmente con el poder en un territorio que históricamente hace parte de nuestro espacio cultural, geopolítico y político. Es decir, es un asunto interno.
Trump quiere sinceramente detener la guerra y en esto, en mi opinión, no está engañando o mintiendo. Pero no sabe lo que es esta guerra. Primero la llamó «la guerra de Biden», ahora dice que es «la guerra de Biden, Zelensky y Putin». Pero lo más importante es que se ha dado cuenta de que no es su guerra. Sin embargo, él se encuentra en medio de ella. Además, varios círculos globalistas y neoconservadores le empujan a seguir participando en esta guerra «que no es suya», lo que le traerá muchos problemas.
Quiere de verdad acabar con esta guerra, pero no sabe cómo. Y cuando se sumerge en el problema, tratando de entender quién lucha contra quién, por qué, cuáles son sus planes – más allá de la propaganda –, descubre un panorama completamente distinto del talante y las formas en que se le presenta este conflicto en Occidente. Se da cuenta de que el asunto es muy serio y de que, efectivamente, hay «líneas rojas» que los rusos nunca cruzaremos. Ucrania debe liberarse del régimen nazi, debe ser diferente. Y hasta que no sea fundamentalmente diferente, la guerra no terminará.
Pero Trump quiere que la guerra termine lo antes posible y está bajo mucha presión desde todas partes. Principalmente de la gente que le odia. Macron, Starmer, los dirigentes canadienses (el recién elegido primer ministro Carney es tan liberal como Trudeau), Mertz, el mismo Partido Demócrata estadounidense, los globalistas y el «Estado diplomático» que quieren que Trump participe en esta guerra y lance una ofensiva contra Rusia, lo que llevaría a la destrucción de sus principales oponentes: Putin y … Trump.
Por supuesto, Trump se ha dado cuenta de ello. Pero está entre la espada y la pared. Quiere detener la guerra, que por el momento es simplemente imposible de detener. Pero aún no está preparado para aceptar nuestras condiciones, porque aún no ha «madurado» o «comprendido» lo suficiente el problema. Y al ser atacado simultáneamente por todos lados en otros temas – aranceles, política interior, el bloqueo de cualquiera de sus decisiones por parte de la comunidad judicial, que resultó ser una red al servicio de Soros – y al ver que no consigue hacer gran cosa, se termina decepcionando de toda la situación.
Al final, nadie en nuestra cúpula se detuvo mucho en esta desagradable, dura y poco diplomática declaración de Trump respecto a Rusia, considerándola sólo un ataque de nervios. Sí, según todos los indicios, fue un ataque de nervios. Pero al mismo tiempo, él entiende perfectamente que necesitamos toda Ucrania, pero no está dispuesto a darnos toda Ucrania. Ese es el problema.
Pero el tiempo lo cura todo. Creo que muchas cosas se resolverán cuando se celebra una cumbre entre Trump y Putin. Y en esta conversación cara a cara la cuestión de Ucrania pasará de ser el tema central a convertirse en un problema periférico. Tenemos cosas mucho más importantes que discutir y ciertos aspectos en común. Rusia, Estados Unidos y China, tres Estados-civilización que tienen que repartirse sus zonas de influencia en este nuevo mundo multipolar. Esto es de lo que creo que tienen que hablar Trump y Putin. Ucrania no es un tema que deba discutirse en estos momentos.
Así que yo me limitaría a ignorar un lenguaje tan duro, como está haciendo con mucha sensatez, sabiduría y diplomacia nuestro presidente. No hagamos un escándalo de las burdas palabras de Trump. Somos una gran potencia que sabe lo que vale y los demás también lo saben.
Lo que tenemos que hacer ahora es prepararnos para una campaña militar fuerte y eficaz este verano, liberando la mayor cantidad posible de territorio ucraniano e impidiendo al mismo tiempo que el enemigo invada nuestro territorio. Y si lo conseguimos, entonces Trump empezará poco a poco a tratarnos de forma diferente. Pero primero, necesitamos una Victoria militar: una que sea brillante, exitosa, poderosa y a gran escala. Y entonces la conversación será diferente.
En cuanto a las amenazas de Trump, ya las hemos oído muchas veces: son Biden y la Unión Europea. De hecho, quiere decir que si pasa algo, Rusia puede recibir un ataque nuclear de Estados Unidos. Pero Estados Unidos también puede recibir un ataque nuclear de Rusia. Ese sería el peor escenario y no quiero que estas amenazas continúen en absoluto. No es una conversación seria. Trump no es Trump si se limita a seguir el peor escenario planteado por las políticas globalistas de Biden y el «estado diplomático». Creo que este tema se debería dar por zanjado y no contestarlo.
Pero si realmente quieren escalar la guerra, bueno, estamos listos para cualquier cosa, y estamos listos para responder también. Pero es mejor callarse.
Publicado originalmente por Diego Fusaro.
Traducción:InfoPosta