Lo único que hará Trump, es interpretar el papel que le asignen las élites del establishment y a éstos las circunstancias históricas objetivas.
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He visto hacer muchas predicciones y cábalas acerca del gobierno del republicano Donald Trump, próximo a iniciar en enero de 2025. Todas desde el día uno son una moneda al vacío en tanto las amenazas lanzadas por el presidente aun no posesionado como las nominaciones que hace nada tienen que ver con sus promesas de campaña, pero sí mucho con la línea marcada por el establishment estadounidense. La espada de Damocles vuelve a blandirse sobre la nuca de Europa y la zozobra parece un síntoma adicional en el ‘jardín de Joseph Borrell’. Son muchos los comentarios espectaculares del próximo presidente. Pareciera más bien la forma pura de la tan mentada ‘ambivalencia estratégica’, que por estos días y desde la peculiar amenaza de Emanuel Macron sobre mandar tropas francesas al frente ucraniano, se ha vuelto término regular en el escenario mediático.
En lo personal aprecio que solo cuando se posesione – si se posesiona – y forme un gabinete, el mismo se sostenga por al menos seis meses, se tengan las primeras sesiones de las cámaras donde los republicanos son mayoría y apreciemos los empalmes de las carteras más fuertes en defensa, seguridad, inteligencia, diplomacia así como la permanencia o cambio del presidente de la Reserva Federal, elegido por el presidente y ratificado o negado por el Senado, podremos ver mejor qué será del segundo mandato del hijo de inmigrantes, abuelo alemán y madre escocesa. La pregunta clave en el ir y venir de comentarios que sólo llenan de titulares toda la prensa global e incluso animan estas líneas es: ¿por qué expertos, indicadores económicos y prensa dan tanta relevancia a comentarios de un presidente NO en funciones todavía?
Ipso facto, podría decirse que se debe a que es el próximo presidente de una nación poderosa, a que es un personaje que vende prensa, vende imagen y acapara por la divergencia de sus ideas y lo disparatadas que a la vez son. Los indicadores económicos a futuro podrían tenerlo presente como una variable más en el espectro ‘futuro’. Pero que se crean las cosas que espeta como promesa a cumplir es preocupante y en ese sentido va mi escepticismo a continuación.
Amenazas extremas
El canciller Sergei Lavrov, en entrevista con Tucker Carlson de noviembre 5 de 2024, señaló respecto a la forma en que las presidencias salientes se comportan respecto al arribo de Trump, enlodando la ‘posible’ apertura de diálogo ruso-estadounidense:
Juzgaremos por las acciones concretas. Es evidente que a la Administración Biden le gustaría dejar ese legado a la Administración Trump. Es parecido a lo que el presidente Obama le hizo a Donald Trump. Esto ocurrió durante la primera presidencia de Donald Trump, a finales de diciembre del 2016. Barack Obama expulsó a diplomáticos rusos justo a finales de diciembre.
Asimismo, recordó que durante la presidencia de Trump se pusieron varias sanciones a Rusia, descartando con ello el mito de un Trump pro ruso. en este sentido, T. Carlson es más que un periodista con impronta propia. Es un emisario sin background diplomático del gobierno entrante y aspira con estas acciones mediáticas hacer las funciones que Blinken dejó de hacer hace años respecto a Rusia. Sin embargo, es bueno revisar lo que dijeron los nominados como asesores de seguridad, Mike Waltz, congresista de Florida y ex boina verde, y el comentarista político Sebastián Gorka, específicamente aconsejando sobre la lucha contra el terrorismo. El primero está encargado de negociaciones para el fin del conflicto en Ucrania y señaló que, “Necesitamos discutir quién está en esa mesa, si habrá un acuerdo, una tregua, cómo poner a ambas partes en la mesa de negociaciones y luego cuál es el alcance del acuerdo”. Pero desde el año 2020 en varias entrevistas en CNN y Fox News en 2022, ha señalado de manera abierta que Rusia es un enemigo de EE.UU., le ha señalado de “Estado canalla” y en comunicados de prensa ha declarado a Rusia y China como amenaza a la seguridad nacional estadounidense. También señaló que Rusia ni Putin se atrevieron con Trump en un mitin de campaña.
