Editorial
November 27, 2025
© Photo: SCF

El armamento revelado por Rusia cambia el equilibrio estratégico nuclear de manera decisiva.

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La exitosa prueba de Rusia esta semana de dos artefactos capaces de transportar armamento nuclear que fueron un breakthrough, el Burestvestnik y el Poseidón que marcan un avance tecnológico absoluto sobre Estados Unidos ante lo cal el Presidente Trump reaccionó con advertencias de reanudar las pruebas nucleares.

El armamento revelado por Rusia cambia el equilibrio estratégico nuclear de manera decisiva, lo que en términos ajedrecísticos que equivale a un checkmate y reaccionara con advertencias de reanudar los ensayos nucleares.

Estados Unidos y sus aliados occidentales carecen de medios defensivos contra los nuevos medios de transporte nuclear de Rusia. El Burestvetnik es un misil crucero supersónico en tanto que el Poseidón es un vehículo submarino no tripulado. La característica única de ambos es que son propulsados por reactores nucleares miniaturizados, lo cual les brinda una capacidad de distancia ilimitada. Este armamento puede circumnavegar el planeta indefinidamente y golpear blancos desde múltiples direcciones desconocidas.

En términos de logros de ingeniería, este desarrollo es revolucionario. Existen interminables posibilidades para aplicaciones pacíficas y civiles.

Rusia en su doctrina nuclear, no considera la opción de un primer ataque, Rusia sostiene que su arsenal es sol que carácter defensivo. En contraste, la doctrina de Estados Unidos apunta hacia un primer golpe o ataque preventivo. La doctrina de Estados Unidos es despreciable y es además una prolongación de su histórico pasado de ser el único país que ha empleado el armamento como ya lo hizo sin advertencias contra Japón el año 1945 matando a más de doscientas mil personas.

Pero estos nuevos armamentos rusos aseguran que la amenaza de Estados Unidos de un primer ataque para la decapitación de enemigos ahora sea nula y vacía. Algunos analistas militares comentan que la ventaja estratégica de Rusia asegura que una Tercera Guerra Mundial sea evitable – a menos que Estados Unidos quiera calcinarse junto con el resto del planeta.

Otros analistas apuntan a que Estados Unidos debe desahuciar sus ilusiones de pretender el dominio mundial, negociar con Rusia el fin del conflicto en Ucrania como también enseriarse y respetar el control armamentístico.

La parte graciosa es que en semanas recientes, Trump ha estado amenazando a Moscú con un posible envío de misiles crucero Tomahawk a Ucrania para emplearlos contra Rusia. El Tomahawk, desarrollado hace cuatro décadas, vuela alrededor de dos mil kilómetros a velocidades sub sónicas y teóricamente puede ser derribado por los avanzados sistemas antiaéreos rusos. En tanto el Burestvetknik puede volar alrededor del planeta innumerables veces a velocidades supersónicas y Estados Unidos no tiene defensa en su contra.

La política de Trump con los Tomahawks se ve ridícula.

Su respuesta a la noticia del nuevo armamento ruso, fue una torpe exageración. Otras potencias de la OTAN han guardado silencio, sin duda que reflexionando sobre su asombrada realidad de impotencia.

Trump anunció con su habitual desplante el Miércoles pasado que: debido a los programas de pruebas de otros países he dado instrucciones al Departamento de Guerra iniciar las pruebas de nuestro armamento nuclear sobre una base igualitaria. Tal proceso se iniciará de inmediato,

Este presidente norteamericano no es conocido por su habilidad para comprnder detalles exactos. Y este es un caso clásico. Sus “instrucciones” para reanudar las pruebas con armamento nuclear sobre una base igualitaria “de inmediato” es un non starter debido a que Estados Unidos no tiene armamento comparable al de Rusia. De tal modo que no sugiere esté listo para reanudar las pruebas con el actual armamento nuclear. Si en realidad él procede, aunque no hay cereza si el Congreso y el Pentágono lo permitieran, esto significaría el fin de más de treinta años de moratoria de las explosiones nucleares.

El Tratado Global de Prohibición de Pruebas Nucleares ha estado vigente desde el año 1996 dado que las potencias nucleares se dieron cuenta que el deterioro que sufriría el planeta debido a las miles de explosiones nucleares llevadas a cabo desde el año 1940 y que Trump estuviera dispuesto a romper el tabú y ¿regresar a una era ya Ida?

Rusia señaló que las pruebas con el Buresvetnick y el Poseidón no eran nucleares. No hubo cabezales nucleaares detonados. Lo que se exhibió fue la capacidad de los sistemas de transporte nuclear.

