Español
December 28, 2023
© Photo: Public domain

Domingo A. RANGEL

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

Si las apariencias de los humanos engañan, con mayor razón lo hacen cuando se trata de instituciones. Por ejemplo, la OEA que en Venezuela y para un sector de la política era una institución justa y poco dada a escándalos, desde la llegada del inefable Almagro tiene menos credibilidad que el Tren de Aragua.

Como los tiempos cambian, la OEA es cosa del pasado, pero en relevo viene la Corte Internacional de Justicia a la que gente ingenua le pide reparar todos los entuertos del mundo.

La inutilidad de ese remedo de tribunal queda sentada cuando cualquier ocioso se ponga a contar la cantidad de funcionarios venezolanos que con o sin razón son amenazados con prisión desde esa CIJ… para nada.

Esta CIJ fue incapaz de señalar los causantes de la desintegración de Yugoslavia, guerra provocada que se llevó por delante más de cien mil almas humanas.

Al presidente serbio, Milosevich, la CIJ nunca le probó que fuese causante de la guerra, pero igual daba porque el acusado murió en prisión y cómo las leyes de USA no permiten que sus ciudadanos sean acusados en esos lares, tampoco se pudo llamar al estrado a militares de USA para que aclararan su papel cuando bombardearon salvajemente a Serbia.

Bien, pero aquí la CIJ tiene sus fanáticos que como las fases de la luna suben y bajan, acusando a sus enemigos de lo que sea.

Para nosotros la última aparición de la CIJ sucede porque Guyana, pasando por encima del Acuerdo de Ginebra que se firmó entre Venezuela, el Reino Unido como potencia colonial y quien representaba al pueblo guyanés, llevó a ese tribunal internacional el diferendo por límites que mantenemos.

Esa jugada evidencia que Guyana hace lo que USA ordena, ya que ante nuestro referendo los guyaneses no tenían que ir a un tribunal tan costoso –sus abogados los paga la Exxon- porque les bastaba organizar un referendo de ellos. Pero en ese caso la presidenta de la CIJ, que es yanqui y antes de ir a esa corte fue quien administraba las sanciones ilegales que nos aumentan el martirio a los venezolanos, quedaría sin uso y los guyaneses tuvieron que cumplir con lo que les mandan.

Nuestro país se fue de una OEA mediocre y disminuida. Ahora tenemos muchos más motivos para irnos de la Corte Internacional de Justicia.

ultimasnoticias.com.ve

The views of individual contributors do not necessarily represent those of the Strategic Culture Foundation.
Corte Internacional de Injusticias

Domingo A. RANGEL

Únete a nosotros en Telegram Twitter  y VK .

Escríbenos: info@strategic-culture.su

Si las apariencias de los humanos engañan, con mayor razón lo hacen cuando se trata de instituciones. Por ejemplo, la OEA que en Venezuela y para un sector de la política era una institución justa y poco dada a escándalos, desde la llegada del inefable Almagro tiene menos credibilidad que el Tren de Aragua.

Como los tiempos cambian, la OEA es cosa del pasado, pero en relevo viene la Corte Internacional de Justicia a la que gente ingenua le pide reparar todos los entuertos del mundo.

La inutilidad de ese remedo de tribunal queda sentada cuando cualquier ocioso se ponga a contar la cantidad de funcionarios venezolanos que con o sin razón son amenazados con prisión desde esa CIJ… para nada.

Esta CIJ fue incapaz de señalar los causantes de la desintegración de Yugoslavia, guerra provocada que se llevó por delante más de cien mil almas humanas.

Al presidente serbio, Milosevich, la CIJ nunca le probó que fuese causante de la guerra, pero igual daba porque el acusado murió en prisión y cómo las leyes de USA no permiten que sus ciudadanos sean acusados en esos lares, tampoco se pudo llamar al estrado a militares de USA para que aclararan su papel cuando bombardearon salvajemente a Serbia.

Bien, pero aquí la CIJ tiene sus fanáticos que como las fases de la luna suben y bajan, acusando a sus enemigos de lo que sea.

Para nosotros la última aparición de la CIJ sucede porque Guyana, pasando por encima del Acuerdo de Ginebra que se firmó entre Venezuela, el Reino Unido como potencia colonial y quien representaba al pueblo guyanés, llevó a ese tribunal internacional el diferendo por límites que mantenemos.

Esa jugada evidencia que Guyana hace lo que USA ordena, ya que ante nuestro referendo los guyaneses no tenían que ir a un tribunal tan costoso –sus abogados los paga la Exxon- porque les bastaba organizar un referendo de ellos. Pero en ese caso la presidenta de la CIJ, que es yanqui y antes de ir a esa corte fue quien administraba las sanciones ilegales que nos aumentan el martirio a los venezolanos, quedaría sin uso y los guyaneses tuvieron que cumplir con lo que les mandan.

Nuestro país se fue de una OEA mediocre y disminuida. Ahora tenemos muchos más motivos para irnos de la Corte Internacional de Justicia.

ultimasnoticias.com.ve