Por su parte, en 2023 Eric Lendrum, retoma al británico, Sebastián Gorka, que en su portal ya por el año 2022 señalaba que:
Esta guerra, que ya ha pasado su día número 300, es muy importante para Estados Unidos. ¿Por qué? Porque es malo que antiguos coroneles de la KGB, matones y asesinos, invadan cualquier país, sea corrupto o no, especialmente un coronel de la KGB como Vladimir Putin, que durante los últimos 20 años como presidente ha estado diciendo: “No sólo Ucrania, sino también Polonia y los Estados bálticos son naciones ilegítimas y falsas que no tienen derecho a existir”. No es bueno siquiera tolerar eso, y mucho menos permitir que suceda. Por otro lado, enviar decenas de miles de millones de dólares a Kiev sin ninguna rendición de cuentas en la práctica tampoco es estratégico.
Recientemente volvió a referirse del Presidente Putin, en los siguientes términos: “… le diría a ese excoronel asesino de la KGB, a ese cabrón que dirige la Federación de Rusia: o negocias ahora o la ayuda que le hemos dado a Ucrania hasta ahora parecerá una miseria”.
A ello se puede sumar al general Keith Kellogg, nominado como enviado especial para Rusia y Ucrania, quien señala, recogiendo sus palabras en CNN:
Kellogg dedica la mayor parte del tiempo a reprochar la actuación de Biden, afirmando que su administración prestó muy poca ayuda letal y demasiado tarde. Dice que la decisión de Trump de dar la primera ayuda letal a Ucrania en 2018 transmitió la fuerza necesaria para enfrentarse a Putin, y que el enfoque suave de Trump hacia el jefe del Kremlin –no demonizándolo como ha hecho Biden– le permitirá llegar a un acuerdo.
Kellogg dice que se deberían haber dado más armas antes de la invasión rusa, e inmediatamente después, para que Ucrania pudiera ganar.
El nominado a secretario de Estado, el hispano Marco Rubio, no es menos beligerante y en su agenda estará muy presente América Latina y el Caribe y en tal sentido la proximidad de Rusia y China sobre la región.
Hasta aquí vemos las amenazas sobre un eje clave en la actualidad global que tienen que ver con la contención, derrota estratégica o reducción y alineamiento de Rusia dentro del ‘orden basado en reglas’. Quedan por fuera más declaraciones de tipo amenazante o al menos poco esperanzadoras respecto al rumbo de la guerra en Ucrania – entre pueblos hermanos – y negociaciones eficaces entre los actores clave: Rusia, Estados Unidos e Inglaterra, quien se niega con más fuerza a cualquier tipo de acuerdos. En este sentido, volviendo sobre la entrevista a Sergei Lavrov, por parte de Tucker C. se puede apreciar:
TUCKER CARLSON: […] ¿Con qué intensidad se está manteniendo el diálogo a través de canales cerrados entre Rusia y Estados Unidos? ¿Se ha discutido algo en los últimos dos años y medio? ¿Hay negociaciones en curso al respecto?
SERGUÉI LAVROV: […] Ha habido varios intercambios de este tipo. También hay canales que no se hacen públicos, pero básicamente los estadounidenses transmiten a través de ellos lo mismo que dicen públicamente: “tenemos que parar”, “tenemos que aceptar las necesidades de Ucrania y su posición”. Apoyan esta Fórmula de paz de Zelenski, absolutamente carente de sentido, que recientemente se ha complementado con un ‘plan de victoria’.
Es decir, la visión atlántica, imperial, dominante, sea republicana o demócrata, sólo se mueve desde la amenaza extrema. la visión del trumpismo más que del republicanismo, no puede escapar de esta paradoja de la proyección del poder, que señala el realista político John Mearsheimer: Estados Unidos nunca negociará desde una posición de igualdad ni debilidad. Negociará desde una posición de fuerza y llevará la misma hasta las últimas consecuencias.
No se sabe si esta cartera nominada se mantendrá por mucho tiempo, si es una finta, un bulo, como sea. Lo clave es que en las obras nunca coinciden las intensiones señaladas y las formas en que se sustenta la promesa de campaña de Donald Trump. ¿Es esto ambivalencia estratégica? ¿Quién dudaría de la esencia amañada y vil del estilo anglosajón? Figuras como Robert Kennedy Jr. y Tucker Carlson en la esfera de poder, como emisario indirecto el segundo, como demócrata de línea clásica en la memoria de tío y padre, el primero, son bemoles que no definen ni inciden en la doctrina del estado profundo. Tener a Gorka en el poder, como consejero, viniendo de la inteligencia británica y como un posible activo o doble agente, no es menos preocupante, de ser ratificado por el Senado en 2025. Hacer ‘América grande de nuevo’ con un doble agente. Muy original. Como sea, el guion general está escrito y Trump no tiene margen de maniobra, ni le interesa. La motivación de un estadounidense empresario sólo es el poder, el dinero. Hacer América grande de nuevo – MAGA – mientras invierte en China y la nieta canta y declama en mandarín.
