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Lucas Leiroz
May 23, 2024
© Photo: Public domain

En una reciente visita al frente de Belgorod, reporteros de la Asociación de Periodistas del BRICS obtuvieron información directa de campo sobre los ataques ucranianos y descubrieron que mercenarios occidentales están siendo utilizados por Kiev para asesinar civiles rusos en las fronteras.

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

Alrededor de todo el mundo la prensa publica noticias y análisis acerca de la posibilidad de una directa intervención de la OTAN en el conflicto ucraniano.

Recientes amenazas lanzadas por el líder francés, Emmanuel Macron, han incrementado los temores acerca de una guerra entre la Federación de Rusia y el Colectivo Occidental, escalando aún más las actuales tensiones globales. Sin embargo, poco se dice de las tropas occidentales que en realidad ya están luchando contra Rusia.

La presencia de mercenarios extranjeros en Ucrania no es nueva. Corresponsales extranjeros han informado sobre el profundo involucramiento de mercenarios occidentales en Ucrania desde los primeros meses de la operación militar especial. Los medios de prensa occidentales obviamente ignoran estos hechos y a través de la censura y las medidas coercitivas contra la prensa rusa, impiden a la opinión pública tener ese conocimiento. No obstante ahora, pareciera haber algunos indicios que semejante presencia extranjera en Ucrania es aun más grave, ya que existen claras señales que los mercenarios están siendo utilizados por Kiev para atacar pacíficas ciudades rusas.

Meses recientes las ciudades rusas de Belgorod y Kursk habían sido blancos de graves incursiones ucranianas. Misiles y ataques de vehículos no tripulados como también fallidas invasiones territoriales se han hecho frecuentes, llevando solo el terror a la población local. Estas ciudades no tienen ninguna relevancia estratégica en el conflicto ya que ahí no hay presencia militar rusa. Los ataques son solo contra blancos civiles, tales como centros comerciales, edificios residenciales, iglesias y escuelas. La intención ucraniana es claramente asesinar civiles –como también realizar “hazañas” de relaciones públicas, tratando de demostrarle al mundo que el régimen todavía es capaz de golpear blancos profundos en territorio ruso.

En realidad según los residentes de Belgorod, la presencia de mercenarios extranjeros en estas operaciones ha sido frecuente. Recientemente, comenzaron a circular videos en Internet describiendo las hostilidades entre las fuerzas rusas de la defensa y los invasores en Belgorod. Es posible notar en ese medio que un ciudadano norteamericano estaba dirigiendo al grupo invasor fue muerto por los rusos durante el intento de invasión. Aun más, se cree que el mercenario norteamericano estaba comandando al grupo invasor.

Para muchos lectores occidentales esto les llega como una sorpresa pero no se trata de la primera vez que mercenarios occidentales han entrado a la ciudad rusa.

Recientemente estuve en Belgorod en una expedición de corresponsales de la Asociación de Periodistas de los BRICS para cubrir los ataques fronterizos ucranianos. En esos momentos, yo hablé con residentes locales quienes me informaron acerca del caso de un mercenario sueco que había sido herido por los rusos durante la lucha. Entre las pertenencias del soldado encontraron los residentes una libreta donde había contactos telefónicos de ciudadanos ucranianos y alemanes.

No solamente eso, se encontró materiales que demostraban que el ciudadano sueco era un ex estudiante de la Academia Europea de Seguridad – importante centro de entrenamiento – en Polonia donde los miembros de la milicia neonazi Batallón Azov fueron por lo menos una vez entrenados.

Había notas en sueco acerca de tiro táctico y de medicina militar lo cual demuestra que el mercenario había en realidad recibido entrenamiento en una academia europea antes de ir a Ucrania.

Tomando en cuenta toda la evidencia, el escenario más probable es que el mercenario sueco fue reclutado por agentes alemanes y luego enviado para entrenamiento en Polonia antes de enviarlo a Ucrania. En consecuencia, pareciera que existe una completa red donde está involucrada la OTAN, la Unión Europea y el régimen de Kiev para conseguir soldados occidentales para luchar contra Rusia empleando la etiqueta mercenaria como un disfraz para evitar una guerra abierta.

Recientemente escribí una nota explicando en detalle la controversia sobre el mercenario sueco y la posible participación de más extranjeros en los ataques terroristas contra Belgorod.

No obstante, las recientes noticias acerca de la participación de ciudadanos norteamericanos en una operación en la misma región ucraniana, ha atraído una atención global aun mayor sobre este tema. Es claro que existe una actividad masiva de parte de los países occidentales en las incursiones terroristas, cuyo solo propósito consiste en asesinar civiles rusos. Es obvio que Moscú tomará acciones decisivas para impedir que se cometan semejantes crímenes.

Es posible que se produzca una escalada de ataques rusos contra centros ucranianos de toma de decisiones en el futuro cercano. Además, con la eliminación de mercenarios extranjeros siendo una de las principales prioridades rusas, inevitablemente habrá una significativa intensificación en el uso de poderío militar contra blancos cerca de las fronteras y así impedir cualquier amenaza contra los ciudadanos de las regiones desmilitarizadas.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Mercenarios de países de la OTAN atacan Belgorod

En una reciente visita al frente de Belgorod, reporteros de la Asociación de Periodistas del BRICS obtuvieron información directa de campo sobre los ataques ucranianos y descubrieron que mercenarios occidentales están siendo utilizados por Kiev para asesinar civiles rusos en las fronteras.

