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July 14, 2024
© Photo: Public domain

De dónde nace la obsesión occidental por enfrentar y vencer en los campos de batalla a esos gigantes del siglo XXI

By Gabriel ÁNGEL

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Escríbenos: info@strategic-culture.su

La suma de acontecimientos producidos en el país y el mundo es tan intensa, que no nos deja alternativa distinta a la de admitir que el entorno actual se transforma de modo inevitable. Al otro lado del planeta, muy al oriente nuestro, en el lugar que habitan los malos, según lo predicado por los que controlan este hemisferio, el presidente Putin se reúne con su colega de Corea del Norte para pactar acuerdos económicos y militares.

No hace muchos días que el primer mandatario ruso se reunió con el presidente chino Xi Jinping, durante el primer viaje al exterior tras su posesión por quinta vez como jefe del estado ruso. A partir del 19 de este mes estará en Vietnam, en visita oficial, fortaleciendo los lazos de amistad y cooperación con esta nación que emerge como una de las economías con mayores posibilidades. Rusia consolida al mismo tiempo sus relaciones con Irán y el mundo árabe.

Además de convertirse en referente de solidaridad y hermandad para con los pueblos y gobiernos de África, con quienes desarrolla proyectos de diversa índole, aparte de donarles miles de toneladas de cereales para contribuir en parte a la disminución de la hambruna que padecen muchos de su pobladores. Hace apenas un par de días que terminó la visita de una delegación rusa a La Habana, que incluyó submarino nuclear y un gran barco de guerra.

También se siente la ayuda rusa en Venezuela, país vecino que espera ser admitido en los BRICS durante su próxima cumbre, pero que desde ya firma múltiples pactos económicos y sociales con diversos países que hacen parte de esa poderosa asociación económica internacional. De hecho, y antes de los juegos olímpicos de París, se cumplen los juegos deportivos del BRICS en Kazán, con cerca de cuatro mil atletas de más de 90 países, que compiten en 27 deportes.

La pujanza del oso ruso es innegable. El Banco Mundial acaba de situar a Rusia como cuarta potencia económica mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo, por encima de todos los demás países de Europa. Y para reírse, pese a las tantas sanciones económicas, más de 19.000 que pesan sobre ese país por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea, acaba de conocerse que Europa aumentó en un 15 por ciento sus compras de gas a Rusia.La pujanza del oso ruso es innegable. El Banco Mundial acaba de situar a Rusia como cuarta potencia económica mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo

Algo semejante podemos apreciar también con relación a China, un estado al que la Unión Europea amenaza con sancionar porque está produciendo demasiadas mercancías, particularmente vehículos eléctricos, que exporta a ese continente a precios mucho más bajos de los que producen los fabricantes europeos. Como quien dice, los padres del libre comercio internacional se muestran horrorizados porque otra nación les compite limpiamente en el mercado.

Todos los días nos asombran las noticias que llegan de China. Puentes larguísimos construidos sobre abismos impensables, con una tecnología que parece fantasía. Trenes magnéticos de altísima velocidad que casi literalmente vuelan adheridos de su parte superior a plataformas gigantes. Ferrocarriles eléctricos que viajan a más de seiscientos kilómetros por hora. 800 millones de chinos que salieron de la pobreza en los últimos cincuenta años.

China se convierte en el primer país en materia de relaciones comerciales con la mayoría de los países del planeta. En Europa, en Asia, en África, en América Latina y del Norte. Sin invadir ningún territorio extranjero, sin disparar un solo tiro, sin promover ni realizar un solo golpe de estado en ningún continente. Mientras los Estados Unidos y la OTAN se jactan de tener centenares de bases militares dispersas por todos los continentes, a los chinos sólo les interesa el comercio.

Mientras que en Occidente se empecinan por presentar a Javier Milei como una especie de estrella mundial de la economía y la política, por su apego orgulloso a las fórmulas neoliberales fracasadas en todo el planeta, los chinos, sin la menor ostentación, le hacen pasar el trago amargo de tener que visitarlos en Beijing, para suplicarles una espera en el pago de la deuda argentina, después que en su campaña juraba contra ellos y prometía despreciarlos por comunistas.

Solo cuando se toma conciencia de las realidades económicas, sociales y políticas que avanzan de modo inexorable en los tiempos actuales, se alcanza a comprender la obsesión occidental por enfrentar y vencer en los campos de batalla a esos gigantes del siglo XXI. Mientras que, en Ucrania, la Europa de la OTAN se empecina absurdamente con desatar un conflicto nuclear con Rusia, los Estados Unidos porfían por un gran conflicto bélico con China en Asia Pacífico.

Las banderas de la democracia y los derechos humanos con que Occidente procura ocultar sus verdaderos intereses se hunden en la podredumbre cuando se observa su apoyo incondicional a Israel y a su genocidio en Gaza. Nada mejor que sus hechos para conocer a alguien.