Las otras amenazas extremas
A sus vecinos y socios del T-MEC, México y Canadá, ha señalado Trump que les impondrá aranceles del 25% si no resuelven la migración ilegal en la frontera. Justin Trudeau viajó a Mar a-Lago a entrevistarse con Trump al respecto. A China promete imponer aranceles del 10% en las exportaciones del país asiático a Estados Unidos. Asimismo, lanzó una amenaza a quien ose alejarse del dólar como moneda de transacción internacional, de un 100% de arancel. Esto se dirige básicamente contra el grupo BRICS+.
Los presidentes de Rusia y México han respondido en los términos necesarios respecto a estas amenazas, que economistas estadounidenses y de otras latitudes consideran imposibles o un disparate en toda regla. El maltrato a la propia economía y empresariado estadounidense sería significativo. El registro de las sanciones, quince paquetes de sanciones europeas a Rusia, – frustrado este último – demuestra la ineficacia y el maltrato a la propia comunidad europea agrícola y empresaria. China ya ha sancionado trece empresas estadounidenses que vendieron armas a Taiwán y ha prohibido la exportación de minerales estratégicos para los sectores de defensa de dicha nación.
No parece, por lo visto, ser Trump un presidente que quiera innovar en términos de llevarse bien con los socios. Su estilo es así. No hizo ninguna guerra armada en su primer mandato, pero ha de heredar una. Deberá saber negociar y atender las demandas de sus patrocinadores. En mi concepto Trump sabía de las directrices de Biden respecto a atacar con misiles a profundidad a Rusia. también sabe qué más le van a dejar andando para enero, como son las desestabilizaciones crecientes en Georgia, Rumanía, Siria y seguramente Moldavia – Transnistria, así como África en zonas donde se despliegan rusos y chinos. Está comprometido con la continuación del genocidio israelí en Palestina, Líbano y Jordania. Tensará la cuerda con Irán. Él mismo abandonó de manera unilateral el tratado TNP entre la nación persa y los garantes del formato.
El cuento de que es una sorpresa para Trump, que no lo dejarán hacer la paz en Ucrania que él quería es mentira. La propia propuesta de Gorka y Kellogg, hablan de respaldo al plan de diez puntos del presidente ilegítimo Zelensky. Pero como dije al inicio de esta reflexión, hasta no tener un gabinete aprobado por el Senado y se pase de candidato a presidente electo a presidente en funciones, nada se podrá decir con certeza, salvo una cosa: la política agresiva estadounidense continuará hasta las últimas consecuencias, que pueden implicar una escalada nuclear.
Europa ante Trump
Hay que sumar los comentarios que en febrero de 2024 lanzó Trump sobre Europa, animando a Rusia a atacar a tal región. La postura de Trump ante la OTAN, que los socios de Europa deben pagar más por su seguridad, inquieta o al menos es un chantaje en ciernes y posible. Ya la administración demócrata saliente ha debilitado a Europa y salvo cambios sustanciales en las elecciones alemanas, italianas y francesas con el quiebre del gobierno actual, de donde emanen liderazgos nacionalistas que quieran hacer una política para Europa y no para Estados Unidos e Inglaterra, le será fácil a Trump someterlos. Por ahora, los europeos pretenden un fondo de 500 mil millones de euros para defensa, ante la llegada de Trump.
En la revista Política Exterior de junio de 2023 se publicó un artículo titulado, ¿Una Europa vasalla de EEUU?, donde se aprecia una renuncia al liderazgo global que entró en la fase crítica de cara a la guerra en Ucrania y el zenit de la competencia chino – estadounidense. Así el Estado de bienestar, el nivel de ingresos, las tendencias flexibles en política de género, migración y energías limpias, le han tomado desprevenida y en una crisis proyectada que apenas inicia, pero ya hace desastres. Básicamente la fementida pandemia COVID-19 mostró la autofagia de la Unión Europea, disputando en los puertos mascarillas, medicamentos, respiradores artificiales y priorizando y acaparando vacunas. En esto, Portugal, España, Grecia e Italia sufrieron el mayor impacto, que al día de hoy es debate y memoria en aquellos países.