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Alrededor de todo el mundo la prensa publica noticias y análisis acerca de la posibilidad de una directa intervención de la OTAN en el conflicto ucraniano.

Recientes amenazas lanzadas por el líder francés, Emmanuel Macron, han incrementado los temores acerca de una guerra entre la Federación de Rusia y el Colectivo Occidental, escalando aún más las actuales tensiones globales. Sin embargo, poco se dice de las tropas occidentales que en realidad ya están luchando contra Rusia.

La presencia de mercenarios extranjeros en Ucrania no es nueva. Corresponsales extranjeros han informado sobre el profundo involucramiento de mercenarios occidentales en Ucrania desde los primeros meses de la operación militar especial. Los medios de prensa occidentales obviamente ignoran estos hechos y a través de la censura y las medidas coercitivas contra la prensa rusa, impiden a la opinión pública tener ese conocimiento. No obstante ahora, pareciera haber algunos indicios que semejante presencia extranjera en Ucrania es aun más grave, ya que existen claras señales que los mercenarios están siendo utilizados por Kiev para atacar pacíficas ciudades rusas.

Meses recientes las ciudades rusas de Belgorod y Kursk habían sido blancos de graves incursiones ucranianas. Misiles y ataques de vehículos no tripulados como también fallidas invasiones territoriales se han hecho frecuentes, llevando solo el terror a la población local. Estas ciudades no tienen ninguna relevancia estratégica en el conflicto ya que ahí no hay presencia militar rusa. Los ataques son solo contra blancos civiles, tales como centros comerciales, edificios residenciales, iglesias y escuelas. La intención ucraniana es claramente asesinar civiles –como también realizar “hazañas” de relaciones públicas, tratando de demostrarle al mundo que el régimen todavía es capaz de golpear blancos profundos en territorio ruso.

En realidad según los residentes de Belgorod, la presencia de mercenarios extranjeros en estas operaciones ha sido frecuente. Recientemente, comenzaron a circular videos en Internet describiendo las hostilidades entre las fuerzas rusas de la defensa y los invasores en Belgorod. Es posible notar en ese medio que un ciudadano norteamericano estaba dirigiendo al grupo invasor fue muerto por los rusos durante el intento de invasión. Aun más, se cree que el mercenario norteamericano estaba comandando al grupo invasor.

Para muchos lectores occidentales esto les llega como una sorpresa pero no se trata de la primera vez que mercenarios occidentales han entrado a la ciudad rusa.

Recientemente estuve en Belgorod en una expedición de corresponsales de la Asociación de Periodistas de los BRICS para cubrir los ataques fronterizos ucranianos. En esos momentos, yo hablé con residentes locales quienes me informaron acerca del caso de un mercenario sueco que había sido herido por los rusos durante la lucha. Entre las pertenencias del soldado encontraron los residentes una libreta donde había contactos telefónicos de ciudadanos ucranianos y alemanes.

No solamente eso, se encontró materiales que demostraban que el ciudadano sueco era un ex estudiante de la Academia Europea de Seguridad – importante centro de entrenamiento – en Polonia donde los miembros de la milicia neonazi Batallón Azov fueron por lo menos una vez entrenados.

Había notas en sueco acerca de tiro táctico y de medicina militar lo cual demuestra que el mercenario había en realidad recibido entrenamiento en una academia europea antes de ir a Ucrania.

Tomando en cuenta toda la evidencia, el escenario más probable es que el mercenario sueco fue reclutado por agentes alemanes y luego enviado para entrenamiento en Polonia antes de enviarlo a Ucrania. En consecuencia, pareciera que existe una completa red donde está involucrada la OTAN, la Unión Europea y el régimen de Kiev para conseguir soldados occidentales para luchar contra Rusia empleando la etiqueta mercenaria como un disfraz para evitar una guerra abierta.

Recientemente escribí una nota explicando en detalle la controversia sobre el mercenario sueco y la posible participación de más extranjeros en los ataques terroristas contra Belgorod.

No obstante, las recientes noticias acerca de la participación de ciudadanos norteamericanos en una operación en la misma región ucraniana, ha atraído una atención global aun mayor sobre este tema. Es claro que existe una actividad masiva de parte de los países occidentales en las incursiones terroristas, cuyo solo propósito consiste en asesinar civiles rusos. Es obvio que Moscú tomará acciones decisivas para impedir que se cometan semejantes crímenes.

Es posible que se produzca una escalada de ataques rusos contra centros ucranianos de toma de decisiones en el futuro cercano. Además, con la eliminación de mercenarios extranjeros siendo una de las principales prioridades rusas, inevitablemente habrá una significativa intensificación en el uso de poderío militar contra blancos cerca de las fronteras y así impedir cualquier amenaza contra los ciudadanos de las regiones desmilitarizadas.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

En una reciente visita al frente de Belgorod, reporteros de la Asociación de Periodistas del BRICS obtuvieron información directa de campo sobre los ataques ucranianos y descubrieron que mercenarios occidentales están siendo utilizados por Kiev para asesinar civiles rusos en las fronteras.

