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Sí, con la guerra de Ucrania. Por sus contradicciones, crímenes, mentiras y disparates, producidos sin cesar por el gobierno autoritario, mentiroso y pro nazi que figura al frente de ese país y que no es sino el instrumento servil que usa el gobierno de Estados Unidos para mantener su cobarde guerra contra Rusia. Esa llamada guerra de Ucrania nos ha llevado ya muchas veces a que fuese necesario preguntarnos qué pasaba con ella. Y en días pasados, tratando de hacer de nuevo un balance, me lo preguntaba otra vez. Sí, con esa guerra que pasa de dos años, que parecía estar terminada de hecho hace ya uno, siendo Rusia la clara vencedora en todos los terrenos, pero que también vemos a diario cómo Ucrania la reinicia y renueva como sea, con nuevos o viejos argumentos, cometiendo nuevos crímenes, o inventando cualquier disparate mediático, todo con el asfixiante resultado, falso pero que se mantiene, de que no hay todavía vencedor real o definitivo en esa guerra, ni lo habrá, y de que, por ello mismo, o vence Ucrania, lo que no parece posible, pero que al cabo no se sabe, o bien porque las guerras tienen a veces sorpresivos fines, y esta sería una de aquéllas que no terminan nunca.
Y así, desesperado por el fracaso de sus burdas mentiras, el gobierno ucraniano entró, desde hace meses, en otra fase mentirosa más sutil y efectiva: la de mantener sus diarias mentiras, sin las que no puede sobrevivir, pero llevando al primer plano a la pareja fantasiosa integrada por el teatro y la telenovela, pareja a la que le ha estado sacando desde entonces todo el provecho posible, pero exagerando como siempre la torpeza y el ridículo, convirtiendo ese teatro y esa telenovela en un lamentable y fastidioso espectáculo circense del más torpe y bajo nivel posible, tanto que ha logrado agotar en poco tiempo su enorme capacidad original de entretener y de mentir.
Se inició el show con la amenaza de un supuesto y próximo golpe de estado. Ante el mundo, el general Zaluzhnyi, máximo jefe militar al mando de las tropas ucranianas, criticó la forma desastrosa en que el presidente del país, el payaso Zelenski, dirigía la guerra, lo que significaba, algo que es usual en casos similares, que el golpe de estado que estaba implícito en la abierta crítica de Zaluzhnyi, debía ser ya inminente, a menos que el payaso gobernante lo destituyera pronto a él. Y el mundo europeo, cada vez más idiotizado, se tragó como amenaza real lo que no era sino un bulo para entretener al mundo en el que ambos personajes estaban implicados y de acuerdo. La supuesta amenaza duró así varios meses sin que pasara nada porque nada debía pasar. Pero viendo que, si se seguía prolongando la payasada sin dar una respuesta, todo iba a caer en el total ridículo, Zelenski, probable promotor del bulo, nombró a Zaluzhnyi para un cargo diplomático, que era lo que este quería, harto como estaba de seguir perdiendo sin esperanza la guerra; y el payaso presidente designó a otro general, con fama de ser más arrecho, para que siguiera con la masacre criminal de su propia población, que es lo que Ucrania viene haciendo a diario desde hace muchos meses.
Creo que jamás se ha visto un golpe de estado más ridículo que esta pobre farsa que no era nada. Cómo no pensar en golpistas serios como los africanos de décadas antes, que sin pantallería falsa y ridícula daban su golpe militar, destituían al presidente, si se resistía lo mataban, y asumían ellos el poder. Así, Idi Amín Dadá asumió el poder y sin más escándalo se autonombró presidente de Uganda. Y Jean Bedel Bokassa, verdadero maestro golpista, sacó al presidente de su país centroafricano, asumió el poder, le cambió el nombre al país, lo convirtió en Imperio y se nombró Emperador con el nombre de Bokassa I. ¡Qué diferencia con la triste payasada ucraniana, concebida solo para entretener a idiotas europeos que como seguidores fieles de sus imbéciles líderes y como exclusivos lectores de esa basura diaria que son sus medios, forman la mayoría del viejo y podrido continente en que se ha convertido Europa.
