El mismo viernes que Pedro Sánchez le daba la mano a Netanyahu en su viaje oficial a Israel y que condenaba tibiamente el genocidio en Palestina (equiparándolo al ataque terrorista de Hamas pese a que van más de 15.000 palestinos asesinados) se conocía el trato millonario. Un lavado de cara para que todo continúe como siempre.
Irene OLANO
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La tecnología de los misiles Spike ha sido “testada en el terreno”, sí, pero contra el pueblo palestino que está siendo bombardeado con estos misiles. Este es el reclamo que la empresa israelí responsable de esta tecnología tiene para su venta en el extranjero.
Según ha publicado El Salto, el gobierno español compró 1.680 misiles Spike antes del 7 de octubre, aunque se ha conocido la noticia el pasado viernes, coincidiendo con la visita de Sánchez a Israel.
Un acuerdo que nunca debió haber existido y que desvela los profundos vínculos entre el gobierno español y el israelí que ni el PSOE ni Podemos cuestionaron durante la última legislatura. Más bien al contrario: el rearme imperialista, el aumento de los presupuestos militares y el cierre de filas con la OTAN y Estados Unidos han sido la tónica general del gobierno “más progresista de la historia”, por más que tanto el PSOE, como Yolanda Díaz, como Podemos ahora se rasguen las vestiduras y traten de aparecer como grandes defensores de los derechos humanos de los palestinos.
Estos 1.680 misiles, que le supondrán al Estado español un gasto de 290 millones de euros enriquecerán a un régimen que ha asesinado ya a más de 15.000 personas en territorio palestino, un 40% menores de edad, provocado el desplazamiento forzoso de cientos de miles y cometido crímenes de guerra, como el lanzamiento de fósforo blanco contra civiles o el bombardeo de hospitales y campos de refugiados.
La actitud de Sánchez se desvela así como una impostura más que no pondrá una sola piedra en la línea de parar el genocidio. Es necesario romper relaciones económicas, diplomáticas y militares con el Estado genocida de Israel, así como exigir la inmediata retirada de tropas en el Líbano, donde el ministerio de defensa mantiene un destacamento para ayudar a Israel con el conflicto con Hezbolá.
Pero todo esto no lo conseguiremos a través de un gobierno que ha mantenido todos los lazos con Israel y cuyos intereses están muy lejos de los del pueblo palestino, sino profundizando el movimiento en defensa del pueblo palestino que está teniendo lugar en todo el mundo.
Es necesario impulsar una movilización masiva y que todos los sindicatos, organizaciones de izquierda y movimientos sociales se pongan en pie para exigir el fin del genocidio y para denunciar la complicidad del gobierno español con él. El gobierno español debe romper todos los pactos y posicionarse a favor del derecho de autodeterminación de Palestina.