Publicado originalmente por las2orillas.co

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.
Rusia, China, los BRICS, un nuevo mundo en ciernes

De dónde nace la obsesión occidental por enfrentar y vencer en los campos de batalla a esos gigantes del siglo XXI

By Gabriel ÁNGEL

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La suma de acontecimientos producidos en el país y el mundo es tan intensa, que no nos deja alternativa distinta a la de admitir que el entorno actual se transforma de modo inevitable. Al otro lado del planeta, muy al oriente nuestro, en el lugar que habitan los malos, según lo predicado por los que controlan este hemisferio, el presidente Putin se reúne con su colega de Corea del Norte para pactar acuerdos económicos y militares.

No hace muchos días que el primer mandatario ruso se reunió con el presidente chino Xi Jinping, durante el primer viaje al exterior tras su posesión por quinta vez como jefe del estado ruso. A partir del 19 de este mes estará en Vietnam, en visita oficial, fortaleciendo los lazos de amistad y cooperación con esta nación que emerge como una de las economías con mayores posibilidades. Rusia consolida al mismo tiempo sus relaciones con Irán y el mundo árabe.

Además de convertirse en referente de solidaridad y hermandad para con los pueblos y gobiernos de África, con quienes desarrolla proyectos de diversa índole, aparte de donarles miles de toneladas de cereales para contribuir en parte a la disminución de la hambruna que padecen muchos de su pobladores. Hace apenas un par de días que terminó la visita de una delegación rusa a La Habana, que incluyó submarino nuclear y un gran barco de guerra.

También se siente la ayuda rusa en Venezuela, país vecino que espera ser admitido en los BRICS durante su próxima cumbre, pero que desde ya firma múltiples pactos económicos y sociales con diversos países que hacen parte de esa poderosa asociación económica internacional. De hecho, y antes de los juegos olímpicos de París, se cumplen los juegos deportivos del BRICS en Kazán, con cerca de cuatro mil atletas de más de 90 países, que compiten en 27 deportes.

La pujanza del oso ruso es innegable. El Banco Mundial acaba de situar a Rusia como cuarta potencia económica mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo, por encima de todos los demás países de Europa. Y para reírse, pese a las tantas sanciones económicas, más de 19.000 que pesan sobre ese país por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea, acaba de conocerse que Europa aumentó en un 15 por ciento sus compras de gas a Rusia.La pujanza del oso ruso es innegable. El Banco Mundial acaba de situar a Rusia como cuarta potencia económica mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo

Algo semejante podemos apreciar también con relación a China, un estado al que la Unión Europea amenaza con sancionar porque está produciendo demasiadas mercancías, particularmente vehículos eléctricos, que exporta a ese continente a precios mucho más bajos de los que producen los fabricantes europeos. Como quien dice, los padres del libre comercio internacional se muestran horrorizados porque otra nación les compite limpiamente en el mercado.

Todos los días nos asombran las noticias que llegan de China. Puentes larguísimos construidos sobre abismos impensables, con una tecnología que parece fantasía. Trenes magnéticos de altísima velocidad que casi literalmente vuelan adheridos de su parte superior a plataformas gigantes. Ferrocarriles eléctricos que viajan a más de seiscientos kilómetros por hora. 800 millones de chinos que salieron de la pobreza en los últimos cincuenta años.

China se convierte en el primer país en materia de relaciones comerciales con la mayoría de los países del planeta. En Europa, en Asia, en África, en América Latina y del Norte. Sin invadir ningún territorio extranjero, sin disparar un solo tiro, sin promover ni realizar un solo golpe de estado en ningún continente. Mientras los Estados Unidos y la OTAN se jactan de tener centenares de bases militares dispersas por todos los continentes, a los chinos sólo les interesa el comercio.

Mientras que en Occidente se empecinan por presentar a Javier Milei como una especie de estrella mundial de la economía y la política, por su apego orgulloso a las fórmulas neoliberales fracasadas en todo el planeta, los chinos, sin la menor ostentación, le hacen pasar el trago amargo de tener que visitarlos en Beijing, para suplicarles una espera en el pago de la deuda argentina, después que en su campaña juraba contra ellos y prometía despreciarlos por comunistas.

Solo cuando se toma conciencia de las realidades económicas, sociales y políticas que avanzan de modo inexorable en los tiempos actuales, se alcanza a comprender la obsesión occidental por enfrentar y vencer en los campos de batalla a esos gigantes del siglo XXI. Mientras que, en Ucrania, la Europa de la OTAN se empecina absurdamente con desatar un conflicto nuclear con Rusia, los Estados Unidos porfían por un gran conflicto bélico con China en Asia Pacífico.

Las banderas de la democracia y los derechos humanos con que Occidente procura ocultar sus verdaderos intereses se hunden en la podredumbre cuando se observa su apoyo incondicional a Israel y a su genocidio en Gaza. Nada mejor que sus hechos para conocer a alguien.

Publicado originalmente por las2orillas.co