Los datos rusos sobre la guerra son en cambio serios en cuanto a la cifra de ucranianos muertos en combate, pero en esto hay dos problemas que lo complican todo: Zelenski invierte a diario los datos rusos y dice que los cientos, miles o millones de muertos ucranianos de que informa Moscú no son ucranianos sino rusos porque Ucrania está ganando la guerra, algo que no le creería ni su mamá. Esto es ridículo y lo único que podría reconocerse es que, entre las enormes cifras de muertos en combate, una parte imprecisa pero enorme y por ello muy importante la forman mercenarios de diversas nacionalidades, unos abiertos y otros disfrazados. Y lo más real de todo esto es que la aplastante mayoría de ucranianos no quiere ser llevada como carne de cañón a morir en una guerra que rechazan y para la que ni siquiera se los ha preparado, sino que se los arrastra a la fuerza a morir, dada la absoluta superioridad militar y política de Rusia. Además, Ucrania, en esto como en otras cosas, llega muy pronto a lo grotesco, y abundan los videos de observadores, incluyendo los de su propia Policía militar, que muestran cómo esos brutales militares ucranianos capturan a la fuerza a civiles, desde adolescentes hasta ancianos, para llevarlos sin preparación ninguna a morir en el campo de batalla mientras el cómodo y cobarde Zelensky sigue aislado y tranquilo mintiendo a diario en su seguro bunker de Kiev.
Ucrania pretende haber derribado aviones rusos. Imposible, porque carece de fuerza aérea. Derribó, sí, a traición y por sorpresa, al avión civil ruso que, luego de aviso, cruzaba la frontera rusa para entrar en Ucrania, porque traía prisioneros ucranianos para ser cambiados por prisioneros rusos. Los sorprendidos ucranianos celebraron el derribe del avión como un éxito, pero al ver la criminal y estúpida cagada que habían puesto, empezaron a contradecirse y a mentir.
Pero hay dos cosas más. El gobierno del payaso asesino muestra en todo una nauseabunda tendencia a lo grotesco y monstruoso que parece ser de corte nazi. La recluta forzada, dirigida a capturar civiles para llevarlos sin estar preparados militarmente a morir en el campo de batalla enfrentados a la absoluta superioridad rusa, hace énfasis en que eso incluye a tuertos, cojos, idiotas, inválidos, enfermos de cualquier tipo, lo que convierte esa recluta forzosa en n una suerte de eutanasia de corte nazi. Y en fecha más reciente, Zelenski anunció que a partir de esa fecha las mujeres ucranianas irían también a defender la patria. Pero en el anuncio no se trató de mujeres jóvenes y sanas preparadas para el combate sino de mujeres viejas no preparadas para nada, y sobre todo de mujeres en avanzados procesos de embarazo. Es la misma grotesca eutanasia de corte nazi. Por suerte, esto último no llegó a concretarse, y pronto el gobierno ucraniano se olvidó del asunto y siguió capturando a hombres, sanos o enfermos, mochos o chuecos, de cualquier edad para llevarlos impreparados a la muerte.
Pero debo cortar este artículo en forma brusca porque el monstruoso acto terrorista organizado y realizado en Moscú este domingo 24 por mercenarios pagados por el gobierno de Zelenski cambian todo y llevan la guerra conducida por Ucrania y por su amo Estados Unidos al plano más grave y mortífero: la guerra ucraniana se convierte en guerra terrorista dirigida por el gobierno del criminal Zelenski con conocimiento y apoyo torpemente hipócrita del cobarde Estados Unidos. Todo cambia, y sobre este tema, que enfrenta ya el gobierno ruso, hablaré en próximo artículo.
Publicado originalmente por ultimasnoticias.com.ve