El lado norteamericano debe saber a partir de la historia que su conducta unilateral y arrogante es auto destructiva. Estados Unidos bajo George W. Bush de manera unilateral se retiró del Tratado Anti Misiles Balísticos del año 2002 debido a que quería rodear a Rusia con sistemas misilísticos ofensivos en Europa. Con certeza Estados Unidos expandió la OTAN hacia la frontera rusa e instaló misiles Aegis en Polonia y Rumania con el propósito de intimidar a Moscú.

En respuesta al retiro de Estados Unidos del Tratado ABM, Rusia ha desarrollado un conjunto de armas que sobrepasan a cualquiera del arsenal norteamericano y para las cuales Estados Unidos no tiene defensas antiaéreas. Rusia cuenta con los misiles Avangard, Zircan, Khizal y Orestnik que pueden desplazarse a más de doce mil kilómetros en trayectorias impredecibles.

La revelación del Buresvetnik y el Poseidón significa que el juego terminó con el Sueño Norteamericano de dominar y aterrar al mundo.

La superioridad que Rusia ha adquirido es resultado del esfuerzo de Estados Unidos de ser superior.

La declaración de Trump de reanudar los ensayos nucleares es una torpe y exagerada reacción que traiciona la aceptación de Estados Unidos de haber sido superado por Rusia.

La reanudación de las pruebas nucleares es la fútil respuesta de un perdedor.

Lo que necesita el lado norteamericano es empezar por tratar a Rusia con el debido respeto e iniciar las gestiones para negociar la seguridad y un tratado de control de armamentos sobre una base mutua a favor de la paz mundial.

La pregunta más inquietante sería: ¿Es capaz Estados Unidos de semejante negociación?

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Las pruebas nucleares de Donald Trump son una torpe reacción ante los avances nucleares de Rusia

El armamento revelado por Rusia cambia el equilibrio estratégico nuclear de manera decisiva.

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La exitosa prueba de Rusia esta semana de dos artefactos capaces de transportar armamento nuclear que fueron un breakthrough, el Burestvestnik y el Poseidón que marcan un avance tecnológico absoluto sobre Estados Unidos ante lo cal el Presidente Trump reaccionó con advertencias de reanudar las pruebas nucleares.

El armamento revelado por Rusia cambia el equilibrio estratégico nuclear de manera decisiva, lo que en términos ajedrecísticos que equivale a un checkmate y reaccionara con advertencias de reanudar los ensayos nucleares.

Estados Unidos y sus aliados occidentales carecen de medios defensivos contra los nuevos medios de transporte nuclear de Rusia. El Burestvetnik es un misil crucero supersónico en tanto que el Poseidón es un vehículo submarino no tripulado. La característica única de ambos es que son propulsados por reactores nucleares miniaturizados, lo cual les brinda una capacidad de distancia ilimitada. Este armamento puede circumnavegar el planeta indefinidamente y golpear blancos desde múltiples direcciones desconocidas.

En términos de logros de ingeniería, este desarrollo es revolucionario. Existen interminables posibilidades para aplicaciones pacíficas y civiles.

Rusia en su doctrina nuclear, no considera la opción de un primer ataque, Rusia sostiene que su arsenal es sol que carácter defensivo. En contraste, la doctrina de Estados Unidos apunta hacia un primer golpe o ataque preventivo. La doctrina de Estados Unidos es despreciable y es además una prolongación de su histórico pasado de ser el único país que ha empleado el armamento como ya lo hizo sin advertencias contra Japón el año 1945 matando a más de doscientas mil personas.

Pero estos nuevos armamentos rusos aseguran que la amenaza de Estados Unidos de un primer ataque para la decapitación de enemigos ahora sea nula y vacía. Algunos analistas militares comentan que la ventaja estratégica de Rusia asegura que una Tercera Guerra Mundial sea evitable – a menos que Estados Unidos quiera calcinarse junto con el resto del planeta.

Otros analistas apuntan a que Estados Unidos debe desahuciar sus ilusiones de pretender el dominio mundial, negociar con Rusia el fin del conflicto en Ucrania como también enseriarse y respetar el control armamentístico.

La parte graciosa es que en semanas recientes, Trump ha estado amenazando a Moscú con un posible envío de misiles crucero Tomahawk a Ucrania para emplearlos contra Rusia. El Tomahawk, desarrollado hace cuatro décadas, vuela alrededor de dos mil kilómetros a velocidades sub sónicas y teóricamente puede ser derribado por los avanzados sistemas antiaéreos rusos. En tanto el Burestvetknik puede volar alrededor del planeta innumerables veces a velocidades supersónicas y Estados Unidos no tiene defensa en su contra.

La política de Trump con los Tomahawks se ve ridícula.

Su respuesta a la noticia del nuevo armamento ruso, fue una torpe exageración. Otras potencias de la OTAN han guardado silencio, sin duda que reflexionando sobre su asombrada realidad de impotencia.