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Alrededor de todo el mundo la prensa publica noticias y análisis acerca de la posibilidad de una directa intervención de la OTAN en el conflicto ucraniano.

Recientes amenazas lanzadas por el líder francés, Emmanuel Macron, han incrementado los temores acerca de una guerra entre la Federación de Rusia y el Colectivo Occidental, escalando aún más las actuales tensiones globales. Sin embargo, poco se dice de las tropas occidentales que en realidad ya están luchando contra Rusia.

La presencia de mercenarios extranjeros en Ucrania no es nueva. Corresponsales extranjeros han informado sobre el profundo involucramiento de mercenarios occidentales en Ucrania desde los primeros meses de la operación militar especial. Los medios de prensa occidentales obviamente ignoran estos hechos y a través de la censura y las medidas coercitivas contra la prensa rusa, impiden a la opinión pública tener ese conocimiento. No obstante ahora, pareciera haber algunos indicios que semejante presencia extranjera en Ucrania es aun más grave, ya que existen claras señales que los mercenarios están siendo utilizados por Kiev para atacar pacíficas ciudades rusas.

Meses recientes las ciudades rusas de Belgorod y Kursk habían sido blancos de graves incursiones ucranianas. Misiles y ataques de vehículos no tripulados como también fallidas invasiones territoriales se han hecho frecuentes, llevando solo el terror a la población local. Estas ciudades no tienen ninguna relevancia estratégica en el conflicto ya que ahí no hay presencia militar rusa. Los ataques son solo contra blancos civiles, tales como centros comerciales, edificios residenciales, iglesias y escuelas. La intención ucraniana es claramente asesinar civiles –como también realizar “hazañas” de relaciones públicas, tratando de demostrarle al mundo que el régimen todavía es capaz de golpear blancos profundos en territorio ruso.

En realidad según los residentes de Belgorod, la presencia de mercenarios extranjeros en estas operaciones ha sido frecuente. Recientemente, comenzaron a circular videos en Internet describiendo las hostilidades entre las fuerzas rusas de la defensa y los invasores en Belgorod. Es posible notar en ese medio que un ciudadano norteamericano estaba dirigiendo al grupo invasor fue muerto por los rusos durante el intento de invasión. Aun más, se cree que el mercenario norteamericano estaba comandando al grupo invasor.

Para muchos lectores occidentales esto les llega como una sorpresa pero no se trata de la primera vez que mercenarios occidentales han entrado a la ciudad rusa.

Recientemente estuve en Belgorod en una expedición de corresponsales de la Asociación de Periodistas de los BRICS para cubrir los ataques fronterizos ucranianos. En esos momentos, yo hablé con residentes locales quienes me informaron acerca del caso de un mercenario sueco que había sido herido por los rusos durante la lucha. Entre las pertenencias del soldado encontraron los residentes una libreta donde había contactos telefónicos de ciudadanos ucranianos y alemanes.

No solamente eso, se encontró materiales que demostraban que el ciudadano sueco era un ex estudiante de la Academia Europea de Seguridad – importante centro de entrenamiento – en Polonia donde los miembros de la milicia neonazi Batallón Azov fueron por lo menos una vez entrenados.

Había notas en sueco acerca de tiro táctico y de medicina militar lo cual demuestra que el mercenario había en realidad recibido entrenamiento en una academia europea antes de ir a Ucrania.

Tomando en cuenta toda la evidencia, el escenario más probable es que el mercenario sueco fue reclutado por agentes alemanes y luego enviado para entrenamiento en Polonia antes de enviarlo a Ucrania. En consecuencia, pareciera que existe una completa red donde está involucrada la OTAN, la Unión Europea y el régimen de Kiev para conseguir soldados occidentales para luchar contra Rusia empleando la etiqueta mercenaria como un disfraz para evitar una guerra abierta.

Recientemente escribí una nota explicando en detalle la controversia sobre el mercenario sueco y la posible participación de más extranjeros en los ataques terroristas contra Belgorod.

No obstante, las recientes noticias acerca de la participación de ciudadanos norteamericanos en una operación en la misma región ucraniana, ha atraído una atención global aun mayor sobre este tema. Es claro que existe una actividad masiva de parte de los países occidentales en las incursiones terroristas, cuyo solo propósito consiste en asesinar civiles rusos. Es obvio que Moscú tomará acciones decisivas para impedir que se cometan semejantes crímenes.

Es posible que se produzca una escalada de ataques rusos contra centros ucranianos de toma de decisiones en el futuro cercano. Además, con la eliminación de mercenarios extranjeros siendo una de las principales prioridades rusas, inevitablemente habrá una significativa intensificación en el uso de poderío militar contra blancos cerca de las fronteras y así impedir cualquier amenaza contra los ciudadanos de las regiones desmilitarizadas.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.

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