Una Europa que se apreciaba estable con precios del gas y combustibles desde Rusia para sus industrias, que tenía en tal nación una costumbre de exportaciones manufactureras y agrícolas se vino abajo desde las primeras sanciones impuestas por la administración Obama y la Unión Europea de esos años, en el contexto del Euromaidán y la adhesión de Crimea a Rusia. Con la guerra en Ucrania y más sanciones, se ha recrudecido el descontento del campo. También se oponen los campesinos mecanizados a tratados como el Mercosur desde el sector agrícola.
La Europa que señaló que debían tener una cuota de migración por país – Pacto Migratorio Europeo, de la Comisión Europea – indica que quien no acoja migrante, debe pagar 20 mil euros por cada devolución. Todos deben ayudar y tener unas cuotas de asilo, que ya algunos países han negado aceptar, incluida Bélgica. La afluencia migratoria se ha disparado desde el año 2010, si se aprecia el Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024. Al ver a África en la pág. 57, se comprende el aumento de la migración intra continental y hacia Europa, Asia y Norteamérica, entre 1990 y 2020. La migración en el mismo lapso de asiáticos fuera de Asia, pone como principal atractivo a Europa, con cerca de 20 millones en 30 años, claro está dicha cifra contempla migración a Estados Unidos de otros 20 millones. (pág. 67)
Si comparamos la tasa de natalidad entre los primeros cinco países de Europa y de África, por ser la comparación con la migración más abundante hacia Europa, Níger, Angola, Uganda, Mali, Benín, ostentan entre 48 nacimientos por cada mil habitantes el primero, y 42 el quinto. En Europa, el primero es Turquía con 15 nacimientos por cada mil habitantes y Noruega el quinto con 12. Ambos registros a 2020.
Así cuando vemos migración y demografía, se puede comprender qué pasa con el fenómeno europeo, que se describe en la página de la comisión Europea, con el título, Los efectos del cambio demográfico en Europa. Señalan allí la caída proyectada de la tasa de natalidad y el envejecimiento; razón por la cual:
Dado que la población europea en edad de trabajar está disminuyendo, para mantener el crecimiento económico tenemos que incorporar a más personas en el mercado laboral o aumentar la productividad a través de los avances tecnológicos y el desarrollo de capacidades.
Es evidente que incorporan a más personas antes que cambio tecnológico con todo lo que está pasando en términos energéticos y despido de obreros (120.000) en Alemania de Volkswagen, no por mecanización sino por pérdida de competitividad con China, entre otras afugias del ‘jardín de Borrell’.
En este sentido, tras una política woke europea, que desestimula aún más la procreación, el laicismo hueco configurado a partir de una prepotencia tecnológica y de bienestar social inmeditada así como la propia pérdida de poder adquisitivo y de ahorro, la juventud europea no procrea y con ello El porcentaje de población europea en el mundo está disminuyendo, y se calcula que en 2070 se situará en torno al 4 %, frente al 6 % actual. La migración ha comenzado cada vez más a agudizar la situación de Europa, de una Europa sin europeos, y con tasas de migración altas y fecundas, procreando, exigiendo ciudadanía, ergo Estado de Bienestar, en el momento en que éste se acaba para los propios ciudadanos nativos del ‘jardín’.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con la próxima gestión de Trump? Si retomamos el Informe sobre las migraciones en el mundo 2024, al ver la migración de Latinoamérica y el Caribe, (pág. 90) en el mismo periodo, 1990 – 2020, de los casi 35 millones de migrantes de tal periodo, al menos 25 millones tienen como destino Estados Unidos. Es obvio que por distancia tanto Europa es más atractivo para los africanos como Norteamérica para los latinos. La preocupación europea, ante un Donald Trump más agresivo y que creó el cargo de ‘zar de la frontera’ a Tom Homan, es que de cumplir de manera agresiva con metas de deportación, que en el artículo de New York Times, Redadas, campamentos y deportaciones masivas los planes migratorios de Donald Trump: Trump quiere revivir las políticas fronterizas de su primer periodo, entre ellas la prohibición del ingreso de personas de ciertas naciones con mayoría musulmana y el Título 42, los autores señalan entre otras cosas que:
Para ayudar a acelerar las deportaciones masivas, Trump está preparando una gran ampliación de una forma de remoción que no requiere de audiencias con el debido proceso. Para ayudar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) a llevar a cabo redadas masivas, Trump planea reasignar otros agentes federales y sumar a la tarea a policías municipales y efectivos de la Guardia Nacional aportados voluntariamente por los estados gobernados por republicanos.
Para aliviar la presión sobre los centros de detención del ICE, Trump desea construir campamentos enormes para detener personas mientras sus casos son procesados y esperan sus vuelos de deportación. Además, con el fin de sortear cualquier negativa del Congreso para apropiarse de los recursos necesarios, Trump redirigiría dinero del presupuesto del ejército, como lo hizo en su primer mandato para invertir más dinero en el muro fronterizo del que el Congreso había autorizado.
Si bien Europa ha iniciado a recular con la política migratoria ante la avalancha de migración africana, base del negocio de diversas ONG’s que lucran con el tráfico de migrantes, los propios cárteles que intervienen en tal actividad, vinculada con drogas, pedofilia, prostitución y mano de obra barata para maquila, todo esto como un boomerang ante el desastre que ha implicado confinar a esa región al atraso, la pobreza y la guerra, una política migratoria fuerte en Estados Unidos podría desviar la migración latina y caribeña hacia Europa. También podría afectar a México como última instancia del periplo, en espera del cambio de administración. Esto último es más probable.
Diré algo incómodo, distante de la corrección política: la movilidad internacional transfronteriza no sólo implica el derecho de quien migra sino el derecho de las zonas receptoras de la migración, al poner en tensión la cultura, la calidad de vida, la redistribución de las asignaciones presupuestales para salud, educación, vivienda, proporción de nativos y foráneos a futuro y también políticas de empleo. En ese sentido, el asunto migratorio no es problema o accidente macabro de la próxima administración Trump. Es consecuencia del desarrollo de fuerzas productivas y relaciones sociales de producción que entraron en un estrés ante el desarrollo tecnológico con mayor calidad de vida en los polos de desarrollo euro atlánticos y la marginalidad, la pobreza y la guerra en las periferias. A esto se suma que la paulatina eficiencia tecnológica desplaza mano de obra nativa de varios lugares de trabajo y al no ser una automatización completa comienza a relacionarse en el mediano plazo con mano de obra no nativa, migrante, no calificada que estresa aun más el entorno social y las instituciones públicas.
A tal punto se llega, que los que migraron hace varios años ven mal a las nuevas migraciones. El empleo en Estados Unidos es complicado, la situación de calle y pobreza demuestran la inviabilidad y agotamiento del modo de producción capitalista como forma dominante de organización de los recursos y productos siempre sociales pero apropiados individualmente.
La crisis migratoria que puede estresar aun más a Europa con política anti migratorias del gobierno Trump, es tan solo un grado más de caos en la decadencia europea también anclada al modo capitalista.
La presidencia de Donald Trump no puede escapar a tales contradicciones: necesitar mano de obra barata e ilegal para no pagar todo lo que ella encarna, pero no salir de tanta que no garantice una rotación del ejército de reserva sin volverlos ciudadanos con plenos derechos. (Recuérdese las palabras de Claudia Sheinbaum, presidente de México: …dijo que en caso de que los connacionales dejaran de consumir en el país que está por gobernar Donald Trump, la economía se contraería un 1 por ciento.) A los europeos los abriga el mismo dilema. Además, que la asimilación cultural cada vez es más crítica, hay una alevosía innata del migrante que reclama un derecho y obra desde tal exigencia y no desde una dádiva. Europa nunca ha sido una unidad cultural homogénea, singular, única. Lo único que la une es su abyección a Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
Los dilemas que plantea la administración Trump no son pocos, pero están dentro del marco decadente de una potencia que va palideciendo y que en su paulatina leucemia se lleva consigo a sus aliados europeos, hechos vasallos desde el Plan Marshall. Y claro, los demás, en alerta y por inercia histórica van creando los nuevos paradigmas de cooperación y amistad. Lo único que hará Trump, es interpretar el papel que le asignen las élites del establishment y a éstos las circunstancias históricas objetivas.