Trump anunció con su habitual desplante el Miércoles pasado que: debido a los programas de pruebas de otros países he dado instrucciones al Departamento de Guerra iniciar las pruebas de nuestro armamento nuclear sobre una base igualitaria. Tal proceso se iniciará de inmediato,

Este presidente norteamericano no es conocido por su habilidad para comprnder detalles exactos. Y este es un caso clásico. Sus “instrucciones” para reanudar las pruebas con armamento nuclear sobre una base igualitaria “de inmediato” es un non starter debido a que Estados Unidos no tiene armamento comparable al de Rusia. De tal modo que no sugiere esté listo para reanudar las pruebas con el actual armamento nuclear. Si en realidad él procede, aunque no hay cereza si el Congreso y el Pentágono lo permitieran, esto significaría el fin de más de treinta años de moratoria de las explosiones nucleares.

El Tratado Global de Prohibición de Pruebas Nucleares ha estado vigente desde el año 1996 dado que las potencias nucleares se dieron cuenta que el deterioro que sufriría el planeta debido a las miles de explosiones nucleares llevadas a cabo desde el año 1940 y que Trump estuviera dispuesto a romper el tabú y ¿regresar a una era ya Ida?

Rusia señaló que las pruebas con el Buresvetnick y el Poseidón no eran nucleares. No hubo cabezales nucleaares detonados. Lo que se exhibió fue la capacidad de los sistemas de transporte nuclear.

El lado norteamericano debe saber a partir de la historia que su conducta unilateral y arrogante es auto destructiva. Estados Unidos bajo George W. Bush de manera unilateral se retiró del Tratado Anti Misiles Balísticos del año 2002 debido a que quería rodear a Rusia con sistemas misilísticos ofensivos en Europa. Con certeza Estados Unidos expandió la OTAN hacia la frontera rusa e instaló misiles Aegis en Polonia y Rumania con el propósito de intimidar a Moscú.

En respuesta al retiro de Estados Unidos del Tratado ABM, Rusia ha desarrollado un conjunto de armas que sobrepasan a cualquiera del arsenal norteamericano y para las cuales Estados Unidos no tiene defensas antiaéreas. Rusia cuenta con los misiles Avangard, Zircan, Khizal y Orestnik que pueden desplazarse a más de doce mil kilómetros en trayectorias impredecibles.

La revelación del Buresvetnik y el Poseidón significa que el juego terminó con el Sueño Norteamericano de dominar y aterrar al mundo.

La superioridad que Rusia ha adquirido es resultado del esfuerzo de Estados Unidos de ser superior.

La declaración de Trump de reanudar los ensayos nucleares es una torpe y exagerada reacción que traiciona la aceptación de Estados Unidos de haber sido superado por Rusia.

La reanudación de las pruebas nucleares es la fútil respuesta de un perdedor.

Lo que necesita el lado norteamericano es empezar por tratar a Rusia con el debido respeto e iniciar las gestiones para negociar la seguridad y un tratado de control de armamentos sobre una base mutua a favor de la paz mundial.

La pregunta más inquietante sería: ¿Es capaz Estados Unidos de semejante negociación?

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

El armamento revelado por Rusia cambia el equilibrio estratégico nuclear de manera decisiva.

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La exitosa prueba de Rusia esta semana de dos artefactos capaces de transportar armamento nuclear que fueron un breakthrough, el Burestvestnik y el Poseidón que marcan un avance tecnológico absoluto sobre Estados Unidos ante lo cal el Presidente Trump reaccionó con advertencias de reanudar las pruebas nucleares.

El armamento revelado por Rusia cambia el equilibrio estratégico nuclear de manera decisiva, lo que en términos ajedrecísticos que equivale a un checkmate y reaccionara con advertencias de reanudar los ensayos nucleares.

Estados Unidos y sus aliados occidentales carecen de medios defensivos contra los nuevos medios de transporte nuclear de Rusia. El Burestvetnik es un misil crucero supersónico en tanto que el Poseidón es un vehículo submarino no tripulado. La característica única de ambos es que son propulsados por reactores nucleares miniaturizados, lo cual les brinda una capacidad de distancia ilimitada. Este armamento puede circumnavegar el planeta indefinidamente y golpear blancos desde múltiples direcciones desconocidas.

En términos de logros de ingeniería, este desarrollo es revolucionario. Existen interminables posibilidades para aplicaciones pacíficas y civiles.

Rusia en su doctrina nuclear, no considera la opción de un primer ataque, Rusia sostiene que su arsenal es sol que carácter defensivo. En contraste, la doctrina de Estados Unidos apunta hacia un primer golpe o ataque preventivo. La doctrina de Estados Unidos es despreciable y es además una prolongación de su histórico pasado de ser el único país que ha empleado el armamento como ya lo hizo sin advertencias contra Japón el año 1945 matando a más de doscientas mil personas.

