Ron Ridenour, veterano escritor y activista anti imperialista sostiene que él está feliz de ver a Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
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Ron Ridenour, veterano escritor y activista anti imperialista sostiene que él está feliz de ver a Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Pero no por ninguna razón positiva acerca de Trump como político o su gobierno. Ridenour manifiesta desprecio por el presidente número 47 (y por muchos de sus antecesores en la Casa Blanca).
La matonesca política exterior de Trump podría acuñarse como diplomacia FAFO: “jodiendo y averiguando.”
Ridenour, autor del libro titulado “La Amenaza Rusa a la Paz” sostiene que Trump es “bueno” en el sentido que está denunciando la charada de las denuncias yanquis acerca de la democracia y “proteger a sus aliados” de parte del denominado “mundo libre”.
Trump está insensata y volublemente explotando los mitos acerca de sus aliados occidentales y supuestos valores occidentales sobre la democracia y respeto por el derecho internacional.
Los señalamientos acerca de las virtudes Occidentales y de Estados Unidos son extremadamente absurdos. En las ocho décadas desde el fin de la II Guerra Mundial, Estados Unidos y sus aliados han provocado más guerras que ninguna otra nación — y aún así ellos se atreven de motejar a Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Venezuela, Cuba y otros como “amenazas” para la seguridad mundial.
Rifenour se refiere al último escándalo (entre muchos otros) de Trump exigiendo la adquisición del territorio de Groenlandia para ponerlo bajo el control de Estados Unidos. Su amenaza de tomar la Isla del Ártico a la fuerza si es necesario de lo que ha sido una potencia colonialista europea como Dinamarca, está arrojando a toda la alianza transatlántica entre Estados Unidos y Europa hacia un total alboroto y caos.
Al hacerlo, Trump está dándose a conocer a si mismo, provocando la caída del orden occidental dirigido por Estados Unidos, sostiene Ridenour. Ese orden siempre fue del dominio imperialista y de una minoría de naciones privilegiadas sobre una gran mayoría. A partir de esa dominación se produjeron interminables guerras, conflictos, degradaciones y pobreza.
Trump no es nada diferente en términos de ser otro arrogante presidente imperialista que cree que Estados Unidos cuenta con un derecho excepcional para dominar. Pero lo que lo hace diferente es el sin dorar la píldora y bombástico estilo que esfuma la charada del poderío “benevolente” norteamericano y sus aliados occidentales.
Pateando traseros, como lo está haciendo Trump, es solo la cruda patanería imperialista la cual demuestra la realidad de la política exterior norteamericana y de sus supuestos aliados que no son otra cosa que patéticos lacayos.
Trump no tiene la intención pero lo está demostrando muy efectivamente, el verdadero carácter de la política exterior de Estados Unidos y también está demostrando la cobarde naturaleza de los gobiernos europeos como abyectos lacayos que son serviles ante el poder de Estados Unidos en vez de representar las verdaderas necesidades democráticas de sus pueblos.
Más temprano que tarde, la clase trabajadora europea y norteamericana deberán darse cuenta de la ilegitimidad de sus gobernantes y de su podrido sistema belicista de explotación capitalista — y entonces luchará para organizar mejores sociedades y un mundo mejor de paz, justicia y genuino desarrollo.
Ridenour sostiene que el nuevo orden multipolar prometido por las naciones del BRICS del Sur Global (mayoría mundial) encabezada por Rusia y por China y otros, está planteando un desafío histórico al corrupto orden occidental.
Según Ridenour, el nuevo presidente de Estados Unidos es el primero y único dentro de un largo período que es brutalmente anti diplomático respecto del poderío norteamericano y cómo se relaciona con el resto del mundo. Esa brutal realidad hace que el orden Occidental y la OTAN sea insostenible. Es por eso es que el veterano agitador anti-imperialista, Ron Ridenour, estimula a Trump para que haga lo peor. Luego del caos y el desastre tal vez surja una nueva política de resistencia para hacer un mundo mejor.
La primera orden del día es deshacerse de las mentiras, las falsas pretensiones y virtud de la democracia occidental. Trump se parece a una bola de demolición que está acelerando el proceso. Podría haber muchas perturbaciones, durezas y sufrimientos más adelante pero una vez saliendo del caos desatado por Trump algo bueno podría surgir si la gente se da cuenta qué está en juego y por qué ellos tienen que luchar.
De manera bombástica Trump declara que él está haciendo a Estados Unidos Grande Otra Vez. Más que eso, él está acelerando una revolución y ni siquiera se da cuenta, revolución donde los oligarcas mil millonarios como él eventualmente serán derribados.
Eso, si Trump no es derribado por el Estado Profundo que podría percibirlo como demasiado inquieto o una insoportable amenaza para el Impero norteamericano y su estafa hegemónica global.
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona