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April 5, 2024
© Photo: Public domain

El fondo de inversión norteamericano, el mayor del mundo en cifras de capitalización, es realmente el gran beneficiario de la guerra de Ucrania.

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Con todo un sistema diseñado para que Occidente viva realmente en una dictadura corporativa, mientras sus ciudadanos piensan que son libres, Black Rock hace y deshace a su antojo. Todos los presidentes de Europa rinden pleitesía a Laurence Fink, CEO y fundador del Grupo.

Las mayores corporaciones financieras norteamericanas, forman parte del capital de Black Rock. Temasek Holding, Bank of America o Morgan Standley son algunas de estas empresas.

Según las últimas informaciones, Black Rock ya tendría intereses en los principales sectores estratégicos de Ucrania. Especialmente en energía, transportes y telecomunicaciones.

Unas enormes ganancias para unos pocos, y una gran pérdida para el resto de la humanidad, que asiste atónita a una escalada bélica que parece no tener marcha atrás.

Hecho evidente es que ya existe un acuerdo firmado entre Black Rock y el Gobierno de Ucrania, para que el fondo de inversión se ocupe de la reconstrucción de Ucrania tras la guerra. Aunque el propio Black Rock es también el mayor accionista de las principales empresas armamentísticas que están suministrando armas a Ucrania, como es el caso de Northrop Grumman, Lockheed Martin, Boeing, y muchas más. Negocio redondo.

Dato curioso es que todas esas empresas se han estado beneficiando desde el comienzo de la guerra en Ucrania, de una forma nunca vista en décadas. A modo de ejemplo Northrop Grumman, que produce bombas y defensa aérea, ha subido su cotización en la Bolsa de Nueva York, desde los 300 dólares, hasta los casi 550.

Y ahora viene lo más gracioso. Black Rock se hace llamar una ¨Empresa Sostenible¨, que tiene el bien de la humanidad en su centro de objetivos. Como vender tabaco y tener como objetivo la lucha contra el cáncer, paradójico. O más bien, pura falsedad.

Según el Banco Mundial, a fechas actuales, se van a necesitar unos 450 billones de dólares  para la reconstrucción de Ucrania, y la estrategia de Black Rock es participar en esa reconstrucción a través de sus relaciones políticas. Es ahí precisamente donde entra otro siniestro personaje, Eric Van Nostrand, que trabajaba como jefe de inversiones en Black Rock, y que a pocos meses del comienzo de la guerra fue fichado por el Gobierno de Biden para acometer todas las funciones relativas al gasto del departamento del Tesoro Americano en la guerra de Ucrania. En pocas palabras, un infiltrado de la empresa al servicio del fondo de inversión, y no de los intereses de los ciudadanos norteamericanos, ni mucho menos ucranianos.

Publicado originalmente por noticiasbravas.com

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Ucrania ya pertenece a Black Rock

El fondo de inversión norteamericano, el mayor del mundo en cifras de capitalización, es realmente el gran beneficiario de la guerra de Ucrania.

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Con todo un sistema diseñado para que Occidente viva realmente en una dictadura corporativa, mientras sus ciudadanos piensan que son libres, Black Rock hace y deshace a su antojo. Todos los presidentes de Europa rinden pleitesía a Laurence Fink, CEO y fundador del Grupo.

Las mayores corporaciones financieras norteamericanas, forman parte del capital de Black Rock. Temasek Holding, Bank of America o Morgan Standley son algunas de estas empresas.

Según las últimas informaciones, Black Rock ya tendría intereses en los principales sectores estratégicos de Ucrania. Especialmente en energía, transportes y telecomunicaciones.

Unas enormes ganancias para unos pocos, y una gran pérdida para el resto de la humanidad, que asiste atónita a una escalada bélica que parece no tener marcha atrás.

Hecho evidente es que ya existe un acuerdo firmado entre Black Rock y el Gobierno de Ucrania, para que el fondo de inversión se ocupe de la reconstrucción de Ucrania tras la guerra. Aunque el propio Black Rock es también el mayor accionista de las principales empresas armamentísticas que están suministrando armas a Ucrania, como es el caso de Northrop Grumman, Lockheed Martin, Boeing, y muchas más. Negocio redondo.

Dato curioso es que todas esas empresas se han estado beneficiando desde el comienzo de la guerra en Ucrania, de una forma nunca vista en décadas. A modo de ejemplo Northrop Grumman, que produce bombas y defensa aérea, ha subido su cotización en la Bolsa de Nueva York, desde los 300 dólares, hasta los casi 550.

Y ahora viene lo más gracioso. Black Rock se hace llamar una ¨Empresa Sostenible¨, que tiene el bien de la humanidad en su centro de objetivos. Como vender tabaco y tener como objetivo la lucha contra el cáncer, paradójico. O más bien, pura falsedad.

Según el Banco Mundial, a fechas actuales, se van a necesitar unos 450 billones de dólares  para la reconstrucción de Ucrania, y la estrategia de Black Rock es participar en esa reconstrucción a través de sus relaciones políticas. Es ahí precisamente donde entra otro siniestro personaje, Eric Van Nostrand, que trabajaba como jefe de inversiones en Black Rock, y que a pocos meses del comienzo de la guerra fue fichado por el Gobierno de Biden para acometer todas las funciones relativas al gasto del departamento del Tesoro Americano en la guerra de Ucrania. En pocas palabras, un infiltrado de la empresa al servicio del fondo de inversión, y no de los intereses de los ciudadanos norteamericanos, ni mucho menos ucranianos.

Publicado originalmente por noticiasbravas.com