Pero estos nuevos armamentos rusos aseguran que la amenaza de Estados Unidos de un primer ataque para la decapitación de enemigos ahora sea nula y vacía. Algunos analistas militares comentan que la ventaja estratégica de Rusia asegura que una Tercera Guerra Mundial sea evitable – a menos que Estados Unidos quiera calcinarse junto con el resto del planeta.

Otros analistas apuntan a que Estados Unidos debe desahuciar sus ilusiones de pretender el dominio mundial, negociar con Rusia el fin del conflicto en Ucrania como también enseriarse y respetar el control armamentístico.

La parte graciosa es que en semanas recientes, Trump ha estado amenazando a Moscú con un posible envío de misiles crucero Tomahawk a Ucrania para emplearlos contra Rusia. El Tomahawk, desarrollado hace cuatro décadas, vuela alrededor de dos mil kilómetros a velocidades sub sónicas y teóricamente puede ser derribado por los avanzados sistemas antiaéreos rusos. En tanto el Burestvetknik puede volar alrededor del planeta innumerables veces a velocidades supersónicas y Estados Unidos no tiene defensa en su contra.

La política de Trump con los Tomahawks se ve ridícula.

Su respuesta a la noticia del nuevo armamento ruso, fue una torpe exageración. Otras potencias de la OTAN han guardado silencio, sin duda que reflexionando sobre su asombrada realidad de impotencia.

Trump anunció con su habitual desplante el Miércoles pasado que: debido a los programas de pruebas de otros países he dado instrucciones al Departamento de Guerra iniciar las pruebas de nuestro armamento nuclear sobre una base igualitaria. Tal proceso se iniciará de inmediato,

Este presidente norteamericano no es conocido por su habilidad para comprnder detalles exactos. Y este es un caso clásico. Sus “instrucciones” para reanudar las pruebas con armamento nuclear sobre una base igualitaria “de inmediato” es un non starter debido a que Estados Unidos no tiene armamento comparable al de Rusia. De tal modo que no sugiere esté listo para reanudar las pruebas con el actual armamento nuclear. Si en realidad él procede, aunque no hay cereza si el Congreso y el Pentágono lo permitieran, esto significaría el fin de más de treinta años de moratoria de las explosiones nucleares.

El Tratado Global de Prohibición de Pruebas Nucleares ha estado vigente desde el año 1996 dado que las potencias nucleares se dieron cuenta que el deterioro que sufriría el planeta debido a las miles de explosiones nucleares llevadas a cabo desde el año 1940 y que Trump estuviera dispuesto a romper el tabú y ¿regresar a una era ya Ida?

Rusia señaló que las pruebas con el Buresvetnick y el Poseidón no eran nucleares. No hubo cabezales nucleaares detonados. Lo que se exhibió fue la capacidad de los sistemas de transporte nuclear.

El lado norteamericano debe saber a partir de la historia que su conducta unilateral y arrogante es auto destructiva. Estados Unidos bajo George W. Bush de manera unilateral se retiró del Tratado Anti Misiles Balísticos del año 2002 debido a que quería rodear a Rusia con sistemas misilísticos ofensivos en Europa. Con certeza Estados Unidos expandió la OTAN hacia la frontera rusa e instaló misiles Aegis en Polonia y Rumania con el propósito de intimidar a Moscú.

En respuesta al retiro de Estados Unidos del Tratado ABM, Rusia ha desarrollado un conjunto de armas que sobrepasan a cualquiera del arsenal norteamericano y para las cuales Estados Unidos no tiene defensas antiaéreas. Rusia cuenta con los misiles Avangard, Zircan, Khizal y Orestnik que pueden desplazarse a más de doce mil kilómetros en trayectorias impredecibles.

La revelación del Buresvetnik y el Poseidón significa que el juego terminó con el Sueño Norteamericano de dominar y aterrar al mundo.

La superioridad que Rusia ha adquirido es resultado del esfuerzo de Estados Unidos de ser superior.

La declaración de Trump de reanudar los ensayos nucleares es una torpe y exagerada reacción que traiciona la aceptación de Estados Unidos de haber sido superado por Rusia.

La reanudación de las pruebas nucleares es la fútil respuesta de un perdedor.

Lo que necesita el lado norteamericano es empezar por tratar a Rusia con el debido respeto e iniciar las gestiones para negociar la seguridad y un tratado de control de armamentos sobre una base mutua a favor de la paz mundial.

La pregunta más inquietante sería: ¿Es capaz Estados Unidos de semejante negociación?

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